¿Cómo murió Gabby Petito?

Lo que sería un viaje de ensueño se convirtió en pesadilla, tras la desaparición y muerte de una joven en las montañas de Wyoming. Ella murió estrangulada, según reveló la autopsia oficial, y al principal sospechoso, su prometido, parece que se lo tragó la tierra

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El pasado 2 de julio Gabrielle “Gabby” Petito, de 22 años, y su novio, Brian Laundrie, de 23, iniciaron lo que ellos llamaron desde meses atrás como “la gran aventura de sus vidas”, en un recorrido a través de varios estados de Estados Unidos. Dos meses después, él regresó a su casa en Florida solo, mientras que el destino de Gabby ya había empezado a convertirse en un misterio que luego mutaría a tragedia.

Tras casi mes y medio de periplo en el que reseñaban en Instagram y YouTube sus ensoñadoras experiencias desde diversos parques nacionales, el 12 de agosto Gabby y Brian llamaron la atención de varias personas en la ciudad de Moab, en Utah, pues ambos protagonizaron un tremendo pleito en el que tuvo que intervenir la policía después de que alguien llamó al 9-1-1.

En los días siguientes, la pareja tuvo diversas escaramuzas en otros sitios que formaban parte de su recorrido hasta que, el 25 de agosto, Gabby realiza la última videollamada a su madre. Desde ese momento, su familia no supo nada más de ella. Hubo otros dos mensajes el 26 y el 27 de agosto, pero la familia de la joven asegura que no fueron enviados por ella, pues su retórica no era coherente con lo habitual. Fueron textos cortos y parcos.

El 1 de setiembre, Brian Laundrie regresa a la casa de sus padres en North Port, Florida, en la camioneta de Gabby pero sin ella. Ya a la altura del 11 de setiembre, la madre de Petito, Nicole Schmidt, harta de no recibir respuestas ante las preguntas que venía realizándole a su yerno, puso la denuncia por la desaparición de su hija. De inmediato se inició la investigación y la búsqueda, que dio inicio cerca del Parque Nacional Grand Teton, en Wyoming.

Dos días después la familia de Laundrie le niega a la policía de North Port que hable con Brian y emite una escueta declaración, por medio de su abogado Steve Bertolino, en la que comunica que se harán a un lado durante la investigación.

El 14 de setiembre Laundrie es declarado por el FBI como “persona de interés”. Tres días después, el 17 de setiembre, la familia del joven admite a los investigadores que su hijo salió de su casa sin decir una palabra y que ignoran su paradero. De inmediato se activó una gran persecución para tratar de dar con Brian la cual, hasta este miércoles 29 de setiembre, había resultado infructuosa.

En el ínterin, el 19 de setiembre, el FBI anunció que había hallado un cuerpo en el Parque Nacional Grand Teton, y el 21 de setiembre se confirmaron los peores temores: efectivamente, los restos correspondían a Gabby Petito. El 11 de octubre, las autoridades de Wyoming que analizaron el cuerpo de Petito revelaron que la chica fue estrangulada, según arrojó la autopsia.

La historia no deja de dar sorprendentes giros, pues en la búsqueda de Petito, la policía encontró accidentalmente el cadáver de Robert “Bob” Lowery, excursionista que se dio por extraviado hace tres meses y que justo este martes 28 dio positivo, tras la realización de la respectiva autopsia.

La compleja trama continúa y tiene en vilo no solo a Estados Unidos, sino que la noticia le ha dado la vuelta al mundo. Ahora el gran misterio es el paradero de Brian Laundrie.

De la ilusión al terror

Durante el verano, a principios de julio pasado, Gabby Petito se dispuso a viajar con su prometido, Brian Laundrie, en su furgoneta Ford blanca, para recorrer los parques nacionales de todo el oeste de Estados Unidos.

Petito era una aspirante a bloguera que creció en Long Island, Nueva York, donde conoció a su prometido, Brian Laundrie, cuando eran niños. La joven de 22 años se embarcó con él (de 23) en un viaje a través del país, documentando el recorrido y la vida de la pareja mientras viajaban, en las redes sociales de ella.

