Atraso en pago de créditos mermó al cierre del 2018

Autoridad supervisora estima que personas usaron aguinaldo para ponerse al día, que otros aprovecharon renegociaciones que ofrecieron bancos y también hay efectos contables

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A pesar del incremento en el precio del dólar a finales del 2018 y de la desaceleración de la economía en ese periodo, golpeada por la huelga y la situación de Nicaragua, los créditos con atrasos de pago en el sistema financiero nacional terminaron el 2018 a la baja.

La información suministrada por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef), muestra que en diciembre el porcentaje de créditos con atrasos de pago mayores a 90 días, o en cobro judicial, alcanzó un 2,14% con respecto a la cartera directa o el total de préstamos.

Este comportamiento refuerza una tendencia a la baja que inició en setiembre del 2018, cuando el indicador había alcanzado un 2,58%.

La Sugef considera que la morosidad menor al 3% es normal, por encima del 3% y hasta 10% se ubica en nivel I de riesgo de crédito, según el Modelo de Calificación con Base en los Indicadores de Alerta que utiliza la entidad supervisora.

La reducción se registró tanto en los créditos en colones como en dólares. En el caso de la moneda local el indicador de morosidad pasó de 2,35%, en setiembre del 2018, a 2,10%, en diciembre de ese mismo año; y en moneda extranjera, de 2,95% a 2,20%, en ese mismo periodo.

Medidas que pudieron influir

Los resultados parecen mostrar que la ofensiva que lanzaron las entidades para renegociar deudas a finales del año pasado generó resultados positivos.

El 3 de octubre del 2018, por ejemplo, el Banco Popular lanzó el Programa Solidario de Apoyo Financiero; el 19 de octubre pasado los bancos Nacional y de Costa Rica anunciaron medidas para evitar que los deudores caigan en problemas de pago, y el 27 de octubre, Scotiabank realizó la Feria de Soluciones para ofrecer diversas alternativas de pago a todos los clientes que tuvieran cuotas atrasadas de sus préstamos o tarjetas de crédito.

“Efectivamente, gracias a las medidas implementadas estamos logrando mantener la mora a niveles razonables de acuerdo a la regulación (…). La colonización ha sido un pilar importante en este proceso, esto a nivel de empresas”, opinó Douglas Soto, gerente general Banco de Costa Rica.

“Los resultados de la feria fueron favorables. Los clientes tomaron positivamente la posibilidad de negociar condiciones más adecuadas a su situación personal”, expresó Hermann Uribe, vicepresidente de Riesgo de Scotiabank Centroamérica.

El economista y exbanquero, Luis Liberman, tiene la hipótesis de que muchos deudores aprovecharon aguinaldos y bonificaciones para ponerse al día o reducir la mora de sus créditos para no manchar su calificación crediticia. El superintendente de Entidades Financieras, Bernardo Alfaro, coincidió con esta apreciación.

“En el caso de los colones puede deberse a renegociaciones de créditos; pero sobre todo, al hecho de que muchas personas aprovechan su aguinaldo para poner al día sus operaciones, con lo cual disminuye la mora de los bancos”, manifestó Alfaro.

Uribe añadió que también los consumidores se han dado cuenta que el escenario macroeconómico no es tan favorable como había sido en el pasado, por lo que hay más precaución a la hora de endeudarse y que el incremento en el tipo de cambio también tiene un efecto favorable en sectores que reciben ingresos en divisas, como exportadores de bienes y servicios.

No obstante, para Alfaro también pueden haber efectos contables importantes.

Uno de esos efectos es que cuando el precio del dólar subió, la parte de la cartera en dólares se expande más porque es un monto más alto que el monto de créditos con atraso y eso hace que el indicador que compara los préstamos morosos respecto a la cartera directa disminuya.

“Cuando hay un banco altamente dolarizado –caso de la mayoría de los privados– y con niveles de mora desiguales por moneda (típicamente la mora en colones es más alta, pues el crédito de consumo se concentra en esta moneda), el efecto combinado presenta un nivel leve de dilución sobre la mora global”, comentó Alfaro.

“Un último factor puede ser la liquidación de carteras que realizan los bancos. Cuando tienen meses con buenas utilidades, se les genera un mayor margen de maniobra para registrar el 100% de los créditos atrasados como un gasto, y finalmente liquidan ese crédito malo contra esas estimaciones creadas. Esto permite bajar el índice de morosidad”, añadió.

El Superintendente también llamó la atención en que en el último trimestre hubo un leve repunte en el crecimiento del crédito total del sistema financiero nacional, principalmente en colones, lo cual también contribuye a reducir el indicador.

Banco Nacional redujo morosidad, pero sigue alta

El Banco Nacional, el más grande en crédito del sistema financiero costarricense, y cuya mora sobrepasó el nivel normal de 3% en junio del 2018, logró reducir este indicador al cierre del 2018, aunque todavía se mantiene por encima de ese límite.

El indicador de créditos con atrasos de pago mayor a 90 días o en cobro judicial respecto al total de la cartera en esta entidad financiera pasó de 4,53%, en octubre pasado, a 3,16%, en enero, según la información que publica la Superintendencia de Entidades financieras (Sugef).

En ese momento se informó de que la entidad había aumentado la estimaciones por deterioro de préstamos entre enero y mayo del 2018, lo cual coincidió con los problemas generados por el financiamiento para la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Capulín San Pablo, en Turrubares, desarrollado por la empresa Hidrotárcoles.

En este proyecto el Banco Nacional otorgó un crédito de $117,5 millones, en abril del 2014, para la edificación de la obra, capaz de generar 50 megavatios, valorada en $167 millones. No obstate, el Instituto Costarricense de Electricidad, que compraría la energía producida, quitó su apoyo.

Allan Calderón, subgerente general de Riesgo y Crédito del Banco Nacional, explicó esta semana, por medio del departamento de prensa, que la entidad ha venido haciendo un esfuerzo muy importante desde el año anterior en procura de normalizar y dar sostenibilidad a los indicadores de calidad de la cartera de crédito, especialmente la mora de operaciones con atrasos superiores a los 90 días.

Según Calderón, la situación económica, la incertidumbre sobre la aprobación o no de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, el desempleo, entre otros, tuvieron un impacto sobre los indicadores.

Calderón citó entre las acciones que ha aplicado el Banco para bajar la morosidad: un plan integral de gestión de cobro por zona comercial, replanteamiento de la estrategia normalizaciones de operaciones, ajustes a políticas internas de riesgo, inclusión de modelos automatizados de herramientas de cobro y una política de liquidaciones de créditos.