Jorge Torres, ministro de Seguridad: Quiero golpear las estructuras detrás del vendedor de piedritas en la esquina

En entrevista con ‘La Nación’, el jerarca aseguró que un búnker podría generar hasta $80.000 por lo que, al frenar estas organizaciones, se reducirían también los homicidios

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Jorge Torres Carrillo nació el 16 de diciembre de 1966 en Nicoya, Guanacaste, pero creció en Río Claro de Golfito, Puntarenas. Desde su infancia se convirtió en mejenguero y, años más tarde, disfrutaba andar en cuadraciclo. Sin embargo, la combinación de ambos no fue efectiva, sus rodillas sufrieron y ahora solo camina para activar su cuerpo.

Con el paso de los años este hombre descubrió tres pasiones que aún se mantienen en su vida: la pesca, las orquídeas y, sobre todo, la inteligencia policial. “Sin darme cuenta llegué a un lugar donde nunca he trabajado, lo que hago es disfrutar”, afirma el antiguo director de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS) y hoy ministro de Seguridad Pública.

Torres, de 55 años, estudió Criminología y Derecho, es casado y tiene tres hijos. Antes de llegar a los más altos cargos de la DIS (subdirector y director), trabajó como secretario general de la Secretaría General para América Latina de la Red Internacional Antinarcóticos (RIAN) y también fue jefe del Centro de Inteligencia contra Narcóticos de la DIS.

Desde el pasado 8 de mayo está al frente del Ministerio de Seguridad Pública (MSP), un puesto que llegó a su vida sin buscarlo, pero en el que espera aportar su experiencia y contribuir, en especial, en la lucha contra el narcomenudeo, ya que cree que al atacar esta problemática otros delitos disminuirán.

Un mes después de asumir el cargo, Torres habló con La Nación en su despacho, en el cual abundan orquídeas de todo tipo, y dio a conocer sus prioridades y preocupaciones para los próximos cuatro años, donde asegura que será un jerarca de puertas abiertas que pondrá la cara por los policías.

– ¿Cómo podría aplicar su experiencia en Inteligencia y Seguridad en este Ministerio?

– Las estructuras (criminales) que tenemos hoy en día no son las de hace 25 años, donde nosotros actuábamos como los Bomberos y llegábamos a apagar el incendio. Hoy, hay que verlas con inteligencia, de una manera científica y académica, porque este es un comportamiento de un fenómeno de años, por lo tanto, eliminando a un narcotraficante no se acabó el problema, por lo cual hay que verlo con mucha inteligencia y por eso estamos trabajando en tener una inteligencia robusta de la Policía, una Dirección de Inteligencia de la Policía.

– Para usted, ¿qué es la inteligencia policial?

– La parte de inteligencia siempre genera mucha expectativa de la gente, pero detrás de toda área de este tipo lo que hay es un ser humano, un analista concentrado en una computadora, donde recibe insumos de fuentes abiertas, fuentes cerradas, fuentes más confidenciales y, realmente, lo que hace es un trabajo muy parecido al de un periodista, porque es información que llega de todo lado y le permite montar premisas para tener una hipótesis lo más cercana a la realidad, pero nunca toma decisiones, sino que esos datos los pasa a personas de alto nivel para que sean ellos los que deciden.

– ¿Qué le ha pedido el presidente Rodrigo Chaves como parte de sus funciones?

– El discurso del presidente viene muy enfocado en el tema de seguridad pública, en devolverle la seguridad en los espacios al ciudadano costarricense y a los extranjeros que conviven con nosotros. También en la lucha contra el narcotráfico, las estructuras de narcotráfico que operan en el país.

– Entonces, ¿el tema del narcotráfico es su principal prioridad como ministro?

– Creo que el tema del narcotráfico nos tiene preocupados a todos en el continente y parte de Europa. Yo, sin dejar de lado el tráfico internacional de drogas, quiero enfocarme mucho en las causas que nos están provocando tantos homicidios, tantos asaltos, tantos secuestros, entre otros delitos.

“He realizado un análisis muy rápido de la situación en el país y creo que no estoy descubriendo el agua tibia, porque estas estructuras de narcomenudeo ya son estructuras grandes con una relación internacional, ya no podemos decir que las estructuras de tráfico internacional llegaron al país y que pagaron con droga y esa droga se quedó aquí, no, hay que aceptar que tenemos un país que ya es usuario del crack, de la cocaína, de la marihuana.

