Mauricio Wright admite fuertes choques con Ángel Catalina por defender idiosincrasia tica

El estratega habló ampliamente en una entrevista con ‘TDMás’ donde confirmó que tuvo roces con el gerente deportivo saprissista al punto de llegar un día a una ‘fuerte discusión’ en la que según describió: ‘tuve que pararme’

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Mauricio Wright digiere con calma su salida del Saprissa, habla pausado sin notarse muy afectado por la decisión, sin embargo no esconde que sí está molesto, sobre todo por la forma en que se dieron las circunstancias que terminaron con su salida.

Tal y como informó La Nación, las diferencias con el gerente deportivo eran muy marcadas, al punto que un día tuvieron una fuerte discusión que terminó indicándole al ‘DT’ que la relación había llegado a un punto muerto.

En una entrevista con TDMás, Mauricio explicó que cuando comenzó a trabajar con el gerente la relación fue buena, pero conforme se fueron dando resultados negativos, el trato de Catalina cambió radicalmente.

¿Cómo está Mauricio Wright?

Estamos un poco tristes por la forma en que se dio la situación, pero bien, la vida continúa, pero a veces hay cosas que molestan.

¿Imaginaba que usted llegaría el martes a entrenar y sería cesado?

Efectivamente anoche cuando don Ángel me pone un mensaje que si yo puedo llegar un poco temprano, pues yo siempre llego a la hora que es el entrenamiento, me pidió que llegara unos 15 o 20 minutos antes de lo normal, a eso de las 7:30 a. m. y uno ya está viejo en esto... Entonces yo le comenté a mi señora que me escribió el gerente y supongo que no es bueno, porque si así fuera me lo podría decir en el lapso del entrenamiento. Yo me presento normal y me llevo la sorpresa del despido. Y digo sorpresa porque el trabajo que se venía haciendo era bastante bueno, bastante serio, bastante profesional, con mi forma de trabajar y con todos los pedidos que nos había hecho el gerente, porque nosotros teníamos que brindarle un informe y lo cumplimos a cabalidad.

Yo sentía que la cosa iba más o menos bien, tomando en cuenta la posición del equipo, todo lo que se venía haciendo en dos torneos. Al final no alcanzó en el fútbol internacional, pero eso nos decía que solo teníamos un frente y que debíamos enfocarnos en eso.

¿Cómo era su relación con Ángel Catalina?

No mucho, lo básico. Los gerentes siempre piden un informe escrito y verbal, porque en la teoría el gerente deportivo es una herramienta, alguien con quien intercambiar ideas sobre lo que se puede hacer. En algún momento él lo fue, sobre todo cuando el equipo estuvo en una posición buena... En realidad no hablaba y yo le decía a Marco Herrera que a mi me inquietaba eso, que no hablaba, porque de las aguas mansas líbrame. Ya pues uno empieza a medir. En alguna oportunidad yo le pregunté si quería decir algo y me decía que no.

¿Tenía Saprissa plantel para pelear o sentía que era lo que había?

No, no. Decir “es lo que hay” es ser injusto. Definitivamente el plantel y los jugadores estaban dando. Se darán partidos malos, pero nosotros vimos a estos jugadores hacer grandes partidos, independientemente de que algunas veces no ganamos o empatamos o que en Guatemala quedamos fuera, jugamos ante un gran equipo, pero no se puede menospreciar a los equipos de nuestro país y el fútbol internacional.

¿Se dio algún problema en el camerino?

Yo siempre he dicho y lo sostengo: en mis gestiones he debutado jugadores y por ejemplo me encanta ver a los centrales del Herediano: Keyner Brown y Ariel Soto. Ellos son los actuales centrales del Herediano y fueron debutantes míos. A mí me encanta eso, porque no solo son los campeonatos sino lo que uno deja. Ellos son pilares del Herediano, entonces eso me llena. También agarrar jugadores que la gente dice que ya no dan, pero uno logra potenciarlos nuevamente como sucedió en Saprissa, porque ahí tuvimos que hablar fuerte, ser honestos. El jugador tiene que entender que a veces no se hacen las cosas bien. Nosotros ganamos dos campeonatos de buena manera, mantuvimos el equipo bien. Lo que nosotros hicimos fue bueno.

Nunca hubo problemas directos, se hablaba muy puntual. El día antes de mi despido yo hablé con el grupo y les dije que no tenían que hacer las cosas para convencerme a mí, sino al público, a la afición, la familia; el bien es para ellos mismos.

Problemas de camerino, no; yo soy claro y transparente. Hay jugadores como Mariano Torres, con quien no tuve ninguna situación con él, por poner un ejemplo.

