Una delicada realidad

Mario Mc Gregor, Hanna Gabriels, Sasha Campbell y Patrick Pemberton aceptan que han pasado por momentos difíciles y alzan la voz para erradicar este tipo de conductas que afectan a las personas afrodescendientes

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El problema de la discriminación racial es una realidad que, a pesar de vivir en el siglo XXI, aún abofetea a la sociedad.

Ocurre, como dicen por ahí, hasta en las mejores familias, cuando una de las mujeres más conocidas y mediáticas del mundo lo vivió en carne propia: la presentadora estadounidense Oprah Winfrey.

Durante su visita a Suiza para asistir a la boda de su amiga la cantante Tina Turner, entró en un lujoso local de bolsos, y al pedirle a la vendedora que le alcanzara uno, le respondió con un: “Es demasiado caro, mejor observe este otro”, según dijo Winfrey al espacio Entertainment Tonight , de CBS.

El revuelo fue tal que las autoridades suizas recurrieron a Suisse Turisme, organismo público que impulsa el turismo en el país europeo, para disculparse por el trato que había recibió la presentadora.

El pasado 13 de agosto, Winfrey, por su parte, pidió disculpas por haber revelado el nombre de la tienda, el país, y que el incidente haya tomado tan grandes dimensiones.

La escena nacional no escapa a estas bochornosas situaciones, afrodescendientes que viven a diario con esta realidad.

Los casos del narrador Mario Mc Gregor, la periodista y cantante Sasha Campbell, la boxeadora Hanna Gabriels y el arquero Patrick Pemberton son tan solo unos ejemplos de personas que lo han vivido en carne propia.

El cantante German Davis, el conocido Banton, contó que es algo no del pasado, sino que muchos como él lo soportan todos los días.

Por ejemplo, cada vez que promociona un video en YouTube, se hace evidente el racismo.

“Se esconden detrás de un perfil y ponen lo que les da la gana. Es de los mejores portales para escribir cualquier barbaridad”, expresó.

“Hasta por hablar en mi dialecto patuá (patois), me hacen mala cara. Hace pocos días iba para el aeropuerto hablando por teléfono, y un taxista me dijo: ‘Ya, ya, ya, aquí no me hable así’. Pensó que estaba tramando un asalto o qué. ¡Por favor! También veo gente que se cruza de acera o sujeta el bolso”, afirmó.

“Lo más reciente fue el sábado pasado en un hotel de San José; había un evento de la cultura negra, venía en carro y pregunté por una sala y me dijeron: ‘Ah sí, el evento de ustedes es allá al fondo’. Nunca le dije para dónde iba. Es que él ya supuso que, por mi color, iba ahí”.

Una situación similar la vivió el expresentador de DestinosTV Randy Allen, quien, actualmente, trabaja en un banco del Estado y anima eventos empresariales.

“Una vez en la desaparecida discoteca Coyote, en San Pedro, no me dejaron entrar asegurando que el evento era privado, cuando no lo era. Pero, sin ir muy lejos, cuando uno practica deporte pasa mucho. Yo juego fútbol y la gente, en las gradas o los rivales empiezan a provocarte, a insultarte, te gritan todo tipo de cosas. ¡Sí hay racismo! La gente no lo quiere ver así y quieren presentarlo con que nosotros tenemos que aceptarlo como algo normal. Ahí se muestra la ignorancia de las personas o que su educación es muy limitada”, contó Allen.