“Pero también, somos un país que ha estado como un puente entre Panamá y el resto de Centroamérica, donde somos vulnerables por las costas, por fronteras, por el espacio aéreo para recibir mucha droga, o sea, para mucha gente podríamos estar en primer lugar en Centroamérica en recibir droga y de aquí exportar al mundo, pero eso es muy variable, porque si un narcotraficante opera aquí y usted lo aprieta se da un fenómeno que llamamos la operación del globo, en donde se sale para otro lado con tal de no ser descubierto.

“Entonces digamos que trabajaremos con un 50/50, aunque las estructuras locales sí las quiero golpear, pero no solo a la persona que está vendiendo en la esquina la piedrita, que tampoco la podemos dejar ahí, queremos ir por quien está detrás de ese vendedor, el líder, porque regularmente se trata de personas que tienen búnkeres y solo uno de ellos genera $80.000 (¢55 millones al tipo de cambio actual) por mes, hay líderes que llegan a tener hasta 50 o 60 búnkeres, eso genera más que un banco”.

– ¿Por eso es que se registran tantos homicidios?

– Desde que se siembra la hoja de coca hasta que sale el dinero la fase más violenta del proceso es la del narcomenudeo, por las disputas territoriales. Cuando cae en un contenedor con cinco toneladas de droga en Limón no hay muertos, la exportación de cocaína no genera muertos, sino que es la fase del narcomenudeo, por lo que mi enfoque está ahí, porque realmente es un tema complejo que involucra a toda una comunidad.

– Por muchísimos años se ha hablado acerca de las estrategias integrales, ¿usted cree en ese método de trabajo para combatir el narcotráfico?

– Creo que solo así se puede lograr, con un trabajo integral. Esos son vacíos de poder que hemos dejado nosotros como Estado y cuando hablo de Estado no me refiero al presidente y sus ministros, sino que el Estado somos todos. Ya el papá Estado que teníamos hace 30 años no existe, ya no nos alcanza para eso, entonces nosotros tenemos que velar por espacios que dejamos, desde un todo, que fuesen alcanzados por el narcotráfico.

“A veces nosotros no queremos ni salir a votar, entonces, ¿qué pasa cuando usted no va a votar? Alguien vota por usted y ese alguien es el crimen organizado, que llega donde hay familias más necesitadas y les ofrece cierta cantidad de dinero por cada voto, entonces hay que hacer conciencia a veces desde ahí y hay que hacerlo integralmente porque la brecha social también es la que nos hace inseguros.

“Si nosotros no nos integramos a trabajar y a fortalecer mecanismos preventivos para ayudar a los jóvenes desde su formación académica, que para mí tiene que cambiar, los muchachos van a estar expuestos al narcotráfico.

“En este momento hay suficiente equipo dispuesto a integrarse a trabajar y creo que igualmente el Gobierno de Estados Unidos está apoyando mucho en este tema de prevención”.

– ¿Ha conversado con autoridades de los gobiernos de Estados Unidos, Colombia, Panamá sobre este tema del narcotráfico?

– Como he trabajado tanto para la región, una de las primeras visitas que tuve fue la del general Jorge Luis Vargas Valencia, el director general de la Policía Nacional de Colombia. Tuvimos una conversación e inmediatamente él me envió un par de expertos para ayudarme a hacer un análisis en cuanto a inteligencia y nos enfocamos un poco en el tema de moda, que es el de ciberseguridad, para ver cómo también nosotros mejoramos este tema dentro del Ministerio (de Seguridad Pública).

“Es un tema culturalmente nuevo para los costarricenses, nunca esperamos un batazo de estos que nos pegaron y aunque es malo aprender de esa forma, ahora nos tocará mejorar e invertir en todo este tema que creo que en Costa Rica siempre se ha visto como un gasto, nunca como una inversión y hoy lo necesitamos más como una inversión para tener un país seguro”.

– En el narcotráfico, los contenedores contaminados han sido un tema y se ha hablado mucho de la necesidad de escáneres, ¿ve oportunidad de aumentar los escáneres para revisar los contenedores?

– En ese proceso estamos, yo creo que por lo menos deberíamos tener unos cuatro escáneres y creo que aquí la Policía tiene que hacer un sacrificio de poner gente del Ministerio de Seguridad Pública a trabajar en eso, debidamente poligrafiados para no exponernos al narcotráfico, pero los escáneres son solo una fase más para evitarles a ellos el trasiego, no son la solución total.

