La criticada defensa de Saprissa se redimió en la final

Con un hombre menos desde el minuto 28 de partido y a expensas del más que cuestionado Henrique Moura, la S levantó la Copa.

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La criticada retaguardia morada acabó por ser fundamental para la consecución de la corona 34. Con un hombre menos desde el minuto 28 de partido y a expensas del más que cuestionado Henrique Moura, la S levantó la Copa.

Criticado por su lentitud en las coberturas y un rendimiento apenas regular, el brasileño se empleó a fondo junto a un sorpresivo compañero de zaga durante un gran lapso del duelo: Michael Barrantes.

Después de la expulsión de Heiner Mora, cuando apenas se jugaba el minuto 28 de partido, Saprissa se reordenó para esquivar los embates de su adversario y alargar la lucha por la corona hasta los disparos desde el punto de penal.

Vladimir Quesada y su cuerpo técnico reordenaron la zaga de los tibaseños. Barrantes se colocó como central, a razón de que conocía este puesto, después de jugarlo en Grecia durante la campaña pasada.

El equipo lució casi impecable en la faceta defensiva y salvaguardó su marco en cero durante 90 minutos, sin sufrir tantos aprietos ni recibir tanta metralla del Team.

“Tratamos de alargar los cambios lo más que se pudiera porque sabíamos que se podía extender el partido a los tiempos extra y necesitábamos mantener a los suplentes lo más frescos posibles”, explicó el entrenador Vladimir Quesada.

Al quedar con un hombre menos, la labor de sacrificio fue máxima. Con el ingreso de Jeikel Medina se fortaleció la zona baja, que ya de por sí disponía de un equipo completo, en el que los hombres de ataque se olvidaron de ir al frente para colaborar en el engranaje defensivo y disminuir el potencial de los visitantes, quienes llevaron el peso del juego en el segundo periodo, pero las faltó punch.

Por ejemplo, Mariano Torres retrocedió muchos metros para darle salida limpia al equipo, al igual que David Ramírez, quien por lapsos parecía ser un volante defensivo en lugar de atacante.

Lo mismo que Daniel Colindres, de un ida y vuelta fundamental para sostener la pelota en ataque durante el tiempo que fuese posible. La tan criticada defensa sacó la tarea.