Una remontada de Alajuelense sobre Saprissa marcó con amargura a campeón del mundo del 78

Jorge Mario Olguín, extécnico morado, no olvida cómo la Liga le quitó un título en menos de 15 minutos en 1997. Tampoco deja atrás lo difícil que fue su paso por Alajuelense en los 2000

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Jorge Mario Olguín tuvo dos pasos por Costa Rica como entrenador. El exestratega del Saprissa y Alajuelense, que fue campeón del mundo en 1978 con Argentina, recordó sus vivencias en el país entre los 90′s y los 2000; sin embargo, hubo una experiencia que lo marcó el resto de su vida.

Pese a dirigir a ambas instituciones, no olvida su paso por la S, donde asegura disfrutó los mejores momentos; no obstante, también se llevó la decepción más fuerte al perder un campeonato en un parpadeo.

En julio de 1997, Saprissa y Alajuelense disputaron el cetro nacional y en la final ida prácticamente que se decidió todo. Los morados, dirigidos por el ché, iban ganando 2 a 0 al minuto 6 y se sentían cerca del trofeo, empero una reacción impresionante de los rojinegros provocó que antes del 30' la ventaja se esfumara.

Al final, el cotejo en el Estadio Ricardo Saprissa terminó 3 a 2 para los liguistas, quienes en la vuelta cuidaron su ventaja e igualaron 1 a 1 para alzar la copa.

Todavía hoy, 23 años después, Olguín se lamenta de aquella opción para campeonizar. El suramericano califica como ‘increíble’ que no se diera la obtención del cetro.

“Para nosotros la final estaba ganada desde el primer partido, los chicos se confiaron, se sentían muy seguros, al final pasó lo que no queríamos, lamentablemente el resultado fue adverso. Debimos ser campeones, pero bueno... Fue algo increíble sinceramente, hasta cuesta explicarlo”, recordó.

El DT llegó esa temporada a la S para intentar enderezar el barco tibaseño, el cual iba torcido no solo por los resultados deportivos, porque tenía dos años sin celebrar, sino que también tenía serios problemas financieros.

De hecho, a la postre, la mala situación lo hizo hacerse a un lado por solidaridad con los mismos futbolistas.

“Después yo no seguí porque había mucho problema, ellos no cumplieron con la parte económica para los jugadores y no puedo trabajar con gente que le miente a los jugadores.. Entre lo positivo, tengo que hice debutar a Víctor Núñez y sobresalió tremendamente. Después tengo muy buen recuerdo de Erick Lonis, con él me saludo de vez en cuando”, declaró.

La otra gran etapa del argentino en Costa Rica fue en territorio archirrival, ya que en el 2003 llegó al banquillo de Alajuelense, donde solo estuvo un año.

Según el propio exjugador, su paso fue fugaz porque en el plantel se empeñaron en hacer que su gestión no funcionara. Todo debido a que él inició un proceso de renovación importante del que salieron futbolistas como Bryan Ruiz.

"Alajuelense venía con Pinto de arrollar con todo, pero era el momento de hacer un recambio, entonces empezamos a poner a Bryan Ruiz y otros chicos que nadie ponía, también estaba Víctor Núñez, eso no gustó a nivel dirigencial y todo comenzó a ir mal", pronunció.

Los síntomas de crisis, el técnico los detectó hasta en sus futbolistas, sobre todo los de más experiencia.

“Los jugadores se hacían los lesionados, perdíamos por errores propios, muy raros. Lamentablemente uno después de esas cosas no me podía quedar, lo que menos querían era ganar, imagínate que nadie se sentaba conmigo a comer, yo me sentaba solo, se notaba que no me querían”, añadió.

Un punto positivo que sacó el excompañero de Mario Kempes en el Mundial del 78 fue que dejó un baluarte como Pablo Gabas, a quien trajo al país.

"Después disfrutaron de él, pero fue curioso porque a mí no me dieron tiempo y yo siempre les decía que ese era el futuro", profundizó.

En la actualidad, Jorge Mario Olguín da cursos por Internet para ser entrenador y curiosamente el destino lo mantiene unido a Costa Rica, porque uno de sus alumnos es Bryan Ruiz, capitán de la Selección Nacional en los últimos dos mundiales.

Jorge Mario Olguín no olvida la final que la Liga le remontó como técnico de Saprissa y el trato que recibió en Alajuelense, donde tuvo la sensación que nunca lo quisieron.

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