“Sin embargo, hemos estado hablando con la gente de la Embajada de Estados Unidos, hemos tenido varias reuniones con ellos, para trabajar en la adquisición de unos escáneres móviles que podamos movilizar por diferentes partes del país, porque con la necesidad de recurso humano que tenemos, estamos haciendo un modelo de articulación donde trabajamos en un solo equipo varios cuerpos policiales, lo hemos estado aplicando en Limón, pero la idea es que lo implementemos en otras regiones porque articular es un modelo que me encanta.

– ¿Esta articulación incluye al Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la Fiscalía?

– Por supuesto, esta misma lucha es la que queremos todos.

– ¿Qué tipo de estrategias tiene planteadas para combatir los homicidios?

– Desde mi óptica, si nosotros logramos golpear a estas estructuras de narcomenudeo esto (los homicidios) tiene que bajar y, bueno, por supuesto que con más presencia policial de contención, que es lo que estamos haciendo ahorita en Limón.

“Hacemos todo el esfuerzo 24/7 y aunque a veces uno quisiera tener un policía en cada casa, no se puede, pero creo que golpeando y eliminando este problema (del narcomenudeo) que no es fácil, liberamos el espacio para ya luego posicionarnos en devolverle a la comunidad algunos mecanismos que les permitan empoderarse y apropiarse de los espacios”.

– La administración pasada le apostó mucho a los megaoperativos, ¿usted planea seguir con esa estrategia?

– No, yo estoy tratando de hacer este ejercicio que le dije anteriormente, de articular por zona.

– Lamentablemente, los cuerpos policiales no están exentos de la corrupción, ¿cómo piensa usted manejar este tema?

– Ya estamos organizándonos, primero con el Ministerio Público a ver si junto a los fiscales de ellos podemos empezar, porque no podemos tratar de abarcar todo, tenemos que hacer algo muy puntual.

“Además, queremos sacar un grupo, quizá de la Policía de Control de Drogas (PCD) que tenemos como 68 plazas ahí que debemos llenar, que nos va a servir para investigar corrupción, pero es un tema que va paralelo y si nosotros no sanamos eso dentro de la Policía, creo que vamos mal, es lo primero que tenemos que hacer”.

– Por otro lado está el tema de los abusos de autoridad, ¿cómo se va a manejar a lo interno?

– Es parte de la formación del policía. Hay una sociedad bastante alterada y también eso es una formación, tenemos que preparar al policía.

– ¿Cómo planea mejorar las condiciones policiales y tener más policías en la calle con el recurso con el que cuenta actualmente?

– Tengo un gran desafío ahorita. Lo primero, antes de tener más gente, es que yo quisiera devolverle al policía todas sus herramientas y que por lo menos los que tenemos ahorita que tengan todas las condiciones y herramientas para realizar su trabajo como debe ser, con sus buenas botas, su buen uniforme, su buen vehículo para poder responder a las necesidades ciudadanas, eso es lo primero.

“Luego está otra gran tarea y es ver de dónde sacamos el presupuesto mínimo para cubrir las 1.000 plazas que necesitamos para poder trabajar más de cerca y devolver espacios al ciudadano, no es suficiente, pero es lo mínimo.

– ¿Se ha trabajado buscando donaciones o sacando de otras partidas para cubrir las necesidades?

– Lo primero que hemos hecho es tratar de hacer algunos recortes de un lado y acomodarlos en otro, tratando de equiparar para encontrar eso, mi meta es devolverle al policía lo que nos está pidiendo en este momento, ya tenemos casi un vencimiento en chalecos, uniformes, botas, los vehículos.

“Solo en el tema de la Fuerza Pública, tenemos una flotilla en la que más de un 40% está fuera de servicio y, aunque hay un 57% funcionando, son vehículos ya con más de cinco años, hasta ocho años, y un vehículo policial solo se apaga para retanquear combustible, entonces es un un carro que camina 24/7, el desgaste es grande, más el desgaste que sufren, porque a veces están en persecuciones, transitan por carreteras malas, no quisiera ver esto como un ‘quéjese’, pero sí creo que la Policía hace un gran esfuerzo y no vamos a bajar los brazos”.

– Se ha mencionado mucho el tema de la necesidad de retomar el que los policías anden en la calle caminando, ¿se ha valorado eso?

– Creo que no se ha dejado de hacer, pero estamos patrullando con lo que tenemos. A veces la gente reclama por diversas circunstancias y por ello vamos a tener más fiscalización de los policías sin caer en un tipo de acoso laboral, sino más bien en estar más cerca de ellos. Uno quisiera devolverle al ciudadano la confianza en el policía, pero también es necesario que el policía confíe en el ciudadano, porque eso cambió mucho.