Enfermos del corazón sufren por atasco en compras de dispositivos

CCSS sin insumos para angiografías, baterías de desfibriladores y marcapasos. Hospitales dependen de que el Calderón haga gran adquisición, pero otra compra quedó en el olvido en la Dirección de Aprovisionamiento

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Solo porque la Sala IV dio la orden, Víctor Hugo Montero Hidalgo, de 65 años, logró que lo llamaran del Hospital México para cambiar la batería del desfibrilador cardíaco que lleva en su pecho y que está a punto de apagarse.

Esperó cinco meses la llamada, pero solo los magistrados constitucionales, en fallo unánime, lograron que el México lo internara a las 8:45 p. m. del lunes 30 de setiembre.

Este martes 22 de octubre, Montero aún seguía internado en el sexto piso de ese hospital esperando el cambio del dispositivo, denunció su esposa, Evelyn Pérez Castillo, a La Nación.

En el salón en el cual ha permanecido este vecino de Quepos los últimos 22 días, ha visto pasar a varias personas en su misma condición, relató Pérez. Tres de las seis camas de ese lugar las ocupan enfermos como él, que llevan más de un mes en espera de que les sustituyan aparatos a punto de vencer. No los dejan irse a su casa por si ocurre algún fallo cardiaco.

Las causas de estas largas esperas son administrativas.

La primera: El Hospital Calderón Guardia es el que puede adquirir algunos dispositivos médicos, pero la ampliación de ese contrato está en proceso en el Centro de Electrofisiología del centro médico, explicó el director del Hospital México, Douglas Montero Chacón.

Este hospital y el San Juan, dijo Montero, esperan “pegarse” a esa ampliación para comprar a mejores precios desfibriladores y marcapasos, que sirven para controlar alteraciones en el ritmo cardíaco.

Mientras se resuelve la compra en un plazo que todavía se desconoce, adquirirán los dispositivos por aparte, probablemente a un mayor precio que si lo hicieran en bloque.

La segunda razón: Un atasco en la Gerencia de Logística y la intervención de su Dirección de Aprovisionamiento de Bienes y Servicios, en mayo del 2018.

Ahí, se tramita desde hace varios años una megacompra para insumos de Cardiología, Neurología y Vascular Periférico, contrato que apareció entre los expedientes varados cuando esa gerencia empezó a detectar anomalías en el “cerebro” de la cadena de abastecimiento de la Caja, responsable de comprar todo lo que necesitan los hospitales para funcionar.

A inicios de este año, la Junta Directiva de la Caja amplió seis meses la intervención, plazo que caducó en julio. No ha sido posible obtener una entrevista con voceros de la CCSS para conocer los resultados.

Quienes pagaron los platos rotos por ambas cosas, han sido los enfermos.

Únicamente en el Hospital México, que tiene la red más grande de servicios en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), hay 17 pacientes en las mismas condiciones del vecino de Quepos, en Puntarenas, confirmó Montero.

La lista es mucho mayor y va más allá de las necesidades pendientes para colocar o sustituir desfibriladores y baterías.

Solo para realizar angiografías, un examen fundamental para revisar cómo fluye la sangre en las arterias del corazón y cuyos implementos forman parte de la contratación que tramita Logística, la CCSS tiene una presa de 476 enfermos cardíacos a quienes aún no se les ha podido hacer este procedimiento.

Esas personas han esperado entre tres y ocho meses en los hospitales México (89 días), San Juan (150 días) y Calderón Guardia (244 días de espera).

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FUENTE: MEDLINEPLUS.    || J.C. / LA NACIÓN.

Víctor Hugo Montero tuvo relativa suerte. La Sala IV evaluó su historial médico y ordenó al Hospital México internarlo para cambiarle la batería al dispositivo que mantiene protegido a su corazón.

La lucha de su familia por acelerar su atención también llevó su historia ante la Defensoría de los Habitantes, que presionó para que el México finalmente programara este miércoles la intervención esperada por el paciente.

“Me afecta verlo ahí, y ver a un montón de personas en la misma situación. Él está muy mal anímicamente”, reconoció Pérez pocas horas antes de conocer la programación del procedimiento.

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Compras urgentes y jornada de producción

El gerente médico de la Caja, Mario Ruiz Cubillo, reconoce el problema.

Explicó que la compra nacional que está en manos de la Gerencia de Logística lleva varios años en espera de resolverse –no especificó cuántos–, y que esto ha afectado a los enfermos.

Ruiz se apresuró a mencionar que él instruyó a los hospitales para que atiendan inmediatamente la situación de enfermos recurriendo a compras urgentes, de ser necesario.

Esas adquisiciones, es cierto, multiplican varias veces el costo para la Caja, pues se pierde la ventaja que tiene esta institución para disminuir montos cuando compra por volumen. “Pero se realizará por los pacientes”, enfatizó Ruiz.

Por ejemplo, un desfibrilador cardioversor implantable completo ronda los $25.000, informó el director del México. Los que necesitan los 17 pacientes en lista se irán comprando paulatinamente, en espera de que se resuelva en algún momento la ampliación del contrato del Calderón Guardia.

Sobre la contratación en manos de Logística, Ruiz comentó que se ha tratado de agilizar el proceso, dándole prioridad a esta compra.

La Nación intentó comunicarse con algún vocero de esa gerencia, pero tampoco fue posible que, al cierre de esta nota, suministraran mayores detalles sobre esa adquisición, como su monto, plazos y características de los dispositivos.

“Es un contrato muy grande y muy viejo que se ha tratado de sacar adelante. Mientras esto sale, impulsamos un proyecto de jornadas de producción para hacer 476 angiografías coronarias”, explicó Ruiz.

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en Costa Rica.

La coordinadora de la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE), Marny Ramos Rivas, confirmó que estas jornadas arrancarán a partir del 28 de octubre, aunque la mayoría quedará para empezar en noviembre.

El objetivo es bajar a 100 días el plazo máximo de espera por este procedimiento, fundamental para desbloquear venas y arterias obstruidas.

Se beneficiarán los enfermos cardíacos del San Juan de Dios, Calderón Guardia y México, para lo cual se tiene un presupuesto superior a los ¢307 millones para el pago de jornadas extraordinarias, pues se trabajará después de las 4 p. m..

Se invertirán más de $2,2 millones en insumos (alrededor de ¢1.271 millones, al tipo de cambio actual).

“Los 476 casos que queremos resolver son los más antiguos de los tres hospitales, para dejar el plazo lo más bajo posible”, dijo Ramos, quien agregó que el objetivo es mantener el plazo de los 100 días, incluso menos, lo cual será posible con el ingreso de nuevos especialistas.

FUENTE: Centro de Gestión Documental de La Nación. DISEÑO/LA NACIÓN.

La última gran crisis en Cardiología se registró en el 2015, cuando la jefa de ese servicio en el Hospital México, Sofía Bogantes, reveló la existencia de una lista de más de un centenar de pacientes fallecidos, que estaban a la espera de realizarse cateterismos cardíacos.

Su denuncia obligó a la CCSS a ordenar estas listas de espera a abrir una comisión investigadora en la Asamblea Legislativa. En la mayoría de las muertes no se logró confirmar la relación directa con la larga espera para el procedimiento como causa de la defunción.