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Vecinos, hoteleros, autoridades médicas y 42 funcionarios del Ministerio de Salud llevan dos semanas batallando contra el zika en el distrito de Jacó, Garabito, donde se reportan 31 de los 44 casos registrados en el país.
La principal herramienta es la educación, así como eliminar estañones, lavadoras viejas, chatarra, botellas, ceniceros y cualquier otra cosa que pueda servir de criadero para el desarrollo de los huevos del mosquito Aedes aegypti, transmisor de esta enfermedad.
A esos esfuerzos se suman la fumigación, charlas, reuniones y hasta tareas escolares, todo con tal de que la comunidad se libre de la amenaza del virus.
“Les mandamos de tarea eliminar todos los criaderos, junto con sus padres, y que lo apuntaran en el cuaderno. Los niños están muy informados”, contó Marbeth Medina, docente en la escuela de Pueblo Nuevo.
En ese barrio, ubicado a 5,5 kilómetros del centro de Jacó, se reportan 26 pacientes con zika, lo cual representa el 60% de todos los casos confirmados.
Los vecinos dicen haber tomado conciencia de los riesgos, por lo que ahora están más vigilantes. Una de las varias medidas que tomaron es evitar acumular basura, uno de los mayores problemas de la comunidad.
Cerca del centro educativo vive Alonso Corrales, quien se contagió con el virus y pasó seis días con calentura, vómito, dolor de cabeza, oídos y pies y mucha picazón, según relató a La Nación.
“Mientras haya depósitos, hay mosquitos y hay enfermedades. Debemos eliminar los criaderos, por nosotros mismos, por nuestros hijos y nietos”, comentó Yorleny Mena, cocinera de la escuela y abuela de la única escolar que ha padecido la enfermedad.
Su nieta, una niña de 8 años, es el único caso reportado en la Escuela de Pueblo Nuevo, que alberga a 25 estudiantes.
La maestra Medica contó que la menor se recuperó de forma satisfactoria y ya volvió a clases.
Crece número de pacientes. Este martes fueron reportados tres casos más en el cantón de Garabito: un niño de 8 años en Pueblo Nuevo, una mujer en Herradura y una adulta mayor en Sector 7, en el centro de Jacó. Este último caso es el primero reportado en el corazón turístico de ese distrito.
Ezequías Maynes, inspector del Programa Nacional de Control de Vectores, del Ministerio de Salud, detalló que llegaron a trabajar a Garabito desde el 9 de mayo y seguirán hasta el 3 de junio.
La presencia de estos funcionarios, la mayoría identificados con camisetas azules, es evidente, sobre todo en la fumigación y eliminación de criaderos.
Christian Pereira, director interino del Área de Salud de Garabito, comentó que los pacientes llegan sobre todo por la picazón.
“Algunos pasan la enfermedad sin venir al Ebáis, pero necesitamos que vengan para reportar los casos y de esa forma (el Ministerio de) Salud intervenga las zonas donde viven”, alertó.
