Ruta 32: La fiesta de los guapileños

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El 29 de marzo de 1987 La Nación tituló: “Guápiles se echó a la calle”.

La nota informaba sobre la inauguración de la carretera de 63 kilómetros entre San José y Guápiles, Pococí.

Ese día, miles de guapileños vieron cumplirse el anhelo de tener una carretera que les permitiera viajar a San José en una hora.

Atrás quedarían los viajes de hasta seis horas en autobús a la capital por Turrialba, los trasbordos de un bus al viejo ferrocarril o los esfuerzos económicos para tomar “La Picapiedra”, la vieja avioneta que volaba a la meseta central.

Según narran los vecinos de Pococí, antes de la inauguración de la ruta 32, solo salía un bus al día hacia San José. Los viajeros debían estar antes de las 6 a. m. en la estación para abordarlo y enrumbarse a la capital.

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La apertura la nueva vía, valorada en ese entonces en ¢2.500 millones, provocó tal alegría en la zona que se realizaron festejos cívicos. Hubo música, ceremonia religiosa, ventas de comidas, corrida de toros, juego de pólvora y hasta reina de belleza.

María de Los Ángeles Jiménez, quien entonces tenía 15 años, fue la reina de la ceremonia de inauguración. Ella encabezó la caravana de vehículos desde el puente sobre el río Sucio.

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Róger Durán era un joven de 27 años cuando Óscar Arias y sus ministros fueron a Pococí a abrir la ruta 32. Asegura que nunca ha visto tanta gente en su pueblo.

“Fue el día más concurrido en la historia de Guápiles en cuanto a vehículos, ese día se acabó todo, no quedaron comidas ni refrescos en las sodas. Incluso, varios meses después, los fines de semana eran muy concurridos porque mucha gente venía a conocer el túnel Zurquí y los puentes”, dijo Durán, quien guarda fotografías de ese día.

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La demora en la construcción de la carretera fue tanta que los guapileños bautizaron a la constructora ecuatoriana Monolítica, contratada por el Estado para hacer la obra, como la paralítica.

William Núñez, líder comunal de 65 años, coincidió en que pocas veces Pococí celebró tanto como para la apertura de la ruta 32.

“Fue una fiesta, fiesta y fiesta. Acá corría el guaro”, declaró Núñez, quien participó en movimientos de protesta para presionar por la carretera.

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