Científico de Costa Rica Marino Protti regresa a Antártida a recabar datos sobre temblores

Estaciones sísmicas recopilan información desde hace tres años

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El sismólogo costarricense, Marino Protti, vuelve este noviembre a Antártida para retomar el trabajo científico sobre sismos que inició hace tres años.

En el 2013, Protti hizo una visita junto con la Universidad de California Santa Cruz.

En esa ocasión los científicos abrieron un pozo de exploración para alcanzar el lago subglacial Whillans y los sismólogos aprovecharon para colocar instrumentos dentro del conducto de 800 metros.

Además, en esa oportunidad instalaron 20 estaciones sismológicas, a unos 1.000 kilómetros de la estación McMurdo, para medir el desplazamiento del glacial y los sismos derivados por ese movimiento.

La expedición Whillans Ice Stream Subglacial Access Research Drilling (Wissard) es parte de un proyecto multidisciplinario en el que colaboraron nueve instituciones, incluida la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos la cual aportó fondos.

El mes entrante el trabajo en Antártida se enfocará en recopilar los datos almacenados y desmantelar las estaciones.

El análisis de las cifras recabadas servirán a Protti para continuar sus investigaciones sobre temblores en Costa Rica.

El equipo en el que participará el sismólogo del Obseratorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) será liderado por la directora de la investigación, Susan Schwartz, quien trabajó con el tico en Nicoya.

En dos ocasiones, la Universidad de California Santa Cruz envió grupos a tratar de recuperar la información, pero enfrentaron inconvenientes y no pudieron visitar todas las estaciones.

Debido a ello, el proyecto se extendió un año más. En las anteriores expediciones participó el tico, Esteban Chaves, también investigador de Ovsicori.

“Cambiaremos baterías y las dejaremos dos semanas más registrando datos mientras vamos pasando a la siguiente. Luego desmantelamos todo”, detalló Marino Protti.

Con ellos irá personal de la Universidad de California en San Diego. Esta universidad tiene estaciones de posicionamiento global (GPS) a las que darán mantenimiento.

Dos terremotos al día. El área de trabajo y estudio de los sismólogos es el glacial Whillans.

“Por gravedad, el hielo que se forma se convierte en un bloque sólido y se desplaza en dirección al mar. Ese es el caso de los glaciales Whillans y Mercer”, explicó Protti a La Nación .

Esa capa de hielo se desplaza a una velocidad de 400 metros por año. El área de contacto entre la capa de hielo y el lago Whillans se comporta similar a una zona de subducción.

“Dos veces al día, cuando sube la marea, se levanta la capa de hielo produciendo un deslizamiento de 60 centímetros, prácticamente lo mismo que se desplazó la placa en el terremoto de Nicoya”, ecplicó Protti.

“La diferencia es que en Nicoya pasaron 60 años y, en Antártida, ese fenómeno se ve dos veces al día”, agregó.

Por eso, este lugar permite a los científicos ver ciclos sísmicos por subducción como en cámara rápida y, con ello, llevar estadísticas del proceso de acumulación y liberación de fuerzas.

Algoritmo. Aparte de la etapa de campo, Protti colaborará en el análisis de datos mediante un algoritmo de correlación cruzada.

Según Protti, muchos sismos que vienen de la misma fuente tienden a repetirse. “Pueden cambiar de magnitud, pero el desplazamiento es el mismo”, destacó el sismólogo tico.

“Entonces lo que uno crea es un algoritmo que se registra a una cierta banda de frecuencia. Luego se agarran todos los datos continuos que se tienen y los registra en esa misma banda. Posteriormente se corre ese algoritmo para identificar y correlacionar donde vuelve a aparecer un determinado sismo”, añadió.

Protti ya utilizó el algoritmo en las réplicas del terremoto de Nicoya, las cuales pasaron de ser 7.000 captadas por métodos tradicionales a cerca de 80.000 al correr el algoritmo.

“Con el algoritmo salen más sismos que antes quedaban enmascarados en el ruido ambiente y lo que uno veía era una mancha. También se captan diferencias pequeñas en la formación de onda que indican distintas ubicaciones. En otras palabras, se localiza un gran sismo en toda la red de estaciones y luego a partir de este se localizan los otros”,explicó el científico.

La experiencia en el uso del algoritmo para el análisis de datos de Antártida, según Protti, le servirá como ensayo para analizar los datos sísmicos aquí.

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“Con el uso de ese algoritmo podríamos tener desplazamientos relativos de un sismo con respecto a otro a tan solo 100 metros. Entonces eso nos permitirá tener datos muy finos sobre las fuentes sísmicas y la geometría de las fallas”, dijo el sismólogo.

“El otro aspecto que permite el algoritmo es ver la estadística de qué pasa en la zona que va a deslizar previo a la subducción: qué tipos de premonitores se observan. Esto puede servir en la predicción sísmica a futuro”, agregó.

Actualmente, Ovsicori está dándole seguimiento a Nicoya y ampliando la red de estaciones en la península de Osa.

En 2018, la meta es completar la cobertura de la red en el Caribe sur y empezar estudios de sismicidad en el Caribe norte.