¿Cómo evitar ser víctima de robo si salgo a caminar o practicar senderismo?

Expertos en seguridad explicaron que lo principal es asistir a zonas que tengan accesos autorizados, cargar solo lo necesario, evitar llevar objetos de valor y caminar preferiblemente en grupo

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Un paseo en la montaña, para disfrutar del atardecer, se transformó en una memoria traumática para tres jóvenes que fueron víctimas de un asalto con arma de fuego en las eólicas de Santa Ana, el sábado 27 de agosto. El relato de una de ellas, quien fue encañonada y obligada a hincarse para entregar carteras y celulares, podría desmotivar a cientos o miles de personas que acostumbran a realizar caminatas o practicar senderismo o hiking en solitarios parajes del país.

Agentes de policía y un criminólogo consultados por La Nación reconocieron que estos sucesos asustan a la población y ponen en alerta a las autoridades, pero no deberían condicionar el disfrute al aire libre. Por el contrario, hicieron una serie de recomendaciones básicas y sencillas para evitar una mala experiencia. Lo principal es estar muy atento al entorno, cerciorarse del lugar al que está ingresando y tener cuidado con los objetos que lleva a su caminata.

Además, informarse si la zona a visitar tiene antecedentes de robo o asalto y viajar acompañado. Estos son los principales consejos de seguridad para los amantes de la naturaleza.

Ingresar a lugares con accesos habilitados

Para el viceministro de Seguridad, Daniel Calderón, antes que cualquier otro consejo, lo primordial es asegurarse de que al lugar que se está ingresando cuenta con los permisos necesarios, pues en ocasiones los aficionados a estos deportes acceden a propiedades privadas que no tienen ningún tipo de vigilancia o permiso de funcionamiento.

“Hay lugares que presentan ciertos factores de riesgo, lo más importante o que podría uno recomendarle a la gente es que vayan a lugares que estén autorizados para realizar actividades, porque nos ha pasado que hay gente que acostumbra ir a zonas que no están autorizadas, como se dio en algún momento en zonas restringidas de los volcanes Turrialba o Poás, por ejemplo”, explicó el oficial.

Agregó que aunque normalmente realizan patrullajes en las eólicas, no hay un espacio habilitado para el ingreso; por lo que los visitantes normalmente acostumbran a “saltarse una zona que está delimitada con una cerca e internarse en la montaña. “Al ser zonas privadas, la Policía no patrulla ahí, solo en zonas públicas; aunque también valoramos hacer una operación de vigilancia en ese sector para darle precauciones básicas a la gente”, enfatizó Calderón.

En eso también coincidió, Michael Barboza, criminólogo de la policía municipal de Santa Ana, quien se refirió a que todo el sector del parque eólico es una propiedad privada a donde las personas ingresan y, normalmente, caminan por senderos solitarios o que no conocen.

“Muchas veces las personas caminan en sitios alejados de donde se concentra la gente, entonces en ocasiones por hacer caminatas se alejan y eso también es un factor de riesgo; es importante no alejarse y no caminar por zonas que no conocen”, afirmó Barboza.

En la misma línea se expresó Óscar Dobles, jefe interino de la policía municipal de Escazú, otra región conocida por sus cerros y montañas, y que también es frecuentada por los amantes del senderismo. Él precisó que existen varios miradores, muchos informales, en reservas o en propiedades privadas, donde no hay vigilancia.

“No existe toda la logística que se requiere para que, quienes quieren hacer un trayecto por ahí, estén completamente seguros. Muchas son zonas protegidas y como zonas protegidas no se pueden explotar turísticamente, por lo que lamentablemente quienes van ahí es por su propia cuenta y riesgo”, relató.

Además, el viceministro Calderón añadió que este es el primer reporte que tiene la Fuerza Pública sobre hechos delictivos en el Gran Área Metropolitana. No obstante, Barboza, de la policía municipal de Santa Ana, detalló que ellos sí han recibido al menos diez incidencias en las eólicas pero no por robos, sino por consumo de drogas, ventas ambulantes y alcohol.

Portar solo lo necesario

Aunque ya es un aspecto conocido y repetitivo, Calderón sostuvo que no siempre las personas hacen caso y llevan más objetos de la cuenta, que pueden poner en peligro su seguridad y la de sus acompañantes.

Por eso recomendó solamente portar lo necesario y en cuanto a artículos electrónicos, que son los más apetecidos por los delincuentes, solo cargar un teléfono celular y utilizarlo en casos de emergencia. Otro tipo de aparatos como reproductores de música, audífonos, salveques o bolsos de gran valor, no es aconsejable cargarlos.

