Tortugas son la ‘presa invisible’ detrás de cada pescado frito

Prohibir la carnada viva y solamente usar anzuelo circular, son medidas para evitarlo

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No todo lo que se pesca son peces. Detrás de un pescado frito o un ceviche, hay una captura “invisible” de tortugas marinas que accidentalmente quedan atrapadas en las líneas o redes de pesca.

Solo en el Pacífico de Costa Rica, y según datos de la organización Widecast, entre 10.000 y 30.000 quelonios son capturados al año por artes de pesca como palangres, rastras y trasmallos.

Si bien los pescadores no van tras las tortugas, estas se enganchan en anzuelos, cuerdas o redes y, al tener respiración voluntaria, terminan asfixiándose debido al cansancio que les provoca tratar de liberarse y no poder salir a respirar.

Eso fue lo que les pasó a las tortugas –unas 280 según el Ministerio de Ambiente (Minae) y 308 según Widecast– que vecinos de las comunidades circundantes al golfo Dulce encontraron flotando en enero del 2013 .

Tras los análisis patológicos y las necropsias practicadas a cinco especímenes, Widecast determinó que las causas de muerte fueron asfixia, hematomas y mutilación por enmallamiento.

Según Didiher Chacón, director de Widecast, varamientos como este suceden en las costas costarricenses a razón de tres por año.

¿Qué hacer? Pues trabajar con las comunidades costeras y, sobre todo, tomar decisiones.

“El sector ambiental, que trabaja en conservación marina, muchas veces ha chocado de frente con los pescadores. Nosotros creemos que tenemos que trabajar juntos. No se trata de regalar o conceder, sino de negociar”, dijo Chacón y agregó: “El sector pesquero es socialmente muy vulnerable, pero para sacarlo de ahí hay que tomar decisiones y por eso proponemos una serie de acciones”.

Medidas. La propuesta de la organización contempla medidas técnicas, legales, administrativas y socioeconómicas para reducir el impacto de la pesca incidental.

En lo técnico, se propone utilizar anzuelo circular para minimizar la cantidad de tortugas que pudieran engancharse, así como reducir el tamaño del palangre y el tiempo que este está en el agua.

También se pide eliminar el uso de carnada viva. “Por el tipo de señales que envía, la carnada viva aumenta la posibilidad de captura de tortugas y otras especies de interés de pesca deportiva”, dijo Chacón.

Si se prohíbe el uso de galones, cuerdas de polipropileno, mecates plásticos y otros materiales de bajo costo, se evitaría el abandono de los aparejos de pesca que pueden seguir capturando especies marinas, en lo que se conoce como pesca fantasma.

“Como el material es tan barato, a los pescadores no les importa que se pierda. Pero, esa línea abandonada sigue pescando y las tortugas se ven atraídas por la acumulación desechos, se arriman a ver qué es y terminan enredadas”, explicó el biólogo marino.

Al quedar enredadas y por la fuerza que aplican para tratar de liberarse, los animales sufren hematomas, mutilaciones e incluso decapitaciones.

Otra medida es demandar el etiquetado de los aparejos con el número de licencia de pesca o el registro de la embarcación.

Según Chacón, ya se está trabajando con pescadores para capacitarlos en la adecuada liberación de una tortuga marina.

En cuanto a lo legal, se propone incrementar las multas y acabar con la impunidad por las infracciones de pesca.

“El sector pesquero suele ver los mecanismos de control como algo que va en su contra, cuando lo que se quiere es promover una pesca sostenible”, recalcó Chacón.

Apoyo. Esta propuesta fue respaldada por 5.700 firmas de ciudadanos que se sumaron a la campaña ¡Sí a la pesca sostenible! El documento ya se les entregó a las autoridades del Gobierno.

Ante consulta de La Nación , tanto Fernando Mora, viceministro de Aguas y Mares del Minae, como Gustavo Meneses, director ejecutivo del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca) manifestaron conocer la propuesta y estar analizándola para ver cómo incorporarla al plan de trabajo que diseñan para el sector.

Aun así, el trabajo con las comunidades ya empezó. Pescadores de Puntarenitas de Puerto Jiménez pretenden crear un arrecife artificial, con ayuda de Widecast, con fines de pesca y turismo.

Según Chacón, también se quiere trabajar con una red de restaurantes y supermercados que vendan pescado certificado, así como educar al consumidor para que prefiera tallas adecuadas y especies que no estén amenazadas .

“Apoyar esas iniciativas es apoyar a una familia de la costa. Eso es pesca solidaria y eso es conservar el mar”, destacó Chacón y añadió: “Eso le cae bien al estómago, pero aún mejor a la conciencia”.