A lo largo del último año, la joven publicaba frecuentemente fotos con Laundrie en su cuenta de Instagram y el mes de mayo compartió que no veía la hora de empezar a “viajar por el mundo” con él. Solo unas semanas después, en julio de 2020, anunció que Brian le había pedido que se casaran.

“¡Dije que sí!”, escribió Petito en un pie de foto de Instagram. “Cada día es un sueño contigo”.

La joven documentó su viaje en las redes sociales, publicando fotos de sí misma sonriendo en Monument Rocks, en Kansas; posando en las Grandes Dunas de Colorado; y disfrutando de las vistas del Parque Nacional del Cañón Bryce, en Utah. “No me puede gustar más lo que estoy viviendo. Todos los lugares a los que nos ha llevado hasta ahora han sido increíbles!”, escribió Petito en su cuenta de Instagram en julio, después de visitar el Parque Nacional y Reserva de las Grandes Dunas.

Nicole Schmidt, la madre de Petito, dijo la prensa: “Ella quería cruzar el país en la furgoneta y vivir la vida de la furgoneta y vivir libre. Este era su sueño”.

El caso tiene todos los elementos dignos de una película del género true crime, empezando porque quienes conocieron a la joven aseguran que era una muchacha dulce, una camarera cuyo sueño de fama de influencer acabó en tragedia.

Y es que, según se sabe hoy, durante el periplo, cuando la cámara se apagaba, la realidad era otra. Al parecer el viaje habría exacerbado la tensión entre ambos, pese a que tenían tiempo de convivir juntos. Tras la noticia de la desaparición de la joven, empezaron a surgir decenas de testimonios de personas que los habían visto discutir y protagonizar escándalos durante diversos puntos de su travesía.

Incluso hubo un momento en que se dio una pelea tan intensa que tuvo que intervenir la policía, luego de que alguien llamara al 9-1-1.

Petito llamaba regularmente a su madre, y esas conversaciones parecían revelar que había problemas en la relación de Petito, según una declaración jurada de la policía con la que logró una orden de registro de un disco duro externo encontrado en el vehículo de la pareja.

A finales de agosto, las llamadas de Petito a su madre cesaron abruptamente. Las publicaciones periódicas en las redes sociales también se detuvieron. Todas las alarmas se encendieron y finalmente, el pasado 11 de setiembre su familia reportó su desaparición.

“Cuando estaba fuera, se desconectaba de la red, haciendo su vida de furgoneta, explorando estas diferentes áreas”, dijo Jim Schmidt, el padrastro de Petito, mientras ella estaba desaparecida y no se había conocido el fatal desenlace. “No era raro que se ausentara durante unos días, pero siempre regresaba a algún lugar donde pudiera tener una conexión Wi-Fi, subir contenido a su Instagram, hacer llamadas telefónicas o FaceTime con nosotros”, dijo Schmidt.

Una semana después de haberse interpuesto la denuncia y en medio de una creciente angustia ante la total incomunicación de la muchacha, el FBI anunció el 19 de setiembre que las autoridades habían encontrado restos humanos “que se ajustan a la descripción de” Petito. Más tarde se confirmó que los restos eran de la joven. Desde ese momento, la muerte de la mujer se procesó como un homicidio, aunque aún las causas están en investigación.

Entonces, la búsqueda se concentró en Laundrie, quien regresó a la casa de la pareja en Florida el 1° de setiembre, sin Petito, y desapareció dos semanas después. Todo parece apuntar a que el hombre planificó su huida con tiempo, incluso dejó su teléfono celular en casa de sus padres con el evidente fin de que las autoridades no pudieran rastrearlo.

Los nuevos detalles que van apareciendo poco a poco ayudan a dibujar una imagen de cómo pudieron ser los días anteriores a la muerte de Petito.

Detenidos

El 12 de agosto, casi tres semanas antes de que Laundrie llegara de vuelta a Florida a la casa que compartía con Petito y los padres de él, como se mencionó antes alguien pasó junto a una pareja en Moab, Utah, quienes viajaban en una furgoneta blanca con matrícula de Florida y llamó al 9-1-1 para informar de que había visto que “el muchacho estaba abofeteando a la chica”.

