‘Maquila’ en Ebáis

Si un miembro de la Junta Directiva o un alto mando de la CCSS cree que una consulta médica de 12 minutos es de calidad, vive alejado de la realidad o su madre o hijos nunca han sufrido las consecuencias de una atención a la carrera

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Una de las leyes del fútbol es que si un equipo gusta y juega bien no se toca. La máxima es ignorada ingratamente por los altos mandos de la CCSS que deciden sobre los Equipos Básicos de Atención Integral en Salud (Ebáis) de Tibás, Barva, Escazú, Pavas y Desamparados.

Las cuatro cooperativas que atienden a 600.000 habitantes han cometido faltas, es cierto, pero no hay duda de que tienen la camiseta bien puesta.

Sus servicios por contrato en las últimas tres décadas no solo cuestan menos, sino que son competitivos cuando se comparan con los que dan los Ebáis administrados por la misma Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), y esa parece ser la razón por la cual quienes gobiernan la institución hacen hasta lo imposible para sacarles tarjeta roja.

Solo así se explica que, para firmar un nuevo contrato por cuatro años, la CCSS les imponga a Coopesiba, Coopesaín, Coopesana y Coopesalud reducir la consulta médica de 15 a 12 minutos por paciente con el fin de que cada médico aumente de cuatro a cinco el número de personas que ve por hora.

Parece un plan calculado para que se disparen las quejas por mal servicio y no haya más opción que institucionalizar esos Ebáis.

Si un miembro de la Junta Directiva o uno de los altos funcionarios de la CCSS que ordenan este cambio creen que 12 minutos son suficientes para atención médica de calidad, se debe a que están muy distantes de la realidad que se vive en los consultorios, o nunca su madre o sus hijos han sufrido las consecuencias de una atención a la carrera.

Si los 15 minutos son escasos, 12 son como una prueba contrarreloj, en la que el paciente deberá saludar, medio describir una dolencia (¡ni se le ocurra acudir por más!) y, si sobran minutos, el médico lo auscultará y recetará algún medicamento.

Que se olviden enfermo y médico de detallar síntomas o explicar una enfermedad, mucho menos de empatizar, porque están proscritos. La línea de producción que quieren los mandos de la CCSS lo impide. Sí, paciente, sea paciente, porque tendrá que regresar otro día a consultar cuando experimente otra dolencia.

Tal atropello al asegurado ocurre porque los jerarcas saben que en esos cantones no hay organización comunal que frene la falta de sensibilidad social de su burocracia.

amayorga@nacion.com