Fernando de Szyszlo: el controversial legado del artista peruano en el arte de Costa Rica

Tras la muerte del reconocido pintor, el gremio artístico del país recuerda las amplias consecuencias de su visita más polémica al país durante la Bienal Centroamericana de Pintura en 1971

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Hace 46 años, un cisma artístico meció la región centroamericana y la producción de pintura en Costa Rica. La primera Bienal Centroamericana de Pintura recibió, en San José, a un jurado de tres gigantes del arte latinoamericano: la crítica argentina Marta Traba; el artista mexicano José Luis Cuevas y el peruano Fernando de Szyszlo. El lunes, de Szyszlo fue el último de los tres jurados en fallecer, tras un accidente en su domicilio en San Isidro de Lima.

El artista de 92 años murió, junto a su esposa, en una caída en las gradas de su casa. Su legado universal es una abundante producción de pintura abstracta en la que descolló por su dedicado trabajo del color. Como intelectual del arte, fue también una voz proactiva del quehacer latinoamericano.

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"La abundancia de información cultural y la gran cantidad de personas interesadas en el arte han producido que se pierdan los conceptos básicos para distinguir las piezas artísticas. El arte es una manera de vivir, una aventura, no una profesión que se asume de forma fría y rutinaria. El arte tiene que ser una ruptura", dijo en una entrevista con la periodista Doriam Díaz a La Nación, en 1999, en una de las últimas ocasiones en las que el artista expuso su obra en el país.

Sin embargo, pese al gran impacto que tuvo su creación en el arte del continente, su gran legado en Costa Rica fue precisamente el periodo de desestabilización y cambio que provocó el fallo de la Bienal Centroamericana de Pintura.

En su momento, la Bienal organizó premios nacionales para cada uno de los países invitados y un gran premio general. De los países evaluados, el jurado únicamente entregó un reconocimiento y estímulo monetario a Nicaragua y su representante Rolando Castellón (ahora radicado en Costa Rica).

El premio general fue entregado al guatemalteco Luis Díaz por su tríptico Guatebala. El premio para Costa Rica fue declarado desierto.

"E ran grandes figuras, mediáticas hasta cierto punto. Fue un jurado muy profesional", aseguró Castellón en entrevista este martes.

"La controversia que surgió fue muy dura y difícil, históricamente hablando. Hubo un cambio en la historia del arte costarricense. Desde ahí comienzan las nuevas generaciones con un cambio de retóricas y maneras de pintar", explicó el artista.

El anunció provocó una confrontación verbal con el jurado. Históricamente, se reconoce un altercado que el pintor Rafa Fernández tuvo con Jose Luis Cuevas.

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Tras el polémico anuncio, el jurado ofreció una mesa redonda en la que profundizó la justificación del premio desierto. La investigadora Eugenia Zavaleta escribió en su libro Los inicios del arte abstracto en Costa Rica, 1958-1971 que de Szyslo comentó que "la evasión del problema de la identidad había '...producido imitaciones más o menos astutas de obras ajenas'".

"Costa Rica, en muchos sentidos, siempre sintió que estaba más adelante del resto de Centroamérica y resulta que, en ese momento, en las artes plásticas, un jurado internacional de mucho prestigio dice que es más interesante lo que se produce en otros países", recordó el exministro de Cultura e investigador de arte costarricense, Carlos Francisco Echeverría.

Echeverría cita rupturas en la creación de la época. Menciona como ejemplo la generación del grupo Bocaracá que "trabajaron obras de gran formato, expresionistas con más emoción y vitalidad" durante la década de 1980.

"Por reacción hubo una generación de artistas muy jóvenes que se atrevieron a hacer otras cosas en aquella época", agregó Echeverría.

La gestora cultural y exdirectora de la Fundación Teorética, Gabriela Sáenz-Shelby, destacó que la organización original de los premios Salones Nacionales provino también del ambiente creado por el fallo de la Bienal Centroamericana y la preocupación que generó para crear políticas de cultura en el Estado tico.

En otras repercusiones del fallo, Sáenz-Shelby opinó como una consecuencia indirecta la creación de la vigente y controversial Ley de Estímulo a las Bellas Artes, que permite que instituciones públicas compren obras ticas para sus colecciones de arte.

"El acta de la Bienal fue muy fuerte para Costa Rica. Determinó mucho lo que pasaría en el desarrollo de la plástica (...) e influyó para que se crearan leyes que promovieran el arte y las adquisiciones de obras para instituciones del Estado", explicó Sáenz-Shelby. " Sobre todo, la crítica Marta Traba dejó mucho de lado las manifestaciones de arte conceptual y difundió prácticas modernas, dejando de lado la posibilidad conceptual. En Costa Rica, eso marcó una tendencia y auspició el estímulo por parte del Estado".

Este 2017, el Museo de Arte Costarricense reactivó el certamen de Salón Nacional tras 24 años de no celebrarse en el país.

Para la gestora, la creación del certamen fue "sintomática" porque buscaban con la competencia "estimular el medio y que el arte tuviera donde exhibirse y confrontarse".

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