“Entonces nos detuvimos”, dijo la persona que llamó a los operadores, según una grabación de audio del 911 de ese día que fue proporcionada por la Oficina del Sheriff del Condado de Grand. “Se persiguieron mutuamente a lo largo y ancho de la acera. Se insultaban. Al final él la golpeó, se subieron al vehículo y se retiraron”.

Un policía de Moab (Utah) que vio la furgoneta escribió más tarde en un informe policial que observó a Petito sentada en el asiento del copiloto y “llorando desconsoladamente”.

Entre lo más fuerte de esta historia está el hecho de que varias de las crisis y discusiones fueron grabadas en videos que hoy soy de dominio público. “Genera una impotencia total ver cómo todo se iba fraguando para que terminara con la gran tragedia de Gabby muerta de una forma atroz”, dijo una excompañera de trabajo a la cadena Univisión.

En las imágenes de la cámara corporal del Departamento de Policía de Moab obtenidas por CNN, se oye a un agente pedir a la joven, que estaba visiblemente agitada, que saliera de la furgoneta y se sentara dentro de su vehículo con la esperanza de ayudarla a calmarse. Petito dijo que los dos habían estado peleando esa mañana y pasando por “algunos problemas personales”.

“Tengo un trastorno obsesivo-compulsivo y a veces me siento muy frustrada”, dijo Petito, y añadió después: “Antes (Laundrie) no me dejaba entrar en el auto”. Cuando el agente le preguntó por qué, la joven respondió: “Me dijo que tenía que calmarme, pero estoy perfectamente tranquila”.

“En ningún momento de mi investigación Gabrielle dejó de llorar, de respirar con dificultad o de componer una frase sin necesidad de limpiarse las lágrimas, limpiarse la nariz o frotarse las rodillas con las manos”, escribió el oficial Daniel Scott Robbins en el informe.

Robbins añadió que no creía que la “situación llegara al nivel de una agresión doméstica, sino al de una crisis de salud mental”. Sugirió que los dos se separaran para pasar la noche, a lo que Petito y Laundrie accedieron.

Un testigo en el lugar escribió en una declaración jurada que los dos estaban “hablando agresivamente el uno al otro y algo parecía fuera de lugar”.

Agregó que parecía que los dos estaban discutiendo por el control del teléfono de Petito, y dijo que vio a la joven en un momento dado “golpeando (a Laundrie) en el brazo y/o la cara y tratando de entrar en la furgoneta”.

“¿Por qué tienes que ser tan malo?”, dice que oyó decir a Petito a Laundrie, aunque el testigo añadió que no podía estar seguro de si el comentario pretendía ser tomado en serio.

A todas luces, la pareja estaba a esas alturas totalmente fuera de control.

Una guardabosques del Servicio de Parques Nacionales que también atendió la llamada pasó cerca de una hora y media con Petito y le advirtió que su relación con Laundrie tenía todos los indicios de ser “tóxica”, según declaró Melissa Hulls, la guardabosques, al diario Deseret, de Utah.

“Estuve implorando con ella que revaluara la relación, preguntándole si era feliz en la relación con él, y básicamente diciéndole que esta era una oportunidad para encontrar otro camino, para hacer un cambio en su vida”, dijo Hulls al mencionado medio.

Una publicación en la cuenta de Instagram de Petito el mismo día fue etiquetada en el Parque Nacional Arches, cerca de Moab. Un pie de foto en ese post dice que la pareja había pasado un tiempo tomando fotos y “dibujando y disfrutando de la naturaleza”, cerca de los arcos.

Última comunicación

Petito llamó y envió mensajes de texto a su madre con regularidad durante todo el viaje, según la orden de registro que describe una aparente tensión creciente entre los novios.

El 24 de agosto, Petito se comunicó por FaceTime con su mamá y le dijo que dejaba Utah y se dirigía a la cordillera de Teton, en Wyoming.

Un día después, la madre y la hija volvieron a enviarse mensajes de texto, durante los cuales su familia creyó que la muchacha estaba en los Tetons.

