Podcast ‘Reporteras de covid’: quinta ola será de las más fuertes y prolongadas

No tiene que ver con infecciones por covid, pero es resultado de la paralización de atenciones para dar prioridad a los enfermos del nuevo coronavirus

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La ‘quinta ola pandémica’ se pronostica fuerte y prolongada, y no tiene que ver con más enfermos de covid-19, sino con largos tiempos de espera para que los llamados “casos no covid” sean atendidos con la celeridad que también requieren. Es muy probable que a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) le tome varios años bajar los plazos para las cirugías programadas, procedimientos diagnósticos y citas con especialistas que se tuvieron que suspender para dar prioridad a la atención de miles de enfermos durante la pandemia.

Este es el tema del podcast de esta semana:

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La crisis, entonces, no ha sido solo por ese coronavirus. Ya lo ha reiterado el salubrista público Darner Mora Alvarado, quien no se cansa de decir que las secuelas de esta crisis son múltiples: se trata de una sindemia con implicaciones muy graves que van más allá de los servicios de salud, porque golpeó la economía, la estabilidad de los hogares, el ambiente, y hasta la política.

Las listas de espera, aunque también son un tema de gestión de servicios de salud, tienen una ramificación extensa en el tiempo y en su complejidad. Sería injusto atribuir su génesis únicamente a la pandemia, pues hay que escarbar un poco en la memoria para encontrar que la CCSS arrastra una enorme deuda en este tema desde hace décadas. La pandemia solo vino a ser la “cereza en el pastel”.

El informe más reciente de la Unidad Técnica de Listas de Espera (UTLE), de la Gerencia Médica, revela tiempos para una cirugía que rayan en la locura para miles de pacientes. En promedio, hoy, una persona debe soportar 555 días para ser operada. Esos tiempos se disparan a casi 800 días en especialidades quirúrgicas críticas, como Ortopedia, que no se ha despegado del primer lugar de una larga lista.

El descenso significativo de los casos, hospitalizaciones y muertes atribuidos a la covid-19, desde finales de setiembre pasado, abrirá espacio para que la CCSS retome los proyectos que permitan bajar esos tiempos lo más pronto posible y cumplir, entre otras cosas, con la orden del 2019 de la Sala Constitucional para montar un plan que baje esos plazos.

Sin embargo, la institución admite que no hay capacidad instalada suficiente para desahogar las listas en tiempo ordinario; así que recurrirá, inicialmente, a una inversión de ¢20.000 millones en el 2022 para pagar tiempo extraordinario a los hospitales que presenten proyectos.

¿Cuánto tiempo invertirá la CCSS para bajar a “tiempos razonables” (tres meses o menos, coinciden expertos) esas esperas? No se sabe. Esta es la quinta ola. Sume a ella el incremento en la demanda de atención por problemas mentales derivados de la ansiedad y depresión desencadenadas por la covid-19, y el incremento en la necesidad de terapias de rehabilitación cardiopulmonar para enfermos secuelados graves de la covid.

Agarrémonos bien fuerte para que esta quinta ola no nos vuelque.