El cantante de Face to Face toma el micrófono para realizar la última presentación de la noche. De primera entrada se nota que Trever Keith y el resto de sus compañeros arrastra noches sin dormir, causadas por una ajetreada agenda que los ha llevado a tocar nueve conciertos en seis países y todo eso en 10 días. Costa Rica es la última parada del demandante tour para esta banda que lleva más de 20 años sobre los escenarios.
La explosión de energía que genera la primera canción, You've done nothing (la abridora del álbuk Don't Turn Away), esfuma cualquier duda sobre el rendimiento del cuarteto californiano. Keith canta y la audiencia le corresponde abalanzándose sobre el filo de la tarima. Los vasos de plástico aún con cerveza vuelan de lado a lado y en el ambiente reina ese tufo a sudor, colonia y tabaco.
Lo de abajo del escenario es una mezcla de camisetas negras empapadas. Hay risas, cánticos, gorras sin dueño, antebrazos tatuados y anteojos fracturados. En el pelotón se distinguen jóvenes que ni suman las dos décadas codeándose con otros aficionados que ya acumulan canas en la barba. Eso es el punk, un género que no conoce el cansancio y por eso no envejece ni muere.
La música tuvo el impacto de una avalancha sobre el club Peppers, ubicado en Curridabat. Fueron cinco horas continuas de puro punk, que arrancaron con la presentación de la banda nacional Billy the Kid.Los ticos dieron un repaso por lo mejor de su repertorio antes de viajar a Europa para realizar una serie de conciertos.
Billy The Kid tocó lo mejor de sus tres discos, Gorilla (2015), Jonestown (2010) y Esta ciudad arderá (2008), los cuales fueron coreados por al menos 40 personas.
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Hay que ponderar la energía del vocalista de Billy The Kid, Eddie Gamboa, quien al finalizar la presentación comentó que algún día espera que sean los extranjeros los que abran a las bandas nacionales. Posteriormente brincó del escenario para saludar personalmente a todas las personas que asistieron al chivo.
Luego le llegó el turno a la banda australiana The Decline, quienes presentaron lo mejor de sus discos Are you Gonna Eat That? y Resister. Este cuarteto de nicho se popularizó por sus líricas llenas de humor que viajan a través de un punk rápido y melódico. Fue agradable ver a unas cuantos fans cantar a todo galillo las piezas de este conjunto formado a inicios del milenio, no todos los días ni todos los años se tiene la oportunidad de cantar la canción de aquella banda que solo uno pocos conocen y atesoran.
A medida que avanzaba la noche, la audiencia se empezaba a amontonar en el bar. Muchos llevaban camisas de bandas emblemáticas del género como The Descendents, Rise Against, Satanic Surfers, Ataque 77, Good Riddance y Strung Out , todas estas agrupaciones han venido en menos de tres años. Definitivamente, el fan de punk tico no tiene nada de qué quejarse. Más aún si se toma en cuenta que en tres semanas toca Bad Religion y en diciembre vuelve Strung Out.
El conjunto Much The Same relevó a los australianos. Este conjunto, oriundo de los suburbios de Chicago, llegó por primera vez a Costa Rica. Para la sorpresa del vocalista Gunner McGrath y su combo el público tico les correspondió coreando las canciones What I Know y Greatest Betrayal, ambas pertenecen al disco Survive, el cual es un delirio.
Tras el concierto del cuarteto de illinois hubo un respiro de alrededor 30 minutos. Tiempo para recuperar, hidratarse, fumarse un cigarrillo en las afueras del local y aprovechar para saludar a una cara conocida.
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El penúltimo grupo fue Ignite, uno de los pesos pesados de la noche. De primera entrada, el cantante de la agrupación Zoli Téglás se disculpó porque su voz no estaba en sus mejores condiciones después de la gira, aún así, prometió darlo todo y así lo hizo.
La banda californiana repasó lo mejor de un extenso repertorio que incluyó canciones como Bleeding, Nothing Can Stop Me y My Judgement Day, esta última se la dedicaron a la memoria de Chester Bennington y Chris Cornell, ambas figuras prominentes del rock que se suicidaron en en mayo y en junio, respectivamente.
"Ellos eran grandes profesionales que lo tenían todo: fama, dinero y una familia. Sin embargo, la mente a veces es un lugar peligroso cuando uno está solo y cuando una voz les diga que se hagan daño hagan todo para erradicar las voces", predicó el espigado vocalista de la agrupación.
En medio de la presentación, Téglás le pidió al bajista que cantara la siguiente canción, mientras él se atendía la garganta en la tarima del segundo piso del local de Curridabat, un camerino improvisado pero al final y al cabo efectivo.
Tras unos cuatro minutos Téglás regresó al escenario. El chivo siguió con piezas como Slowdown y un cover de la canción de U2 Sunday Bloody Sunday, la cual fue interpretada en un dueto entre Téglás Trever Keith; sin lugar a dudas esa fue una de las mejores imágenes que dejó la noche.
FInalmente le llegó el turno a Face to Face. Una banda que no se cansa de venir y el tico tampoco se aburre de verla. Esta es la tercera visita de conjunto californiano que regaló la interpretación de piezas como I Won't lie Down, Bend but not Broken y Blind.
El concierto terminó con Disconnected, la cual fue coreada por los cantantes de The Decline, Much The Same e Ignite. Tremendo encore para cerrar un festival digno de enmarcar.
Así acaba otro chivo, ahora solo queda esperar contar los días para presenciar la primera visita de Bad Religion, se presentará en este mismo recinto el 3 de noviembre. Hay punk para rato.