PUSC es la fracción más indisciplinada del Congreso

Diputados socialcristianos tienen la mayor tendencia a separarse del criterio de su jefatura de fracción, a la hora de votar proyectos de ley

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

En el plenario de la Asamblea Legislativa, a la hora de votar, impera el orden. Pasados los discursos, dudas, amenazas y reclamos, cuando llega el momento de decir “sí” o “no” a un proyecto de ley, los diputados se apegan a la línea que dicte su jefatura de fracción en más del 97% de las veces.

Con una excepción.

La bancada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) es la menos disciplinada de las siete que conforman el Congreso en el periodo constitucional 2018-2022, pues es la de mayor tendencia a separarse de las instrucciones de su líder.

Así lo señala el más reciente informe del Programa del Estado de la Nación (PEN), el cual analizó la forma de votar de los 57 diputados.

Según los datos aportados por el PEN, si se consideran solo los proyectos de ley que el estudio considera como “sustantivos” —es decir, que impactan directamente la calidad de vida de las personas—, en la legislatura 2019-2020, las demás fracciones registraron niveles de coincidencia superiores al 97%.

La más cohesionada fue la del Partido Acción Ciudadana (PAC), en la que sus integrantes votaron igual a su jefatura el 99,68% de las veces. Liberación Nacional (PLN), la agrupación más numerosa del Congreso, registró un 98,99% de coincidencia con su líder.

Restauración Nacional, después de perder la mitad de su fracción, alcanzó un 97,58%; y el autodenominado bloque Nueva República registró una coincidencia interna con su coordinadora del 98,68%.

Ese año, incluso, hubo 16 diputados del PLN, el PAC y Restauración Nacional que no se apartaron ni una sola vez del criterio de su coordinador.

El caso del PUSC es distinto. En la legislatura 2019-2020, la concurrencia de los socialcristianos con su jefatura fue del 92,61% en las votaciones de proyectos de ley sustantivos, y ni uno solo de los nueve diputados se quedó sin romper la línea de su líder.

Ver más

Los patrones de votación de los socialcristianos permiten dar un vistazo a la dinámica interna de su fracción.

De los 57 diputados que integran el Congreso, el puntarenense Óscar Cascante tuvo el menor nivel de coincidencia con su jefatura en la legislatura que transcurrió entre el 1.° de mayo del 2019 y el 30 de abril del 2020.

Ese año, la coordinación socialcristiana la compartieron María Inés Solís y Pedro Muñoz.

En esos 12 meses, Cascante votó igual a ellos el 89,32% de los proyectos sustantivos.

Por ejemplo, se negó a seguir el criterio de sus jefes en la votación del plan que reguló el derecho a la huelga, y votó en contra de la iniciativa. También se negó a apoyar el traslado del recinto parlamentario al Auditorio Nacional, en marzo, a causa de la pandemia de covid-19.

En cambio, en el primer año de labores, Cascante votó exactamente igual a su jefe de entonces, Erwen Masís, el 100% de las veces.

Masís, a la vez, fue el tercer diputado de la Asamblea que menos siguió a María Inés Solís y Pedro Muñoz cuando los jefes fueron ellos.

La segunda diputada que menos sigue las instrucciones de su jefatura es la también socialcristiana, Shirley Díaz. Solo que, en su caso, dicha tendencia no ha variado con los cambios de liderazgo.

Ella también rompió la línea de su coordinador al votar los planes de regulación de huelgas y cambio de recinto parlamentario.

Lo mismo hizo con el proyecto de ley de educación dual y el que reestructuró la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva). Todas esas iniciativas las votó en contra.

Por debajo del 95% de coincidencia con su líder quedaron también Rodolfo Peña (93,94%), quien al año siguiente fue electo como jefe; María Vita Monge (93,94%) y Pablo Heriberto Abarca (94,74%).

En la lista de diputados con mayor tendencia a separarse del criterio de su jefatura en el periodo pasado también hubo legisladores de otras banderas políticas. Por ejemplo, Zoila Rosa Volio, quien se terminó separando del Partido Integración Nacional (PIN) en enero del 2020.

También Otto Roberto Vargas, del Partido Republicano Social Cristiano. En ese periodo, el jefe de fracción fue Dragos Dolanescu, con quien estaba en conflicto desde el año anterior. Dolanescu dejó el partido en julio pasado.

