Yudoca Ian Ignacio Sancho no pudo agrandar más su gesta

El tico hizo historia al clasificar a la segunda ronda en los Juegos Olímpicos, pero le fue imposible superar al número tres del mundo, el coreano Kor An Baul

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La aventura de Ian Ignacio Sancho en los Juegos Olímpicos de Tokio llegó a su fin, pero más allá de caer en la segunda ronda ante el coreano Kor An Baul, número tres del mundo, su gesta no se empaña.

An Baul impuso toda su calidad y logró dos waza-ari (medio punto), lo que equivale a el Ippon; la mejor manera de conseguir la victoria en el combate y la puntuación más alta en este deporte.

El cansancio le pasó factura al nacional, quien apenas minutos antes había mostrado toda su calidad en el tatami del Nippon Budokan y hasta salió con un corte en su mano izquierda y un golpe en su ojo derecho.

Sancho se convirtió en el primer costarricense en imponerse en un primer combate en esta disciplina, en una justa olímpica. Anterior a él, 13 ticos lo intentaron y sucumbieron, según los datos del periodista y estadígrafo Joseph Fernández. Antes de que Ian se impusiera al albano Indrit Cullhaj, el balance era de 17 derrotas y dos eliminaciones.

No obstante, el nacional fue decidido a derribar todas las barreras y trascender. Así lo hizo en su primera aparición y con un movimiento magistral a 20 segundos del final logró girar a Cullhaj y someterlo, al punto de que no pudo continuar.

La emoción embargó a los familiares de este yudoca que desde hace cuatro años vive, estudia y entrena en suelo japonés.

“Sabemos la calidad que le tocó en segunda ronda, es el número tres del ranquin y tiene muy buen nivel. Ya había competido contra él en un mundial y se perdió en ese momento. La planificación de la táctica se hizo pensando en más allá del primer combate y de seguro que se pensó en todo para hacer la mejor competencia. Es una olimpiada y se sabe bien que conforme se avance se va enfrentar a los mejores. Nos preparamos para quién sea y la idea fija y la mentalidad era dar lo mejor y entregarse”, contó a La Nación Andrés Sancho, papá y entrenador por muchos años de Ian.

Sin importar lo que ocurrió con el coreano, el yudoca costarricense ya dejó grabado su nombre en letras doradas en el deporte nacional y va por más.

Previo a partir a los Juegos Olímpicos junto con su hermano Julián, técnico en esta ocasión y practicante de la disciplina, adelantó que buscará seguir creciendo en la Universidad de Tokai en Japón y clasificar a otras justas más.

“Voy a hacer el próximo ciclo hasta París 2024 y después de ahí veré qué me presenta la vida. Me quedan dos años y medio en Japón, en los que estaré entrenando muy fuerte y los aprovecharé para seguir compitiendo a nivel internacional”, indicó el atleta de 28 años, quien cursa la carrera de educación física.