Acequia subterránea condena a Hospital de Niños a inundaciones

CCSS clama a Municipalidad de San José cambiar obsoleto sistema pluvial en la zona

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El código café se ha activado dos veces en menos de un mes, en el Hospital Nacional de Niños (HNN).

Sucede cuando llueve y el aguacero es intenso, como ha pasado últimamente. Esa alerta avisa a los miembros de la brigada que corran para evitar que las caudalosas aguas de una acequia subterránea arrasen los servicios de Emergencias, Nutrición e Imágenes Médicas, ubicados en el sótano del viejo edificio.

Se trata de la quebrada Lantisco, entubada hace unos 150 años. Se origina cerca del edificio de la Corte Suprema de Justicia, baja al centro de San José, pasa por el Ministerio de Salud, por el hospital, por otros sitios del paseo Colón hasta terminar en el río Torres.

La primera emergencia grande con esta acequia de la que se tiene memoria ocurrió en setiembre de 1992. En ese entonces, la inundación afectó el antiguo parqueo del hospital y puso a flotar los carros de varios jefes de servicio, recordó la directora médica, Olga Arguedas Arguedas.

La segunda, se registró casi un cuarto de siglo después.

El sábado 18 de junio del año pasado, las aguas generadas por un intenso aguacero vespertino rebasaron la capacidad de la tubería pluvial construida hace siglo y medio. El área de Emergencias resultó parcialmente anegada, y ese servicio tuvo que ser trasladado temporalmente a otro lugar.

Este año, el código café se ha activado más frecuentemente: el jueves 18 de mayo, cuando tuvo que salir de operación el servicio de Nutrición; y el lunes 5 de junio, con pérdida de alimentos en la bodega y de algunos sueros usados en Farmacia, que se mojaron tras la inundación provocada por el aguacero más fuerte de los últimos 22 años.

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De todas las edificaciones sobre el paseo Colón (comercios, consultorios médicos y algunas casas de habitación), en San José, el Hospital Nacional de Niños es la que se ve más afectada cada vez que llueve intensamente y se desbordan las aguas de Lantisco.

El centro médico construyó seis compuertas de metal en los accesos externos del sótano para tratar de reducir el riesgo de inundación y compró tarimas plásticas para elevar insumos médicos y alimentos a varios centímetros del suelo.

LEA: Inundación en Hospital de Niños tiene en riesgo equipos valorados en $3 millones

También reforzó rejillas sobre dos caños para facilitar la evacuación de las aguas. Pero hasta ahí pueden llegar, según explicaron.

"Estas son medidas de mitigación mientras la Municipalidad de San José le da una solución al problema, que no es un problema del hospital. Nosotros somos damnificados. ¡Tenemos un problema en la ciudad!

"¿O vamos a resignarnos para siempre a que todos los inviernos se siga inundando el barrio chino y barrio Luján? No, tenemos que dar una respuesta como ciudad, y ese es el llamado que hago", manifestó enérgicamente Olga Arguedas a este diario, un día después del más reciente código café.

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Terreno donado era laguna

El terreno donde se ubica el hospital fue alguna vez una gran laguna.

De los 20.000 metros cuadrados de extensión, cerca de 5.000 estaban ocupados por el agua, recordó Pedro Murillo Chaves, jefe de Ingeniería y Mantenimiento.

No se conocen muchos detalles sobre la forma en que se drenaron esas aguas durante la construcción del edificio, que se inauguró en 1963.

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Lo que se ha venido a descubrir con el paso de los años es que bajo varias partes de la estructura discurre la acequia Lantisco; especialmente, en el área de Nutrición, donde en mayo pasado se fisuró el piso por el desbordamiento de las aguas subterráneas.

Su estructura de ladrillo colorado se hizo para soportar el peso de la superficie capitalina, con sus calles, sus carros y la gente, pero no para aguantar inmensos volúmenes de agua que han caído últimamente y transforman el paseo Colón en un río de fuerte corriente achocolatada.

Las áreas en riesgo están en el sótano: Imágenes médicas, con aparatos valorados en alrededor de $3 millones; entre ellos, el tomógrafo y un angiógrafo.

También está lo que se conoce como servicio central: ahí es donde se esterilizan todos los equipos que se utilizan para procedimientos médicos y quirúrgicos.

El foso que permite el funcionamiento del sistema de ascensores del edificio se ubican en esa área. Y está Nutrición: el servicio que más se ha visto afectado con las aguas desde mayo.

"¿Qué es lo peor que le puede pasar al hospital? En realidad, entre los riesgos potenciales, que son los que más nos preocupan, está la afectación de los ascensores, porque son un eje fundamental para toda la operación del hospital. En la zona de inundación está el foso.

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"También (nos preocupa) que el ingreso masivo de agua nos dañe equipo de alto valor, y el riesgo ocupacional para las personas que trabajen ahí. Y con una perspectiva pesimista, (lo peor que podría pasar es) que el agua ingrese en un volumen tal que no permita la operación del servicio de Emergencias, como sucedió el año pasado", explicó Arguedas.

