Recope agrava su salud financiera con pérdidas de ¢26.000 millones

Empresa se niega a pedir alza anual permitida por ley para costear gastos y atribuye mal desempeño a Aresep, Autoridad rechaza responsabilidad

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) acumuló pérdidas en los primeros nueve meses del 2023 por ¢25.912 millones, advierten sus estados financieros. El balance alerta de la caída sostenida este año en las ganancias obtenidas de un mercado cautivo, en el cual opera en condición de monopolio.

La situación del 2023 contrasta con lo registrado en el mismo periodo de 2022, cuando acumuló ganancias por ¢54.477 millones.

En cambio, su resultado al cerrar setiembre evidencia 96% de repunte en la pérdida que ya sumaba en junio, cuando estaba en -¢13.219 millones. En los últimos tres meses, su detrimento financiero aumentó en ¢12.693 millones.

Las cuentas de Recope también muestran una caída del 27% en el valor económico de sus inventarios de hidrocarburos, la cual equivale a ¢78.694 millones menos al compararse con el tercer trimestre del 2022.

Todo el diésel, gasolinas, búnker y otros derivados que almacenaba hasta el mes pasado, se valoraban en ¢213.196 millones, según su último reporte contable. Las existencias al tercer trimestre del 2022 tenían un valor de ¢291.890 millones.

Recope no pide ajuste ordinario

Otro factor que afecta el desempeño de este año es que Recope no ha solicitado un ajuste ordinario de precios de combustibles a la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (Aresep). La ley de la Aresep faculta a Recope y a otras empresas reguladas a pedir un ajuste ordinario anual para cubrir sus gastos operativos, administrativos e inversiones. Estos costos incluyen, por ejemplo, los salarios de sus 1.742 empleados y el financiamiento de la convención colectiva que es de ¢15.376 millones anuales hasta 2024.

La Nación consultó a la empresa a qué responde su decisión de no pedir ajustes ordinarios para costear su operación pese a estos resultados inéditos en su historial contable. Según Recope, no lo hace porque asegura que la metodología de cálculo los afecta.

“Técnicamente, la variable que ha ocasionado esa situación es la del diferencial de precios, que se calcula cada semestre. Esa es una variable extraordinaria que por las mismas reglas de Aresep no podemos pedir que se corrija en un estudio ordinario de tarifas, el cual considera otros aspectos”, indicó la Refinadora por escrito.

Eric Bogantes Cabezas, regulador general de la Aresep, explicó queel desempeño financiero de cualquier operador de un servicio publico es responsabilidad de su administración. La Aresep legalmente no puede coadministrar las actividades del prestador del servicio.

“Podría ser el discurso de muchos operadores decir que la ley de la Aresep debe velar por su equilibrio financiero. Sin embargo, esa garantía no nos obliga a reconocer cualquier gasto. El equilibrio financiero se refiere a resguardar la prestación de un servicio público, no las cuentas del operador”, indicó.

Adelantó que la Aresep hará una revisión profunda para esclarecer cuáles son las causas de la operación deficitaria de Recope.

Expresó que ya se ha reunido con los gerentes y la Junta Directiva de Recope y estos atribuyen las pérdidas a cambios en la metodología para calcular las tarifas.

Ver más

El regulador recalcó que no existe evidencia de eso, pero, para no desatender la solicitud de revisión de Refinadora, se creó un grupo de trabajo que analizará los flujos de caja de la entidad para contrastarlos con la metodología.

Reiteró que la ley de Aresep tiene los mecanismos suficientes para garantizar los ingresos necesarios a los prestadores y así preservar su equilibrio económico. Para esto, los prestadores del servicio público deben presentar su estudio ordinario de tarifas.

Recope, sin embargo, sigue sin presentar tal solicitud lo cual afecta su contabilidad. El regulador cree que a lo anterior se suma a su estructura de costos actual.

Valor de inventarios

El regulador hizo referencia al volumen de productos que mantiene Recope como inventarios en sus tanques de almacenamiento, los cuales suelen ser reservas fijas para unos dos o tres meses de operación entre recargas.

Explicó que si el precio de los derivados está por encima de ¢1.000 por litro, ese inventario de Recope tiene un valor económico alto con respecto a cuando las tarifas caen por debajo de ese precio.

Si bajan los precios, dijo, todo cuanto Recope guarda en sus depósitos pierde valor económico. Esto lo reflejan sus últimos estados financieros que reportan una caída de ¢78.694 millones en el valor de sus reservas en comparación al año pasado.

Recope confirmó el análisis del regulador pues, en respuestas a consultas de este medio, aseguró que el valor de sus inventarios ha bajado porque en el año 2023 los precios promedio de los combustibles han sido menores frente al 2022 y también debido a diferencias en el tipo de cambio.

“Eso genera un resultado que parece perverso, pues sugiere que Recope es rentable si vende combustible a un precio caro y es deficitaria cuando la tarifa cae”, indicó Bogantes.

Recordó que la metodología reconoce a Recope 7% del precio por litro correspondiente al rédito de desarrollo: una fuente de financiamiento para la continuidad del servicio y le otorga seguridad al prestador para que tenga recursos suficientes y oportunos, cumpliendo con el principio de equilibrio financiero.

“Si Recope vende a ¢1.000 por litro, recibe ¢75 de rédito para el desarrollo pero, si vende a menos de ¢1.000, recibirá menos colones con el mismo porcentaje. Eso hace que los ingresos reales de Recope caigan mientras sostiene una estructura financiera llena de gastos invariables desde hace años”, comentó.

Aresep advirtió de que Recope debería revisar su estructura de costos interna y hacer los ajustes necesarios y, si no logra remontar sus pérdidas, podría exponerse a una fiscalización profunda en sus cuentas, luego de la cual deberá solicitar un ajuste tarifario ordinario para no arriesgar el servicio.

La refinería de Recope fue inaugurada en 1967 y dejó de funcionar en 2011. No obstante, en 2009 se echó a andar con China otro intento para refinar, el cual terminó en fracaso.