Si Sonia Martínez tuviera la oportunidad de pedir dos deseos, ella elegiría ante todo estar cuidando siempre de sus dos hijos Sara y Fabián. Seguidamente, la posibilidad de que sus diseños se modelen en la semana de la moda de París y Nueva York y ser una marca de referencia internacionalmente. Como no hay un genio de la lámpara para que cumpla esos anhelos mágicamente, esta dedicada mamá trabaja duro para que se hagan realidad.

Sonia es morena, menuda y tiene cabellos rizados. Sonríe tanto que hace que la atención hacia ella vaya al rostro y no a una parte de sus extremidades superiores en la que “falta algo”. Aunque para Sonia no falta tanto, lo único que no puede hacer es entrelazar sus dedos: ella conduce, abraza a sus hijos, diseña, cose y realiza todo el proceso creativo de la marca Sonia Martínez sin la menor dificultad.

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Sonia Martínez nació sin su antebrazo derecho y eso no le ha impedido nada. Su tenacidad es tal que siendo relacionista pública entendió que su verdadera pasión está en el diseño y la confección, profesión en la que ha crecido como autodidacta.

El concepto de Sonia, una diseñadora de modas empírica, va dirigido a la mujer que quiere tener un estilo propio con el que siempre se vea y se sienta bien. En la marca Sonia Martínez no hay espacio para complejos o disconformidades: cada diseño tiene la intención de hacer sentir a la mujer hermosa y segura de sí misma.

Sonia, de 32 años, dice que “ofrece un producto diferente, porque ella es diferente”.

La creadora

Durante varios meses los diseños femeninos de esta vecina de Moravia lucieron en maniquíes y percheros de CL Casa de Modas, una propuesta que nació para dar hogar a todos aquellos diseñadores que se abren paso en la industria de la moda costarricense. Hace poco ella se salió del proyecto para trabajar en promover su marca Sonia Martínez en línea y en la posibilidad de tener su tienda física, labor que no ha sido tan sencilla, pues al ser emprendedora, no ha logrado completar los requisitos que le pide el banco.

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Sonia crea moda usable y accesible desde hace dos años cuando afirma que “se tiró al agua”. Empezó de cero, aprendiendo durante tres horas cómo hacer dobladillos o una solapa y a manejar sus máquinas. El tiempo le dio la razón cuando veía que sus bocetos se convertían en originales prendas de las que otros gustaban y adquirían. El talento de Sonia no tiene barreras.

Martínez quiere que el buen vestir no haga excepción, pues la motiva que las prendas que crea puedan llevar felicidad y, en la mayoría de los casos, exclusividad a sus compradoras. Ella trabaja todo en un pequeño taller en sus casa.

“Me encanta que a la gente le gusten los diseños, que agradezcan que se les crea a la medida. Me emociona cuando dicen: 'esto es lo que quería, gracias, me siento bonita'. Cuesta sentirse así con tanta publicidad nociva que recibimos cuando percibimos que tenemos que vernos de alguna manera.

"Porque así he sido yo con mi brazo: tantas cosas que he pasado. Personas que dicen que por no tener brazo no iba a poder hacer nada en la vida. Que cómo voy a hacer yo para bañar a mis hijos, que si los alzo. Así hay gente. Imagínese, a esas personas jamás podría pasarles por la cabeza que yo diseño, que coso, que tomo medidas”, contó la diseñadora.

Aparte de sus diseños más a la medida en la que sobresalen vestidos casuales, de gala, palazzos, entre otros; Martínez tiene una línea de pijamas de seda y otra de maternidad y lactancia. Esa última la ofrece a través de la tienda Momtobe.

Dentro de las aspiraciones cercanas de Sonia está implementar en sus creaciones materiales sostenibles, lo que significa que los textiles tengan el menor impacto ambiental y que para fabricarlos no haya explotación laboral.

“Quiero ofrecer productos de calidad, que sean sostenibles y para todos. A veces topamos con precios excesivos que nos dan a entender que las cosas artesanales o ticas son sumamente caras. No hay que inflar tanto los precios”, afirma.

El rango de costo de sus productos va de ¢16.000 a aproximadamente, ¢50.000.

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Vida completa

Cuando Sonia Martínez nació, a su mamá le dijeron que podía tener problemas de equilibrio. Entonces la madre decidió que ella podía hacer ballet. Nunca tuvo limitantes, le enseñaron que podía lograrlo todo. Esa educación le ha permitido hacer una vida sin restricciones.

“Nunca conocí de trabas. Todo lo he hecho, lo único que no puedo hacer es entrelazar los dedos. La adolescencia es dura. El bullying es así. Me ofendieron y me llegaron a tirar piedras solo por ser diferente(…). Una señora un día le preguntó a mi esposo que cómo hacía para estar conmigo así, sin un brazo. Él le dijo que me besa en la boca, no en el brazo.

A veces da pereza salir a la calle, porque no hay día en que no se me queden viendo con cara de pobrecita. De igual manera, hago todo con total naturalidad”, afirma Sonia, quien durante el tiempo de fotos y entrevistas lució radiante y entusiasta al hablar de la ilusión de poder hacer lo que tanto quiere.

La pasión y el ímpetu que tiene por la moda y el diseño son las causantes absolutas de que ella no le tema a nada y que cuando quiere adquirir un nuevo conocimiento, lo haga sin titubear si podrá hacerlo o no.

“Hay cosas para las que se tiene talento. Eso me encanta tanto. Estuve yendo a clases y me dicen que soy lanzada. Todo lo hago porque lo hago. Tampoco es tan complicado”, asegura.

Por ahora, aspira a seguir creciendo, llevando alegría a sus clientas y esperando que personalidades del medio apoyen el talento nacional. Hasta ahora, la presentadora Natalia Rodríguez ha sido quien luce las creaciones de Sonia Martínez en sus redes sociales.

“Es muy importante que entre todos nos apoyemos para salir adelante”, aseveró.

Puede seguir a Sonia Martínez en el Facebook: SM Sonia Martínez; y en Instagram: sm_soniamartinez.