Ciudadanos: Los únicos sin acreditación para asistir al traspaso de poderes

Ticos obedecieron al mandatario Rodrigo Chaves de no acudir a la plaza de la Democracia, pues no podían acercarse a 300 metros a la redonda. Quienes lo intentaron, fueron frenados de golpe por policías

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A las 10:41 am., mientras el sol le quemaba de frente, doña Norma Segura intentaba ingresar a la plaza de la Democracia para seguir de cerca los acontecimientos del traspaso de poderes de Rodrigo Chaves Robles, que se desarrollaban en el plenario de la Asamblea Legislativa. A la par estaba Nury Valverde con unos familiares con el mismo objetivo. Ambas viajaron desde Desamparados y Sabanilla para participar de la celebración.

Sin embargo, por uno de los accesos ubicados al oeste del Congreso, sobre la Avenida Central, se toparon con una valla metálica que le impidió el paso. Uno de los oficiales de la Fuerza Pública que resguardaba el lugar les comunicó que el acceso al público estaba restringido. “Solo con acreditaciones”, se le escuchó decir al uniformado.

“Venimos mi mamá, mi prima y yo. Queríamos entrar porque estamos apoyando la salida del presidente que me pareció excelente la gestión. Así pensamos y le deseamos lo mejor al presidente entrante. No hay acceso, pensé que se podía ver desde el parque”, lamentó Valverde.

Doña Norma, por su parte, comentó que hacía cuatro años, cuando asumió el gobierno Carlos Alvarado, la realidad fue distinta. “La otra vez sí se pude (ingresar), hace cuatro años. Había acceso a público”, dijo.

Por la misma situación pasó don Rigoberto Zamora, quien desde Jericó de Desamparados llegó hasta las cercanías de la plaza de la Democracia, solo estaba interesado en disfrutar de los actos culturales, pero a los únicos que vio fue a los oficiales, quienes le decían “aquí todo esta cerrado”.

La ceremonia del ascenso al Gobierno de Chaves estuvo marcada por la ausencia de costarricenses de a pie. En su lugar, había una plaza bastante vacía, fuertemente resguardada por agentes de seguridad vestidos de negro, y en la periferia, por la Policía de Tránsito, la Fuerza Pública y hasta por un grupo de la Policía de Fronteras que, vestido con uniforme verde olivo, se apostó en el techo del Museo Nacional para vigilar el entorno con sus binoculares.

Desde días atrás, el entonces mandatario electo había solicitado a los costarricenses ver el acto de traspaso por televisión. En la plaza, su equipo instaló dos pantallas gigantes que transmitieron el acto y había actos culturales que no pudieron disfrutar los ciudadanos ya que no tenían acreditación para estar allí.

Los curiosos, al final, hicieron caso al llamado del nuevo gobernante de no asistir al sitio y, si insistían en acudir, no podían acercarse a 300 metros a la redonda.

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Llegada del presidente y delegaciones

A las 9: 25 a. m. llegó Rodrigo Chaves tomado de la mano de su esposa, Signe Zeicate. Los acompañó su hija de siete años, Isabella, y su hija mayor, Tatiana Chaves, de 19 años. Sonrientes, todos saludaron al público mientras caminaban por la alfombra roja al ritmo de la canción “Soy Tico” de Carlos Guzmán, interpretada por el coro Intermezzo.

Antes de recibir la bendición de obispos católicos y evangélicos, Chaves y su familia subieron las gradas del Congreso y saludaron a los presentes: seguridad, a los grupos de folclore y a los miembros de la prensa que la frase que más escucharon fue “aquí no pueden estar”, en cualquier lugar que se encontraran.

“Líbralos Padre Santo de todo tipo de corrupción, permíteles trabajar con verdadero esfuerzo y generosidad, haz que sean solícitos en la construcción del desarrollo integral, ese que tu quieres para todos los pueblos de la tierra y, por encima de todo, ayúdales a ser constructores de una autentica comunión, esa que nace de la verdad”, fue un extracto de la plegaria que José Manuel Garita Herrera, obispo de Ciudad Quesada y presidente de la Conferencia Episcopal, hizo la mañana de este domingo para el nuevo presidente y a su gabinete.

Mientras esa oración se realizaba, durante unos 10 minutos, el mandatario saliente, Carlos Alvarado y su esposa, Claudia Dobles, esperaban bajo el sol que la entrada al Congreso continuara; atrás de ellos esperaba el rey Felipe VI de España, el gabinete y las más de 80 delegaciones e invitados internacionales que asistieron a la actividad.

Chaves fue juramentado en una ceremonia de cerca de 40 minutos, a lo interno del Congreso, como el mandatario número 49 de la República.

Irrupción de la tranquilidad

Al mediodía y mientras todo transcurría en orden, Chaves salió con su familia y saludó nuevamente en las gradas del Congreso a los presentes, pero ya como presidente; muy rápido se subieron a la buseta que lo llevaba al Centro Nacional de Cultura (Cenac) donde se realizó el primer Consejo de Gobierno de su mandato.

Solo cinco minutos después de la salida de Chaves, unos cinco manifestantes de colectivos feministas, que protestaban contra su designación, aprovecharon un punto descubierto por la seguridad y violentaron uno de los accesos hacia la avenida segunda para dirigirse corriendo hacia el Congreso.

El lugar por donde ingresaron a la fuerza, era el sitio de salida de las delegaciones internacionales y del gabinete.Rápidamente, el paso de los manifestantes fue frenado por la Fuerza Pública quienes los sacaron del lugar.

La situación, aunque duró pocos minutos, sí causó algún trastorno en el operativo, pues hubo que trasladar a las delegaciones por otro sector, mientras los centenares de policías redoblaron la vigilancia con apoyo de policletos y Policía Montada.

Entre los manifestantes, que no llegaban ni a 100, había algunos con banderas del Frente Amplio, pero, en su mayoría, eran miembros de colectivos feministas con mensajes como: “Nos quitaron tanto, que ya nos quitaron todo”, o “No podrán callarnos más”, así como con palabras dirigidas al presidente Chaves, quien ya se alejaba de los pocos ciudadanos que intentaron decirle algo.

Rándall Picado, jefe de la Fuerza Pública de San José, afirmó que no habían puntos descubiertos por la seguridad, si no que las vallas fueron violentadas por los manifestantes. La situación no pasó a más y se logró controlar.