Alfredo Aguilar ha obtenido el premio UNA Palabra por segunda vez; en el 2012 lo consiguió debido a El amor es eterno mientras dura. En este año se lo ha aportado su novela Porque me duele si me quedo , historia de una mujer y un hombre marginales, quienes, de tanto abundar en la realidad, piden un sitio en la literatura. Conversamos con el autor.
–¿Cómo creó la trama?
–Como en mis anteriores trabajos, ya sea en cuento o en novela, siempre parto de algún elemento de mi realidad inmediata; es decir, de algún hecho real. A partir de allí comienzo a estructurar las historias agregándoles datos que pueden ser productos de mi imaginación o interpretaciones personales de hechos similares vividos por gente de mi entorno. Cuando escribo siempre tengo en mi mente una referencia real, ya sea con personas o con escenarios conocidos.
–¿Hay continuidad entre este libro y sus obras anteriores?
–Creo que sí, por lo menos en mi trabajo como novelista. En esta novela, como en la anterior y en muchos de mis relatos, el peso de las historias narradas recae en personajes femeninos, los cuales, desde su punto de vista, interpretan su entorno inmediato.
”Al igual que en El amor es eterno mientras dura, intento trasladar, a la literatura, las vidas de gente común, con sus modestas aspiraciones, que son los deseos de muchos, como la búsqueda de un estado de bienestar que tratan de alcanzar con los elementos que les provee su realidad. En mi obra son infaltables temas como el amor, el desamor, la amistad...: todo aquello que suma en esa aspiración de encontrar lo que hemos dado en llamar ‘felicidad’”.
–¿En qué se diferencia este libro de los otros que ha publicado?
–Es una trama diferente, historias y personajes distintos...
–¿Tiene usted un “lector imaginario” para el que escribe ?
–Escribo en primer término para mí, aunque suene hedonista. Si la historia que cuento me emociona, es probable que también emocione a otras personas. Cuando escribo pretendo hacerlo desde el lado del lector antes que del escritor; trato de contar historias que me gustaría que me cuenten.
–¿Presenta los originales a amigos antes de publicar la novela?
–A veces, pero a muy pocos. Mi primera lectora es mi esposa: mi primera crítica y quizá a la que más escucho. Sin embargo, hay no más de tres personas a las cuales les pido opinión sobre algún texto.
–¿Cuándo escribe?
–No tengo horarios definidos, como sí los tienen algunos colegas. Escribo cuando dispongo del tiempo y sé lo que voy a escribir. En el caso de la novela, necesito saber al menos cómo comenzará. En lo que respecta al cuento, empiezo a escribir un relato si sé cómo empezaré, qué voy a contar y cómo terminaré. Sin embargo, considero que uno puede estar escribiendo sin estar sentado frente al computador.
”Dedico mucho tiempo a pensar en mis historias, a ‘dibujar personajes’ mientras hago otras cosas, como cuando realizo labores manuales que no demandan una concentración mental muy grande. En mi caso, es la forma más sustanciosa de estar escribiendo, de manera que, cuando me siento frente a la máquina, los escenarios, los personajes y los argumentos ya han adquirido una dimensión real en mi cabeza. Entonces todo fluye de una manera natural”.
–¿Pudo evitar la distracción?
–Cuando escribo sin estar frente a la máquina, hay mucha dispersión y es fácil ser presa de la distracción; pero, una vez que tengo claro lo que quiero contar, me es fácil concentrarme y escribir de un tirón, aun cuando soy proclive a distraerme.
–¿Rehízo partes del libro?
–Sí, pero muy pocas, y los cambios fueron más formales que de fondo en la mayoría de los casos.
–¿Cuándo y cómo corrige?
–Por lo general escribo de corrido y por partes o capítulos, y después viene ese trabajo de carpintero de afinar, de pulir, de “eliminar asperezas”. La corrección es el trabajo que más disfruto.
–¿Qué le costó más crear: ambientes, personajes, diálogos…?
–Lo que más me demanda trabajo es la caracterización psicológica de los personajes. Una vez logrado eso, el resto es menos laborioso. A los diálogos simplemente les huyo.
–¿Qué cambiaría en el libro si debiera escribirlo otra vez?
–Nada.
–¿Le interesan las críticas?
–Siempre es importante la opinión de los especialistas, pero me interesan más las opiniones de los lectores.
–¿Qué libros le hubiera gustado escribir?
– Seda, de Alessandro Baricco.
–¿Cuáles son sus libros preferidos?
–Más que libros, tengo autores preferidos, como William Faulkner, John Steinbeck, Carson McCullers, J. D. Salinger, Juan Rulfo y Alessandro Baricco.