Los papeles de matón, narcotraficante y líder paramilitar le han caído al actor colombiano Julián Román como anillo al dedo.
Según el artista, estos personajes que ha representado son realmente importantes, porque le marcan la pauta para cumplir los retos de salirse de su zona de confort y lograr interpretaciones que le erizan la piel a los televidentes.
Es tanto así, que por su trabajo como Carlos Castaño en Los Tres Caínes , el actor recibió amenazas de muerte y tuvo incluso que hacer uso de guardaespaldas y protección durante la grabación de la serie, inspirada en los hermanos Castaño, líderes del paramilitarismo en Colombia.
“Recibí cartas de amenazas, el libretista también. La productora RTI me ayudó e incluso me tenían chofer y un carro especial para resguardar mi seguridad”, recordó el actor de 36 años.
Según cuenta, cuando se llevó la historia de los Castaño a la pantalla chica, muchas personas se sintieron aludidas por la representación de la vida de estos criminales.
“Aquí (Colombia) la gente se polarizó con el tema; algunos se sintieron atacados y burlados. Yo nunca he sido de escándalos, he manejado mi carrera de otra forma y de pronto estaba en la portada de la revista Semana” , explicó el artista.
Las amenazas fueron manejadas por la fiscalía colombiana y después de un tiempo no pasaron a más. “Como mes y medio después de que se inició una investigación, la fiscalía me dijo que estuviera tranquilo porque yo no era objetivo militar de nadie. Pero quedarme tranquilo me costó mucho porque en un país como Colombia matan a tanta gente por pensar diferente; uno con un susto así queda como pegado del techo”, recordó.
De acuerdo con Román, realizar Tres Caínes significó para él un desgaste físico y emocional, pero el resultado al ver su personaje en la pantalla chica cree que cubre todos los gastos, incluso haber puesto en peligro su vida.
“Hacer la voz de Carlos Castaño, que era un personaje tan siniestro, peculiar y familiar, fue un verdadero reto. Hacer la ronquera de su voz fue muy cansado; además, todas las semanas teníamos tiroteos o rescates; fue muy agotador, pero eso es lo que más me gusta de mi profesión que me saca de mi zona de confort”, dijo.
¿Por qué sigue interesado en hacer papeles que cuentan la historia de violencia en Colombia? La respuesta fue contundente: el actor opina que para evitar que la historia se repita, debe contarse.
“La televisión es uno de nuestros productos más grandes de exportación, está bueno que se le dé un espacio a estas series porque nosotros mismos debemos contar nuestra historia y demostrarle a los más chiquitos que todo es cercano, para que se den cuenta de cómo estamos porque no podemos firmar la paz en nuestro país”, aseveró.
De nuevo el malo. La vida artística de Julián lo ha llevado a interpretar a verdaderos villanos, pero también tiene un recuerdo divertido en su hoja de vida.
Actualmente, a Román se le ve en la serie La viuda negra que transmite Repretel a las 10 p. m. En esta producción encarna a Richi, el eterno compañero de Griselda Blanco, la madrina de la coca.
“Ha sido interesante contar esta historia. Griselda pasó un poco desapercibida en el mundo de la mafia, pero fue siniestra; ella fue quien hizo a Pablo Escobar, inventó las rutas narco de Colombia a Estados Unidos, mató a sus maridos”, explicó el actor.
Román comentó que el cambio entre Carlos Castaño y Richi fue muy importante para él.
“El cambio fundamental es que Carlos era un tipo obsesionado con el poder y la venganza, y eso lo llevó a poner de rodillas al país y crear al grupo paramilitar más grande del mundo. Por su parte, a Richi no le importa nada más que su madrina (Griselda) esté bien; eso es lo interesante del personaje, pues es como un llavero de ella”, afirmó.
¿Está satisfecho con estos personajes? “Sí, soy muy afortunado, tengo como una bendición de Dios. Los personajes que me llegan son maravillosos, tengo la fortuna de haber trabajado en series muy exitosas y que tienen un gran alcance con el público colombiano y el internacional”, respondió.
El intérprete asegura que tener frente a sus ojos un guion que le muestra un personaje que es completamente diferente a él lo seduce en la parte artística, como cuando interpretó a Erick en Las muñecas de la mafia.
“Erick era tremendo, una persona horrible, un personaje muy feo. Lo más divertido de actuar es que hago cosas que no haría en la vida real; Erick, por ejemplo, era un violador compulsivo y ver la reacción de la gente ante el personaje fue muy enriquecedor”, contó.
Pero más allá de ser siempre el malo, Julián recuerda con mucho cariño un papel que le llegó como del cielo para refrescar tanta interpretación negativa.
En Los Reyes fue Leo, y con esta comedia sintió un alivio y tuvo la oportunidad de probarse como actor de comedia.
“Eso fue allá por el años 2005; la televisión en Colombia estaba llena de dramas y dramas y RCN apostó por una comedia. Todo el elenco al principio mostró miedo porque en Colombia servían los dramas, pero Los Reyes rápidamente se convirtió en un éxito”, afirmó.
“Leo era maravilloso, hoy en día la gente todavía me lo recuerda. Me mandan videos, fotos y canciones de cuando hice Los Reyes ”.
Román no descansa, y aunque en Colombia apenas se está estrenando La viuda negra , actualmente el actor trabaja en una obra de teatro que lo llevará en febrero a una gira nacional por tierras colombianas.
En cuanto a nuevos proyectos en televisión, el actor asegura que lee guiones y que analiza bien el próximo papel que elija.