Este tipo de eventos, aumenta el riesgo de contaminación de las instalaciones con gérmenes que puedan provocar enfermedades graves.

La directora administrativa del centro médico, Adriana Romero Retana, dice que el crecimiento que ha venido teniendo el Nacional de Niños impide pensar en una reubicación de todos los servicios.

"El hospital fue creciendo. En 1997, se tomó la decisión de construir el edificio de Especialidades y entonces el hospital se convirtió en un complejo con consultas y laboratorios especializados. Hubo un tiempo en que se conversó la idea de salir de aquí.

"Se habló, incluso, de un lote en La Uruca. Pero ahora viene la torre (de la esperanza) para acá así que cada día se hace más difícil pensar en una opción para reubicar", explicó Romero.

Solución en ciernes

Un código café más multiplica el riesgo para infraestructura, equipo y personas.

Por eso, el hospital y las autoridades de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) están solicitando a la Municipalidad de San José, no solo medidas de contingencia para este invierno, sino una solución a la capacidad reducida del alcantarillado pluvial que pasa por esa zona de la capital, el distrito Hospital.

El defensor adjunto de los habitantes, Juan Manuel Cordero, convocó a una reunión el 22 de junio para conformar una mesa de trabajo con representantes de la Caja, el municipo, Acueductos y Alcantarillados, y el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA).

"La Defensoría quiere convocar a una mesa de trabajo en donde se identifique muy concretamente la problemática y su magnitud, y se establezca una hoja de ruta crítica para la realización de las obras necesarias con los actores que haya que convocar porque el asunto tiene que ser atendido de manera urgente", aseguró Cordero.

Marco Vinicio Corrales Xatruch, gerente de Provisión de Servicios de la Municipalidad de San José, reconoció la magnitud del problema y aseguró que este ayuntamiento programará obras por alrededor de ¢100 millones para inicios del próximo año. Aclaró que se trata de trabajos de mitigación.

"Hemos iniciado los estudios técnicos para conectar la acequia en su desfogue con una tubería nueva que llegue hasta el paseo Colón, que nos ayude a drenar el agua que se pueda dar en exceso", explicó.

Los trabajos se programarán para el próximo verano. Mientras tanto, dijo Corrales, se limpiarán alcantarillas y se realizarán obras de mitigación para reducir los daños potenciales.

Olman Vargas Zeledón, director ejecutivo del CFIA, confirmó la convocatoria de la Defensoría para participar como órgano técnico en esa mesa de trabajo.

El especialista, reconoce que el problema requiere una solución urgente.

"La mayor parte del alcantarillado fue construido hace muchos años y probablemente las dimensiones para las que fue diseñado han sido superadas. Hay problemas de capacidad del sistema", explicó Vargas.

La Municipalidad de San José informó, además, que procura mantener sin obstáculos el flujo el agua de la quebrada Lantisco.

En el parque ubicado frente al Ministerio de Salud ya se produjo un hundimiento en la canaleta del riachuelo, de donde removieron árboles debido al riesgo de obstrucción.

El municipio advirtió que en lo que va del año ha extraído 325 toneladas métricas de sólidos, sobre todo, basura.

"En el año 2016 se recolectaron 958 toneladas métricas, siendo los distritos Pavas, Hatillo y Catedral los que más desechos generan, según la Sección de Red Pluvial", informó el municipio.

Por lo pronto, las autoridades de la Caja buscan agotar todas las vías para que el municipio resuelva el problema.

La gerenta de Infraestructura y Logística de la CCSS, Gabriela Murillo Jenkins, manifestó que el alcantarillado sanitario y pluvial es responsabilidad de la municipalidad.

"Si ese sistema está obsoleto y no da abasto, como ellos han admitido, el hospital está siendo una víctima de esa situación, y el agua que le ingresa es producto de la esa insuficiencia en los sistemas municipales.

"Lo que estamos pidiendo a la municipalidad es una solución tanto a largo plazo y sostenible, como soluciones de contingencia, porque esto nos está afectando los servicios de salud", dijo la gerenta.

Ante consulta de este diario en relación con solicitar a la Municipalidad de San José una posible indemnización económica por los daños, Murillo dijo que, por ahora, están agotando las vías iniciando con un abordaje técnico.

"Si no vemos respuestas positivas, evaluaríamos el tema a nivel legal con la Dirección Jurídica, pero en este momento primero está la solución del problema y luego veríamos lo demás", agregó.

El código café se ha activado dos veces en menos de un mes, en el Hospital Nacional de Niños (HNN).

Y probablemente esa alerta se encienda varias veces más hasta que no se haga un arreglo definitivo que le inyecte calma y tranquilidad a los vecinos de esa zona, incluido el único hospital pediátrico del país, cada vez que llueve.