Lanamme alerta de riesgos para conductores por deterioro de ruta 27

Revisión anual de laboratorio advierte de tramos ‘muy deslizantes’, daños en superficie de rodamiento y exposición a derrumbes de no realizar intervenciones

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Los usuarios de la ruta 27 están expuestos a riesgos debido a diversos grados de deterioro que presenta la carretera y requieren intervenciones inmediatas, según la alerta que dio el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica (Lanamme) en su reporte anual del estado de esa vía, divulgado este viernes. Entre esos riesgos, señala posibles derrumbes.

El informe EIC-Lanamme-INF-0140-2021 comprende estudios realizados entre julio del 2020 y junio del 2021 como parte de la evaluación que desde cada año realiza en la carretera, desde 2010, cuando se inauguró. Al 2020, este análisis supone experiencia derivada de la revisión acumulada de casi 1.470 kilómetros.

Aunque se reconoce que la capacidad estructural y funcional de la vía es muy buena en casi toda su longitud de 77 kilómetros (km) entre San José y Caldera (Puntarenas) hay excepciones en algunos tramos y por problemas en casi todas sus radiales.

Recuerda que la ruta sufre “muchos problemas” por razones geológicas-geotécnicas, pues la mayor parte de estos se localizan en la zona montañosa del tramo 2 que históricamente registra inconvenientes inclusive desde la apertura de la vía en el año 2010 y que han sido evaluados en informes anteriores.

“De no aplicarse las recomendaciones, es de esperar que se sigan presentando problemas asociados a los procesos hidrometeorológicos intensos y los eventos sísmicos a los que está expuesto nuestro país”, dijo.

El Laboratorio solicitó realizar estudios básicos, modelación y diseño de las soluciones requeridas para garantizar la reducción del riesgo potencial por caída de rocas y suelo, de forma tal que no se comprometa el flujo del tránsito vehicular y la seguridad de los usuarios en el sector del kilómetro 37+500 y en el kilómetro 38+600.

El llamado es porque, según los análisis, la condición del talud en el kilómetro 40+800 conlleva “un alto riesgo” para la seguridad de los usuarios.

“Es urgente realizar los estudios y obras de intervención para garantizar su estabilidad en el corto y en el largo plazo. Se recomienda priorizar su intervención. En el kilómetro 44+500 implementar planes de monitoreo para detectar con rapidez estos movimientos y tomar las medidas necesarias de forma inmediata, con el fin de salvaguardar la seguridad de los usuarios que diariamente transitan por este sector”, urge el documento que solicita acciones similares para el talud del kilómetro 75+900.

Con relación al informe desarrollado por el Lanamme, la concesionaria Ruta 27 (antes Globalvia) declaró que tomará en consideración las observaciones sus planes de mantenimiento, ajustado a los estándares que están definidos en el contrato de concesión.

“Sobre el tema de los taludes, para todos ellos, ya ha completado los estudios geológicos-geotécnicos y diseño de soluciones requeridas. Un ejemplo son las importantes obras de mejoramiento acometidas este año entre los kilómetros 37 y 38. Sobre otros puntos mencionados, Ruta 27 está a la espera de la expropiación de terrenos necesarios para realizar las obras de mejoramiento”, explicó la empresa que dice gastar $20 millones al año en mantenimiento preventivo en toda la vía.

Sobre la relación con la resistencia del deslizamiento, Lanamme advierte de tramos “muy deslizantes”. Específicamente, 6 km (8% de la longitud total en el sentido San José-Caldera) y 7,7 km (10% del total en el sentido contrario). Además, hay 13 km (17%) en categoría “deslizante” en el sentido Caldera-San José.

En ese sentido, sugiere intervenciones tempranas del tipo sellos de lechadas asfálticas o similares (slurry seals, fog seals, chip seals, microsurfacing u otras técnicas) en segmentos con deterioros de tipo funcional y problemas de baja resistencia al deslizamiento para interrumpir la propagación de los daños detectados y las condiciones de inseguridad vial.

La vía San José-Caldera es la única dada en concesión, actualmente se negocia una ampliación del contrato.

Atención a radiales

En contraste con la troncal principal, afirma Lanamme, tres de las cuatro radiales de la ruta (Coyol, Atenas y Turrúcares) sí reflejan rangos entre “moderados” a “malos” en valores de deflectometría (comportamiento del asfalto por paso de camiones pesados), perfil de la capa asfáltica y agarre superficial de las llantas.

Sobre ese punto, el Laboratorio señaló que se “requieren estrategias de intervención severas para recuperarlas” y que solo la radial de Escobal exhibe buen estado general, consignó en un comunicado de prensa.

Por esta razón, entre sus recomendaciones incluye “una rehabilitación mayor de manera inmediata en las radiales que presentan condiciones estructurales críticas, para extender su vida de servicio”. Asimismo, un programa de mantenimiento rutinario a cada radial para asegurar una adecuada condición estructural, funcional y de seguridad vial, lo que evitaría deterioros prematuros y acelerados.

Otra llamada de atención es sobre el deterioro en la superficie de rodamiento, ya que persiste la tendencia observada de 2018 a 2019 con un repunte de problemas superficiales aun y cuando disminuyó la cantidad de kilómetros con grietas respecto a evaluaciones anteriores.

En daños superficiales, los más comunes son agrietamientos por fatiga del asfalto conocidos como “piel de lagarto”, baches y exudación; mientras en el segundo tipo dominan las grietas longitudinales y transversales.

El Laboratorio explicó que en el cartel de licitación para esta vía, se prohíbe del todo la existencia de exudación el cual es un tipo de deterioro vinculado a nivel mundial con bajos niveles de agarre superficial. Este se presenta cuando hay una separación del asfalto en la mezcla asfáltica la cual conduce a que se alise.

Diseño y señalamiento

Para el Laboratorio, sobran posibilidades de mejora en el diseño geométrico, señalamiento vial, diseño de los márgenes de carretera, sistemas de contención vehicular, conectividad entre centros atractores y generadores de viajes peatonales, infraestructura peatonal en general e infraestructura destinada al transporte público.

Evidencia de esa afirmación es que los inspectores confirmaron deficiencias al evaluar el estado de la demarcación horizontal de la vía, su señalamiento vertical y sus sistemas de contención vehicular; datos que serán considerados para fines de comparación histórica en futuras evaluaciones anuales del proyecto.

“Resalta que 21% de los segmentos críticos analizados a nivel de demarcación horizontal presentaron un estado malo, así como un 49% en estado regular; y a nivel de las radiales un 48% en estado malo y 30% en estado regular. En cuanto a los sistemas de contención vehicular, se identificaron 379 deficiencias críticas en el estado de los dispositivos que podrían aumentar la severidad de una colisión contra los elementos”, señala el comunicado.