Subsidio del IMAS a Centros de Cuido lleva siete años estancado en el mismo monto: ¢131.000 al mes por niño

Administradoras de los Centros de Cuido aquejan que, pese al aumento en el costo de vida en los últimos años, ellas tienen que hacer más con menos recursos

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El subsidio mensual que paga el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) a los Centros de Cuido y Desarrollo Infantil (Cecudi) por cada niño o niña que atienden lleva siete años estancado en el mismo monto: ¢131.000. Las administradoras de esos centros aquejan que, pese al aumento de bienes y servicios, cada vez tienen que hacer más trabajo con menos recursos.

Así lo expone Ana Robles, presidenta de la Asociación Nacional de Centros de Educación Infantil, quien reclamó que no les han reconocido ni siquiera los aumentos por inflación.

La vocera detalló que, si se desglosan los ¢131.000 mensuales que reciben por menor de edad, ¢28.000 corresponden al rubro de alimentación, para cuatro tiempos de comida, cinco días a la semana, durante todo el mes.

“Además, no hay ingreso de niños nuevos a la Red de Cuido, se van unos niños y no entran nuevos, entonces el programa entra en un colapso, porque hay muchas familias en pobreza que requieren del servicio”, alertó la entrevistada.

“Es una inestabilidad financiera para ofrecer el servicio. Hay actividades que con este subsidio no se pueden alcanzar, no tenemos el respaldo económico necesario para cumplir con los estándares de calidad, se hace muy difícil. Los salarios suben todos los años, los alquileres también”, reclamó Robles.

Ante consultas de La Nación, el IMAS reconoció que el último estudio de costos para actualizar el monto del subsidio se realizó en 2016.

La entidad justificó que “un aumento en el monto pagado por el IMAS implicaría disminuir la cobertura de menores de edad beneficiarios, dado que dicho incremento se tendría que asumir con el mismo presupuesto disponible en estos momentos”.

Añadieron que la actualización de los montos del subsidio corresponde a la Secretaría Técnica de la Red Nacional de Cuido y Desarrollo Infantil (Redcudi).

Según datos de mayo del 2022, casi 68.000 niños y niñas del país se ven beneficiados a diario con la Redcudi, que cuenta con 1.291 centros, en los que se invierten alrededor de ¢70.000 millones anuales.

Una evolución que se frenó

Dicha red se creó el 24 de marzo de 2014 mediante la ley N.° 9220. Este fue uno de los principales proyectos de la administración Chinchilla Miranda, con el objetivo de que padres y madres pudiesen dejar a sus hijos al cuidado de profesionales para trabajar y estudiar, y de esta forma, alejarse de la pobreza.

Los centros de la Redcudi son iniciativas privadas, que trabajan con sus propios recursos y, al final de cada mes, reciben un pago del IMAS por cada menor que atienden.

Durante 2014 los centros de cuido recibían ¢90.000 mensuales por cada menor que atendían. Este monto aumentaba a ¢102.000 en caso de que la alternativa de atención contara con una persona menor de 2 años, por cada siete mayores de 2 años.

En 2015, dichos subsidios aumentaron a ¢104.000 y ¢120.000 mensuales, respectivamente. En 2016, se empezó a pagar ¢114.000, y ¢131.000 a los que cumplieran con el criterio mencionado.

Sin embargo, desde 2016 el subsidio se estancó, y a día de hoy, siete años después, los centros de cuido siguen recibiendo el mismo monto. En 2018 se eliminó el criterio de diferenciación por edad y se empezó a pagar el monto fijo de ¢131.000 por menor.

“El servicio va a colapsar”

El estancamiento del monto del subsidio durante los últimos siete años obliga a las alternativas de cuido a reducir gastos al mínimo posible. Algunas, incluso, pierden su margen de ganancia o terminan con pérdidas, una situación que no es sostenible a largo plazo.

Según explicó Ana Robles, un estudio de costos realizado en 2019 evidenciaba que el monto de subsidio necesario por menor de edad era de aproximadamente ¢220.000 mensuales.

El servicio va a colapsar. Puede ser que no tengan recursos (el IMAS), pero entonces hay que ajustar los requerimientos al servicio, que sea congruente con el monto que pueden pagar, porque si no va a colapsar igual, se va a caer el servicio y se va a caer para todos los niños”, lamentó la representante.

Marcela Venegas, presidenta de la Asociación Pro Alternativas de Red de Cuido, coincide con Robles.

“Tenemos compañeras que están cocinando con manteca en lugar de aceite, porque el costo del aceite se elevó exageradamente. El atún igual. El costo es muy distinto al de 2016. El reglamento exige que todas las colaboradoras sea profesionales, pero yo ocupo pagarlas”, señaló Venegas.

Según asegura Venegas, el IMAS recomienda a las alternativas de cuido “ir a pedir a la empresa privada”; no obstante, dado que muchos centros de cuido emprendimientos privados con fines de lucro, ninguna organización les entrega donaciones, dado que estas no son deducibles de impuestos.

“Si usted no tiene espíritu por la niñez cierra esto y se pone otro negocio, porque esto no es negocio, no deja dinero. Hay que trabajarlo por corazón, porque por rentable, no”, concluyó Venegas.