En lo que ahora parece una suerte de macabro reality show, tres días después de conversar con la madre de Gabby, la pareja protagonizó un nuevo alboroto público en un restaurante.

El 27 de agosto, cinco días antes de que Laundry llegara a Florida, una pareja de Louisiana que estaba de vacaciones en Jackson, Wyoming, dijo que vio a Petito y a Laundrie protagonizando una pelea dentro del restaurante The Merry Piglets Tex-Mex.

Nina Angelo, que estaba en el lugar con su novio, dijo que Petito estaba llorando y que Laundrie estaba visiblemente encolerizado, fuera de sí, entrando y saliendo del restaurante varias veces y mostrando su rabia incluso contra el personal que estaba alrededor del puesto de camareras.

Una gerente del restaurante dijo a CNN que había visto “un incidente” en el local el 27 de agosto, pero se negó a dar su nombre o a describir lo sucedido y dijo que el local no tenía video de vigilancia del incidente.

Ese mismo día, la madre de Petito recibió lo que describió como un “texto extraño” de su hija y le preocupó que algo fuera mal.

“¿Puedes ayudar a Stan? Me siguen llegando sus mensajes de voz y llamadas perdidas”, decía el mensaje, según la orden de registro. Stan era una referencia al abuelo de Petito, al que su madre dijo que Petito nunca se refería de esa manera.

Ese mismo 27 de agosto, el video de GoPro de un par de blogueros captó la furgoneta de Petito en la zona de acampada dispersa de Spread Creek, donde posteriormente se encontró el cuerpo de la mujer.

Los blogueros, Kyle y Jenn Bethune, dijeron que cuando vieron la matrícula de Florida de la furgoneta pensaron en pararse a saludar, ya que ellos también eran de Florida, pero Jenn Bethune comentó que no parecía haber nadie cerca del vehículo.

“Pensamos que tal vez estaban de excursión o que simplemente se estaban relajando dentro”, añadió Kyle Bethune. “No (había) ninguna puerta abierta”.

El FBI ha pedido información a cualquier persona que haya estado en la zona de acampada entre el 27 y el 30 de agosto, que pueda haber tenido contacto con la pareja o haber visto el vehículo.

Según la línea de tiempo que la familia de la víctima proporcionó anteriormente, el último mensaje de texto de Petito llegó el 30 de agosto, pero su familia dudó de que fuera ella quien escribiera el mensaje.

“No hay servicio en Yosemite”, decía ese mensaje.

El cuerpo

El 19 de setiembre las autoridades anunciaron el hallazgo de restos humanos en la zona de acampada dispersa de Spread Creek, en el Bosque Nacional Bridger-Teton, en Wyoming. Un forense confirmó posteriormente que se trataba de Petito.

El restaurante donde, según las autoridades, se vio a Petito por última vez está a unos 40 kilómetros de Spread Creek.

Una orden de arresto federal emitida el 23 de setiembre contra Laundrie por el uso de dispositivos de acceso no autorizado “en el distrito de Wyoming y en otros lugares” alega que en algún momento entre el 30 de agosto y el 1° de setiembre, el hombre habría utilizado una tarjeta de débito y un número PIN para cuentas que no le pertenecían con el fin de realizar cargos de más de $1.000.

Un abogado de la familia de Brian dijo el jueves 23 que la orden está relacionada “con actividades que ocurrieron después de la muerte de Gabby Petito y no están relacionadas con su muerte”.

“El FBI se enfoca en localizar al hombre y cuando eso ocurra los detalles de los cargos contemplados en la acusación se abordarán en el foro adecuado”, dijo el abogado Steve Bertolino.

Entre el incesante flujo de sugerencias y de teorías de la conspiración hubo numerosas pistas, y algunas ayudaron a la policía a dar con el lugar donde estaba el cadáver de Petito.

Al mismo tiempo, muchos estadounidenses cuyos familiares se encuentran desaparecidos se preguntan por qué sus casos no han recibido la misma atención, como analizó recientemente la cadena BBC, que ha sido secundada en este tema por artículos de medios de todo el mundo.

Y es que hay miles de estadounidenses desaparecidos, especialmente personas no blancas, cuyos casos han pasado inadvertidos para el resto del país.

