Persona con discapacidad subió escaleras arrastrándose al no poder usar ascensores en Estadio Nacional

Situación ocurrió el pasado domingo cuando don Héctor Montoya, quien sufrió la amputación de una pierna, asistió al clásico nacional junto con su hija, pero no le facilitaron el uso de ascensores

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Héctor Andrés Montoya asistió el pasado domingo 19 de junio al Estadio Nacional para disfrutar del juego de ida del clásico nacional entre Saprissa y Liga Deportiva Alajuelense junto con su hija, quien le obsequió las entradas como regalo del día del padre. No obstante, este aficionado morado, quien padece diabetes y le fue amputada una pierna hace casi un año, se vio obligado a subir escaleras arrastrándose y llegar a una butaca hasta 30 minutos después del pitazo inicial del encuentro.

Según explicó Montoya, ese día asistió al estadio con muletas, con la intención de subir a su butaca utilizando los ascensores del inmueble. Sin embargo, “cuando llegamos le pregunté a una muchacha (edecán) quién era el encargado de los ascensores, y me dijo que no sabía, que le preguntara otra, y la otra nos mandó con otro chavalo y fue un enredo, nadie sabía nada. Mi hija por un lado preguntando, mi yerno por otro, y yo ahí de pie esperando”, explicó el saprissista.

Empezó el partido y don Héctor seguía esperando a ser atendido. Resignado, decidió junto a su hija subir por las escaleras “aunque sea para llegar a ver el segundo tiempo”.

“Empecé a subir las gradas y fue una penuria, porque en un momento la única pierna que tengo ya no me daba, con las dos piernas uno lo ve sencillo, pero esta era la primera vez que iba al estadio tras ser amputado y terminé empapado en sudor y cansado”, lamentó el aficionado.

Cansado, sudado y con la pierna fatigada, don Héctor se tuvo que sentar en el piso y subir las gradas restantes arrastrándose hacia atrás. “Todavía tenía que subir unas gradas más pero una muchacha de las que acomoda a la gente me vio empapado en sudor y me dio unos espacios que no eran los míos pero que estaban vacíos. Cuando nos sentamos ya llevaba media hora el primer tiempo. Nadie supo darme explicaciones ni ayudarme”, reclamó Montoya.

El entrevistado recordó que en el estadio, antes de subir las gradas, le ofrecieron una zona para personas con discapacidad, pero cuando él consultó dónde podía sentarse, le dijeron que tenía que quedarse de pie. “Sencillamente no puedo, no aguanto la pierna, tendría que tirarme al suelo”, lamentó.

Al final del encuentro don Héctor volvió a bajar por las gradas, pero desde luego en este caso la labor no fue tan desgastante, pues se ayudó con las muletas. “Ya después salir del estadio a la calle se me hizo como de aquí a Cartago por todo el cansancio acumulado que traía. Yo le dije a mi hija que debimos haberlo grabado todo”, señaló el entrevistado.

Montoya lamentó que a una persona con discapacidad no se le faciliten las herramientas necesarias para disfrutar de actividades lúdicas como asistir a un partido. “No se vale que nos todos nos digan ‘no sé, no sé, no sé’ y nadie sabe nada. Eso no puede ser. Tiene que haber alguien ayudando a personas con discapacidad a orientarse. Yo en un momento pensé en mejor devolverme para la casa, porque nadie le da importancia”, reclamó el aficionado morado.

La Nación contactó tanto con el Deportivo Saprissa, equipo que fungía como local en el partido, como con la administración del Estadio Nacional

El equipo tibaseño lamentó que Montoya tuviese que pasar por dicha situación, aunque detallaron que ellos solamente son arrendatarios del reducto, cuya infraestructura debe ser garantizada por la administración.

“De parte del Saprissa lamentamos cualquier inconveniente o malestar ocasionado por esta situación”, declaró Saprissa por medio de su oficina de prensa.

Por su parte, Ricardo Chacón, gerente general del Estadio Nacional, explicó a La Nación que “los espacios para personas con discapacidad están en el primer nivel, que es platea. Ahí hay rampas de acceso para ese sector. A nosotros Saprissa no nos comunicó de la necesidad de llevar una persona al tercer nivel, que es sombra. Sí hay ascensores y sí sirven, pero están a lo interno del estadio.

“En casos especiales hemos utilizado los ascensores para que suban personas que lo requieran. No se nos comunicó y no nos dimos cuenta, pero estoy tratando de localizar a don Héctor para hablar con él, disculparnos por lo que sucedió y por supuesto para retroalimentarnos de la mala experiencia para ayudarle a los productores para que esto no vuelva a suceder”, detalló Chacón.

Al cierre de esta nota Montoya confirmó que habló vía telefónica con Chacón, quien se disculpó con él y lo invitó nuevamente a las instalaciones del estadio.

Chacón aseguró que, desde su punto de vista, ocurrió un error de mala comunicación: “Debimos atenderlo como él se merecía, eso es lo más importante. Algo debimos de haber hecho para ayudarle, la gente de Saprissa en los accesos debió de comunicarse con la gerencia. Nosotros algunas vez hasta utilizamos un carrito de golf que tenemos para trasladar a las personas. Nos da pena no habernos dado cuenta y quiero disculparme con él”, concluyó.