Admiten diferencias

Los integrantes de la fracción socialcristiana admiten que en su fracción es común que coexistan criterios distintos sobre un mismo tema.

María Inés Solís, exjefa de la Unidad en la legislatura 2019-2020, atribuyó dicha situación a que la Unidad, en su opinión, es una agrupación “muy democrática”, en la que no se imponen decisiones.

“Ya no se trata de imponer un criterio si no de convencer, nuestros diputados y diputadas tienen un criterio propio sobre diversos temas. Como fracción los discutimos, a veces logramos ponernos de acuerdo en todo y en otras no. Nos respetamos”, dijo Solís.

Díaz, por su parte, considera que como en el partido no se hacen nombramientos “a dedo”, los legisladores tienen más flexibilidad para manifestar distintas posiciones.

“El voto que ejercemos es a conciencia y de acuerdo a los criterios técnicos que cada uno cree pertinentes. En algunos temas coincidimos, pero cuando hay diferencia de criterios, no existe una imposición de votar u opinar sobre algún tema a pesar de estar disconformes por una u otra razón.

“En mi caso personal procuro apegarme todo lo que me es posible a la Carta Ideológica y a la tranquilidad que me otorga mi conciencia”, dijo Díaz.

Erwen Masís también manifestó que la diversidad de criterios es una característica del PUSC, pero también aseguró que la cohesión de una fracción depende mucho de quien la lidere.

“No está mal y muchas decisiones hemos decidido dejarlas a la libre, cada uno toma la decisión que considere más prudente. El primer año sí conversábamos mucho y eran más limitadas las votaciones libres, pero eso requiere mucha comunicación y trabajo”, afirmó Masís.

“Hay fracciones que mantienen el voto más compacto, pero responden a una lógica partidaria electoral y yo por lo menos he tratado de que eso no afecte mi decisión”, añadió el diputado.

La Nación también procuró consultar el criterio de Óscar Cascante, de quien no se obtuvo respuesta al cierre de este artículo.

Un partido sin su ‘cemento’

Según Ronald Alfaro, investigador del Estado de la Nación, el comportamiento del Parlamento costarricense es atípico.

De acuerdo con el académico, el sistema político costarricense tiene las condiciones para que los patrones de votación sean “caóticos”, por carecer de mecanismos que sí tienen otras democracias, como Estados Unidos, para garantizar que los congresistas se apeguen a las líneas que dicten los líderes de sus partidos.

Sin embargo, la dinámica que se observa en la realidad, es otra.

“Los diputados se apartan muy poco de la decisión del grupo, sobre todo cuando el jefe dice: ‘vamos así’”, señala el investigador.

Para Alfaro, es posible que dicho comportamiento se deba a la inexperiencia de muchos de los legisladores, así como a su cálculo político según la cercanía o lejanía de las elecciones. Pero también, dijo, hay pistas importantes en la historia de cada partido.

“La disciplina es algo que los partidos aprenden con el tiempo”, señaló el académico.

Dicho factor pareciera beneficiar al PLN, el partido más antiguo del país.

En tanto que el PAC, señaló Alfaro, pareciera dar señales de estar llegando a “una etapa inicial de madurez partidaria”.

El PAC ya experimentó tres periodos como oposición y un primer cuatrienio como oficialismo, en el que su fracción sufrió múltiples fracturas. En esta segunda Administración, por el contrario, ha logrado mantenerse unida.

La Unidad Social Cristiana, por su parte, acumula casi cuatro décadas de experiencia política, tanto como gobierno como oposición. ¿Qué causa que ahora le cueste más cohesionarse en el Congreso?

En opinión de Alfaro, los rojiazules parecen haber perdido el “cemento” que los unía desde sus inicios.

“Perdió al calderonismo, que era el cohesionador”, señaló el investigador.

Ahora, un sector del partido al que pertenecen Erwen Masís y Óscar Cascante buscan acercarse al expresidente Rafael Ángel Calderón Fournier con miras a la elección del 2022, en busca de ese elemento que el exmandatario se llevó al fundar el PRSC.

“Sugiere que están queriendo buscar ese cemento”, apuntó Alfaro.

Puede consultar el ranking de los diputados, según su nivel de coincidencia con su jefatura durante la legislatura 2019-2020, en este enlace.