Los investigadores se refieren a este fenómeno como el “síndrome de la mujer blanca desaparecida” y ha existido durante décadas, según explicó a la cadena BBC Michelle N. Jeanis, profesora asistente de Derecho Penal de la Universidad de Luisiana en Lafayette.

Ella lleva años estudiando la relación entre las personas desaparecidas y los medios. Sostiene que la prensa usa un “enfoque de cuento con moraleja” alrededor de las mujeres blancas victimizadas que resulta lucrativo para la industria y que refuerza los prejuicios sociales, especialmente en redes sociales.

“Las mujeres blancas jóvenes, hermosas, típicamente de clase media, son increíblemente noticiosas cuando les suceden cosas malas”, dijo a la BBC.

En su investigación descubrió que las redes sociales a menudo funcionan de manera similar a los medios tradicionales en tales casos, por lo que los mensajes sobre estas personas blancas obtienen muchos más “me gusta”, son más compartidos y, en general, generan una mayor interacción que los relacionados con personas de color.

Víctimas ignoradas

Greg Day vive en un duelo permanente. En julio del 2012, su hija de 28 años de edad, Dawn, fue encontrada flotando boca abajo en los canales del condado de Fremont (Wyoming).

Casi exactamente cuatro años más tarde, su otro hijo, Jeff, también de 28 años, fue hallado muerto.

“Greg cree que sus dos hijos fueron asesinados”, dice Lynnette Grey Bull, amiga de la familia Day y directora y fundadora de la ONG “No nuestras hijas nativas”, una organización entre varias que buscan crear conciencia sobre la crisis de las mujeres indígenas desaparecidas y asesinadas en América del Norte.

Según el Departamento de Justicia de Estados Unidos, las mujeres nativas mueren diez veces más que el promedio nacional.

Solamente en Wyoming, donde desapareció Petito, se reportó la desaparición de más de 700 nativos estadounidenses durante la última década. Pocos han visto sus casos resueltos o tomados en serio.

“Me he sentado con familias a las que no podía dar ninguna respuesta”, dice Gray Bull, integrante del grupo de trabajo del estado sobre indígenas desaparecidos y asesinados. “Es una carga pesada llevar estas historias y voces”. Según ella, Day envió pistas y escribió una carta personal al fiscal general del condado de Fremont este año. Sin embargo, como muchos otros, no ha obtenido justicia y ha recibido poca ayuda.

“La conclusión para nosotros como nativos es que siempre nos ignoran”, dice Gray Bull a la BBC.

“La estadística que tengo en mi cabeza es que pertenezco a la etnia más acosada, violada, asesinada y agredida sexualmente de todas las de este país. ¿Por qué no se presta atención a nuestros casos?”, pregunta.

El joven veterano

David Robinson II es un veterano de guerra que ha estado buscando a su hijo menor, Daniel, de 24 años, durante los últimos tres meses. El muchacho había nacido sin su mano izquierda pero esto nunca fue una limitante para él, pues era jugador de fútbol, tocaba el trombón y coleccionaba rocas desde niño. A la postre se graduaría con honores en la carrera de Geología, en la Universidad de Charleston, en Carolina del Sur.

Su padre y allegados lo recuerdan como un joven divertido, afable, el tipo de persona que iluminaba cualquier recinto. Fue visto por última vez saliendo de su lugar de trabajo en Buckeye, Arizona, en su Jeep azul.

Hace dos meses un granjero halló el carro en el fondo de un barranco, pero no había restos de David. La búsqueda inicial se enfrió y el padre no ha tenido más remedio que mudarse a Arizona con tal de presionar a las autoridades para que continúen con la búsqueda. Hasta el momento ha realizado sus propias operaciones de búsqueda con más de 200 voluntarios sin parar durante siete semanas.

La familia también ha creado una campaña de recolección de fondos y una petición para apoyar sus esfuerzos, pero David teme que se haya perdido un tiempo preciado.

El enorme interés por la desaparición de Gabby Petito lo ha dejado con sentimientos encontrados. “Que se haya convertido en noticia en todo el país, que el FBI y otras agencias trabajen en el caso, es todo lo que quería para mi hijo”, dice.