“Tomar las precauciones básicas, no llevar objetos de valor, lo mínimo necesario para el viaje. Por supuesto no es recomendable portar grandes cantidades de dinero, porque se convierte en un objetivo atractivo para la delincuencia”, comentó el viceministro.

Barboza por su parte, dijo que no solo es importante los artículos que una persona pueda cargar, sino también el riesgo que corren quienes consumen alcohol o drogas al visitar montañas. “Una persona alcoholizada o con algún tipo de sustancia ilícita no está en sus cinco sentidos, entonces eso es un factor importante que las personas en ese estado son más vulnerables a un posible delito o asalto”.

Entre las modalidades de robo, el viceministro Calderón apuntó que existen personas ya identificadas que se dedican a cometer robos y hurtos en sitios turísticos, para aprovechar el descuido de quienes visitan estos lugares.

“Hay varias modalidades, algunos delincuentes operan con cierto nivel de violencia, pero también hay un delincuente un poquito más especializado que se aprovecha del descuido de la gente, y lo digo con esa palabra: ‘especializado’, porque hemos identificado bandas que se dedican a ese tipo de delitos en zonas turísticas y que tienen toda una metodología de trabajo o estudian previamente los sitios, las conductas más frecuentes de las personas y el tipo de artículo que pueden robar”, recalcó.

Caminar en grupo y de día

Otro consejo importante para los especialistas es caminar en grupo, no hacer esas visitas solos y ojalá no internarse o ingresar muy adentro en bosques o montañas.

“No subir solo y si lo va a hacer en grupo que lo haga con la supervisión de un guía que esté debidamente certificado, que tenga su póliza y que brinde todos los servicios que debe brindar en esos eventos; porque sí hemos tenido conocimiento que la gente paga cierta cuota para que un guía los lleve y les haga un tipo de tour. Entonces, individualmente la idea es que no suba nadie”, dijo Óscar Dobles, de la policía municipal de Escazú.

“Es importante también no frecuentar lugares a altas horas de la noche, porque ahí en las eólicas de Santa Ana la luz es muy escasa y es un tema de inseguridad que puede ir en contra. Además, en la tarde noche empieza a bajar la temperatura y eso agrava la situación”, expresó por su parte Barboza, de la policía de Santa Ana.

Zonas identificadas

De acuerdo con el viceministro Calderón, existen algunas zonas ya identificadas por las autoridades como de riesgo o cuidado, que se concentran en las provincias costeras de Costa Rica, aunque no las detalló.

“Hemos detectado casos en zonas montañosas de Jacó, Osa, Guanacaste, especialmente tachas y hurtos; personas que dejan el vehículo estacionado en vía pública y van a caminar por la montaña, eso es un objetivo muy fácil para esos delincuentes”, mencionó.

Por su parte, la Policía Municipal de Santa Ana aseguró que no hay ningún otro punto de riesgo identificado aparte del parque eólico de Santa Ana y los oficiales de Escazú alegaron que tampoco hay sitios peligrosos.

“No tenemos identificadas zonas de riesgo, cada persona que sube a sitios montañosos tiene el peligro latente de sufrir un accidente. Pero en el caso de delitos contra la propiedad no tenemos reportado que en las montañas o cerros de Escazú se den robos o alguna otra conducta que pueda constituir un delito”, mencionó Óscar Dobles.

Amanda Castro, una creadora de contenido costarricense y dos amigos más, fueron interceptados por un sujeto que les apuntó con una pistola y los asaltó mientras terminaban un paseo en las eólicas de Santa Ana el pasado sábado 27 de agosto.

Según contó la joven a La Nación, el asaltante los obligó a arrodillarse, los despojó de sus pertenencias y comenzó a disparar; por fortuna no la hirió a ella ni a ninguno de sus amigos.

“Le entregamos las pertenencias y salimos corriendo. Nosotros estábamos muy asustados y en principio le dijimos que no teníamos ningún objeto de valor, pero el atacante nos insistió que desde hace rato nos estaba viendo y que le entregáramos todo lo que teníamos. Llamamos a la Policía y tardó unos diez minutos o más en llegar pero no hubo nadie durante todo el rato que estuvimos ahí”, dijo Castro.

“Mi amigo por dicha solo andaba un bolso y un teléfono, pero a mi amiga y a mí nos fue peor, porque nos robaron unos bolsos de marca, a ella las llaves del carro, y a mí las de mi casa, los celulares, audífonos inalámbricos, las cédulas, tarjetas, licencias, casi un total de ¢3.150.000 entre todas las cosas”, precisó.