Sarita Barboza: su vida entre Ilusiones de niña y pensamientos de artista

La cantante, de 11 años, se convirtió el 31 de julio en la ganadora de la categoría infantil de ‘Nace una estrella’, de Teletica. Su triunfo fue premiado con $7.500 que ya sabe cómo invertirá.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Con 11 años recién cumplidos Sara Barboza, conocida nacionalmente como Sarita, ya sabe cómo quiere “relajarse” tras haber culminado, con el más grande éxito, su paso por el programa Nace una estrella, de Teletica.

La noche del 31 de julio Sarita fue declarada como la ganadora de la categoría infantil de la competencia. En la de los adultos triunfó Zorán. El reconocimiento máximo para la niña llegó de parte del público, quienes con sus votaciones decidieron que ella debía ganar. El niño Ariel Darío obtuvo el segundo lugar.

De esta forma terminó un proceso intenso de ensayos, de interpretar decenas de canciones y de aprender junto a sus profesores. Tras esta etapa que culmina, Sarita se quiere relajar y lo cuenta con soltura. Ella tiene un plan: jugará a peinarse y maquillarse con su prima April, quién es dos años menor.

El enternecedor plan recuerda que estamos frente a una niña con cientos de ilusiones propias de su edad; la misma que impresionaba por su madurez y presencia escénica cuando subía al plató a cantar. Los jueces del programa la halagaron una y otra vez y, en las redes sociales, abundaban los comentarios favorecedores que fueron respaldados por los votos que finalmente decidieron que ella sería la ganadora.

Este 1.° de agosto, unas 14 horas después de saber que había ganado, Sarita aún creía que todo había sido un sueño, aunque las entrevistas que atendió y el compromiso de cantar en un teatro le recordaban que sí, que ella triunfó, que el gran premio de $7.500 fue para ella. Dice que, aunque no hubiera sido así, ya se sentía ganadora desde el momento en que fue seleccionada para el concurso.

“Me siento muy feliz, contenta y orgullosa. Llegar a la final y ganar la competencia es chiva. Es una responsabilidad que me encanta”, dijo en entrevista.

Cuenta que la noche de la final sintió un poco de ansiedad pensando en quién ganaría, aunque para evitar ese sentimiento, decidió que cualquier resultado sería bueno para ella.

“Yo me dije que si ganaba sería un gran privilegio, pero si ganaba él (Ariel Darío Jiménez, el otro niño finalista) yo igual me hubiera sentido ganadora por ese segundo lugar y que me llamaran para el programa”, insiste.

Durante la final Sara Barboza interpretó tres temas. En cada presentación recibió halagos de los jueces que le vaticinan un prometedor futuro musical. Detrás de escena, y en medio de todo el revoloteo de sensaciones, la niña encontró un momento para divertirse. Ella “jugó” con el maquillista Adán Chinchilla, quien le permitió que ella lo maquillara. Invirtieron los papeles.

“Estuvo muy chiva”, dice.

Gran ganadora

Sara cree que su forma de ser, la humildad y la perseverancia permitieron que ella triunfara. A esto hay que añadirle su desenvolvimiento escénico y evidente talento para cantar.

Su mamá dice que desde muy pequeña, Sara se tomaba fotos y jugaba a ser modelo, de ahí, quizá, la facilidad de la pequeña para sonreír, guiñar y mostrarse tan a gusto frente a las cámaras.

Sara, quien es la menor de sus hermanos: Eddy, de 25 años, y Ángel, de 18, siempre se ha criado con personas mayores, a esto atribuye su madre “la madurez” con la que la niña se expresa.

“Ella siempre ha sido ella misma. Muy auténtica”, dice.

La niña agradece, además, a sus profesoras Flor Urbina y Silvia Baltodano por ayudarla a interpretar mejor las canciones y así complementar cada una de sus puestas en escena. Su tía Marianella también la ayudaba en casa.

“Los profes me enseñaron la forma de hacer que la gente sienta algo. Aprendí a hacer movimientos con las manos. También tuve ayuda en mi casa, en nuestra burbuja. Por mi parte leía y estudiaba la letra para entender que quería transmitir el artista con su canción”, explica Sarita.

Los nuevos sueños

Sarita habla con fluidez y conocimientos. Entre sus sueños menciona lugares a los que quiere ir y países que quiere conocer, dando a entender lo bien formada que está en temas geográficos. Ante la consulta de cómo le va en la escuela, en la que virtualmente cursa quinto grado, dice que “muy bien”: sus materias predilectas son matemáticas y español.

Cuando crezca quiere ser doctora. En el programa dejó muy claro que sus esfuerzos iban por igual al estudio y a su anhelo artístico. Es por eso que parte de su premio va para un ahorro pensando en su futura carrera… pero también, quiere disfrutar y, reitera, relajarse.

“Lo voy a guardar para mis estudios. También puedo tomar un poquitito para pasear, impulsarme como cantante y cuidarme más el cabello: ¡lo quiero más largo! Me gustaría ir a Sarapiquí y a la playa, a una piscina a relajarme luego de un proceso de mucho esfuerzo”, asegura.

Si bien Nace una estrella terminó, sus proyectos musicales apenas inician. Por ahora no piensa en hacer carrera como solista, se visualiza más con sus hermanos. Ellos ya tienen el grupo Los Príncipes, pero piensa que quizá puedan crear uno con ella.

“Quiero cantar con mis hermanos, grabar un disco y hacerme un grupo musical con ellos. Hacer festivales. Algo así. Ese es mi sueño más próximo. Quiero hacerlo con ellos porque somos una burbuja. Los amo. Quizá más grande haga algo solita. Pero por el momento los planes son con ellos”, confía.

También le gustaría cantar con su compañero de competencia Ariel Darío. Ella cuenta que él se sentía muy feliz de que ella ganara. Ella por su parte le reconoció “lo lindo que canta y le dijo que no se sintiera mal. Que quedar de segundo no significa que cante feo”.

“Me gustaría cantar con él. También con Maya, Kiara y Juanis (los otros niños participantes) y también con los adultos”, asegura Sarita.

La niña le dice a los otros niños que es importante la disciplina cuando se busca alcanzar un sueño.

“Al inicio yo cantaba por cantar y pensé que debía ser disciplinada, ponerme las pilas. Me marcó mucho la dedicación que le puse al programa, después de verme y sentir que cantaba por cantar tuve disciplina y responsabilidad. Creí en mí misma. No hay que darse por vencidos. Este es el inicio de mi carrera y lo voy a aprovechar”, afirmó.