“La parte triste es que la familia tuvo que lamentar el resultado (de su muerte), pero ellos pueden sentir un poco la sensación de que el caso ha tenido un final. Yo no tengo ninguno”, agrega.

Lauren Cho

Cuando su amiga Lauren Cho se alejó del autobús que tenían ambos, Cody Orell vio que ella estaba molesta por algo, pero no le prestó demasiada atención. “No me quise entrometer entonces, pero por supuesto que ahora desearía...”, dijo al periódico local Hi-Desert Star en julio.

Conocida por sus amigos como “El”, Cho, de 30 años de edad, fue cantante soprano durante su adolescencia y luego se convirtió en maestra de música.

En el invierno pasado, saturada de todo, renunció a su trabajo y se unió a Orell en un viaje por carretera por el país. Su idea era montar un negocio con un camión de venta de comida al llegar a su destino, Bombay Beach, en California.

Pero luego, el dúo usaría ese autobús reconvertido como vivienda y Cho se convertiría en chef privada del Airbnb de una amiga cercana. El 28 de junio, cuando se alejó del autobús donde vivía, no llevó teléfono, comida ni agua.

Las operaciones de búsqueda y rescate no encontraron rastro de ella.

Una vez más, el caso Petito ha despertado un nuevo interés por la desaparición de Cho.

En una página de Facebook llamada “Encuentren a Lauren Cho”, sus administradores escribieron: “Nos damos cuenta de que, en principio, la información pública sobre ambos casos tiene algunas similitudes. En última instancia, estos dos casos NO son iguales y las diferencias son más profundas de lo que parece a simple vista. Alguien sabe algo”, concluyeron.

En un vuelco más del entramado caso, curiosa o irónicamente, la gran atención que ha recibido todo el asunto de Gabby Petino ayudó a las autoridades a encontrar a otra persona que se encontraba desaparecida en el mismo Parque Nacional Grand Teton, del estado de Wyoming.

Según la oficina local del sheriff, Robert “Bob” Lowery fue visto por última vez el 20 de agosto mientras portaba un bolso de lona negra en el que cargaba un saco de dormir y una tienda de campaña.

Lowery, de 46 años, se encontraba en el lugar explorando el sendero de Cañón Negro en el Bosque Nacional Bridger-Teton, cerca del Parque Nacional Grand Teton, muy popular entre ciclistas y senderistas.

La oficina del sheriff dijo que Lowery desapareció a 40 millas de donde se encontró el cuerpo de Petito, pero los investigadores no creen que los dos casos estén relacionados.

Desde que Lowery dejó de reportarse con su familia las autoridades desplegaron un operativo para localizarlo. Sin embargo, la búsqueda no había tenido éxito hasta que sus restos fueron hallados y sometidos al protocolo de reconocimiento, que dio positivo este martes 28. La autopsia continúa para tratar de determinar las causas de la muerte del montañista, quien está siendo objeto de homenajes en redes sociales por parte de su familia y amigos, quienes coinciden en que se trataba de un ser humano “excepcional”.

Las últimas noticias, al cierre de esta edición, daban cuenta de otro elemento que sigue confiriéndole gran atención al caso: el mediático cazarrecompensas estadounidense y exestrella de reality, Duane “The Dog” Chapman, se unió a la búsqueda de Brian Laundry.

Según reportó TMZ, “The Dog” Chapman, que se trasladó hasta Florida Woods para buscar información, tendría pistas que podrían ayudar a dar con el paradero de Brian, de 23 años.

Aparentemente el cazarrecompensas estaría reuniendo datos que también vincularían a los padres de Laundrie con el caso, que hasta el momento deja muchas dudas pero que tiene como principal “persona de interés” al joven de 23 años quien, con todo y todo, aún no ha sido declarado como “sospechoso” de forma oficial.

*Este artículo fue elaborado con información de BBC Internacional, Infobae de Argentina, Univisión, la agencia AFP, la cadena CNN y Telemundo. Además, el reportaje fue actualizado el 11 de octubre, con los datos oficiales que arrojó la autopsia realizada a Gabby Petito.