Vacunarse por amor

Los alegatos sin sustento científico de la ministra de Salud, Joselyn Chacón, sumados a las campañas de desinformación de los grupos antivacunas parecen haber confundido a una parte de la población

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Qué angustia, qué profunda zozobra deben sentir los padres de los pequeños que se encuentran internados en el Hospital Nacional de Niños en medio del actual pico de virus respiratorios.

El pasado miércoles dicho centro médico registraba la ocupación más alta de los últimos años, con 90 menores ingresados, 15 de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

La avalancha de infantes graves contagiados de covid-19 y otros virus respiratorios ha resultado tan virulenta que el hospital debió habilitar pasillos y otras áreas para brindarles atención.

Muchos de esos chiquitos no están vacunados, a pesar de que reconocidos especialistas advirtieron una y otra vez sobre los riesgos que corre la población infantil en esta época de alta transmisión.

Los vacunatorios dan cuenta del desinterés de papás y mamás por proteger a sus hijos. De hecho, al pasado 22 de agosto había 130.953 niños de 5 a 11 años sin la primera dosis contra la covid-19.

Algo parecido debe estar ocurriendo con las inoculaciones contra la influenza estacional, las cuales se agotaron con rapidez en años anteriores, pero ahora sobran debido a la falta de brazos que quieran recibirla.

Es posible que este comportamiento sea producto de la influencia del discurso desmovilizador de las actuales autoridades sanitarias en contra de la obligatoriedad de la vacunación contra el coronavirus.

Los alegatos sin sustento científico de la ministra de Salud, Joselyn Chacón, sumados a las campañas de desinformación de los grupos antivacunas parecen haber confundido a una parte de la población.

El resultado ha sido nefasto no solo en términos de la cantidad de niños que están expuestos a enfermar de gravedad, sino también en cuanto al impacto en los servicios de salud.

Costa Rica celebra este mes su independencia. En las actuales circunstancias, llevar a los pequeños al desfile de faroles y al del 15 de setiembre podría ser contraproducente si no se toman las medidas adecuadas.

Por ello, si sus hijos todavía no están vacunados o tienen el esquema incompleto, llévelos al recinto más cercano y dé el ejemplo usted también. Ese será un verdadero acto de patriotismo y, sin duda, de amor.