Se dijo que Ángel Catalina hasta estuvo girando instrucciones en algunos partidos, pasando por encima a su papel de entrenador. ¿Cuándo se complica la relación con Catalina?

Yo creo que primero que nada cada quien tiene su espacio, cada quien debe saber cuál es su puesto y hasta dónde llegar. Yo estoy muy claro en que no debo entrar en la oficina de nadie hasta que toque la puerta y me dejen entrar. Soy muy claro en que no debo ingresar en ningún departamento que no sea el mío, porque ese es el respeto, esos son los valores que yo no puedo cambiar a esta altura de mi vida. Hay cosas que yo ya no puedo negociar con los jugadores ni con mi forma de ser. Pero en términos generales todo se comienza a complicar por algunos resultados, como empates ajustados en casa, por ahí un empate contra Guanacasteca, empezamos a ver un comportamiento diferente de él, mucho más agresivo, recriminando situaciones deportivas y de muy mal gusto. Yo pensé que fue que ese día estaba molesto, porque a todos nos sorprendió.

Esa primera vez estaba muy ofuscado, fui a la rueda de prensa, regresé. Luego tuvimos dos resultados más incómodos, pero él se sentía incómodo.

Cuando ganamos contra Comunicaciones, que fue un partido ajustado, ese día estuvo feo el asunto. Antes de ese juego, cuando yo sentía el ambiente complicado, lo que hacía era cenar afuera, en una mesa donde estaban los demás jugadores y así evitar problemas. Yo al final decía: ‘Yo no puedo enojarme, salir mal de Saprissa’.

La Nación informó por medio de tres fuentes confiables los encontronazos que tuvieron Ángel Catalina y Mauricio Wright.

¿Pero sentía que no había química de inicio?

No, no. Poco a poco se iban dando ciertas cosas que no eran el comportamiento inicial de él. Nos quiso dar herramientas positivas, nos puso a hablar con un señor español, Antonio, que trabaja para la Federación Real Española y nos dio trabajos buenos. Siempre estuvimos dispuestos a aprender, pero después de las situaciones que se dieron sí hubo una llamada telefónica de más de una hora en la que sí me dijo cosas y yo tuve que pararme duro, como soy yo, y tuve que decirle un par de verdades también muy enfocado en el equipo.

Yo le dije que nosotros tenemos nuestra cultura en Costa Rica y que, por ejemplo, yo conocía la cultura guatemalteca, pero yo no podía esperar que estando en Guatemala el jugador de ese país se adapte a mí. Yo soy el foráneo y el que debo adaptarme; entonces sí tuvimos una conversación y después se convirtió en discusión y yo a él lo tuve que parar. Cuando nosotros llegamos a Comunicaciones ya estaba friccionado el asunto.

Una de las cosas que más me molestó fue cuando yo le dije que a los jugadores nuestros había que saberles llegar y yo le dije que el tico es muy especial, pero que hay que saberlo potenciar. Entonces él me dijo que no. Que él ya había escuchado mucho esa historia de que el tico esto y lo otro y que él no creía mucho en nuestra idiosincrasia, porque no íbamos de frente. Entonces yo le dije que no podía decirme eso porque él venía llegando. Pero me dijo que con el tiempo que tenía acá pues él conocía bastante y sabía por dónde iba la cosa...

Entonces le dije: ‘Vea, señor, si algo tengo yo es que soy frontal y por eso le caigo mal a un montón de gente de este país, entonces si estoy entrenando a un jugador y le digo: ‘Eso está mal; eso está mal’'.

Después de esa conversación indudablemente se vino todo abajo y me sentí muy incómodo, me sentí mal. Entonces hablé con un par de personas. Al final, estoy muy tranquilo en ese aspecto. Siempre buscamos lo mejor para la institución.

Asume en su lugar un español. ¿Qué piensa de esto?

El plan original siempre fue un extranjero.

¿Siempre supo que su llegada a Saprissa era ‘de paso’?

Tal vez no de paso, porque se trabajó bien y se vieron cosas buenas. Nosotros equilibramos mucho al equipo, empezamos a dejar el marco en cero, a hacer muchos goles. Nosotros enderezamos mucho la barca.

¿Usted hizo alguna petición que no le cumplieron?

Se había hablado de algunos refuerzos como lo de Celso y terminó en Alajuela. Tal vez si nosotros hubiésemos tenido conocimiento, al final buscábamos algo más, pero eso no marcó porque el equipo sigue ahí. Yo al final soy un técnico cesado, que tengo dos torneos y que es un poco molesto como se da la salida, pero tengo la madurez para entender que esto se dio así.