#MissCostaRica2018: Tras muerte de su abuelo, Daniela Johnson evitó que su abuelita fuera a parar a un hogar de ancianos

"Yo no quería ver a mi abuela en un asilo jamás, entonces le dije a mami que yo me iba", dijo la candidata al Miss Costa Rica 2018

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Si hay amor de por medio, no es sacrificio. Así lo entiende Daniela Johnson desde el 2011, cuando antepuso el cariño hacia su abuela materna por encima de todo.

Ese año, la candidata al Miss Costa Rica 2018 sufrió con el fallecimiento de su abuelito y a las pocas semanas del triste suceso tomó una decisión de la que nunca se arrepentirá: irse a vivir con su abuela para frenar el traslado de ella a un asilo de ancianos.

“La vida te marca de cierta forma y la muerte de mi abuelo fue una de ellas (…). Luego llegó el momento de pensar en el futuro de mi abuela, mis tíos hablaban de dos posibilidades: un asilo o que alguien se encargara de cuidarla. Yo no quería ver a mi abuela en un asilo jamás, entonces le dije a mami que yo me iba. Dejé mi casa, mi cuarto, mis cosas y me fui con mi abuela”, dice Johnson.

La estudiante de Diseño Publicitario y aficionada al Diseño de Modas no esconde que la idea preocupó a su familia, principalmente por lo que eso significaría para su futuro profesional; empero, Daniela continuó imparable con sus estudios y su vida laboral.

Siete años después de vivir con su abuelita –que hoy tiene 91 años– Daniela resume la experiencia con una felicidad tremenda.

“Yo me encargo de darle las pastillas en la mañana, en la tarde y en la noche. La baño, le doy el desayuno. Me sé todo lo de mi abuela, las citas… El viernes tenemos una cita para los exámenes de sangre”, contó el miércoles de la semana anterior cuando la josefina se entrevistó con Viva.

Johnson habla de las veces en que prefiere decirle a sus amigos que tiene un compromiso para quedarse en la casa con su abuela haciendo tortillas, tomando café y viendo películas antiguas en Netflix.

“Me gusta ir al gimnasio, pasar tiempo con mis amigos o ir de compras, pero me encanta estar con mi abuela, a veces le meto una mentira a mis amigos para quedarme con ella. Ahí nos ponemos a ver películas viejas en Netflix como Casa Blanca o África Mía”, refiere.

Según dice, su filosofía de vida es disfrutar cada día como si fuera el último, por eso no desaprovecha ninguna oportunidad para reír y disfrutar, y esa es, precisamente, la energía con la que contagia a los suyos.

Pura energía

Daniela es de personalidad explosiva y su excesiva energía salpica a quien la rodea. Esa forma de ser proviene de la sangre caribeña que recorre sus venas, que es un 50% dice ella. Su padre es limonense y su madre capitalina.

“Aquí nací, aquí crecí, pero soy mitad de San José y mitad de Limón, por mí viviría en Limón, me encanta, es una provincia preciosa”, sostiene. De seguido aboga para que el nuevo gobierno apure la construcción del mítico edificio Black Star Line, que fue consumido por un incendio a finales de abril del 2016.

El color de su piel habla por sí sola de su esencia caribeña y al escudriñar en sus gustos culinarios no hay duda de que la cultura limonense está impregnada en ella, a pesar de que su vida estuvo siempre en la capital.

Daniela cocina rice and beans cada vez que puede y cuando visita a tíos, primos y amigos en Limón come ese platillo mínimo una vez al día. También es aficionada a las pastas: la lasaña es su favorita.

“Me queda bien”, revela en los camerinos del Estudio Marco Picado de Teletica, el mismo lugar donde la noche del 27 de abril elevará las oraciones al cielo cuando salga al escenario a disputar la corona de un concurso de belleza al que llegó sorpresivamente.

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“Sí pensaba en participar en el Miss Costa Rica pero lo venía postergando porque le di prioridad a mi preparación profesional. El año pasado vino lo del Señorita Verano y pensé que ya era el momento, entonces lo intenté, un amigo me inscribió, fui al casting y cuando me llegó el correo de que había sido admitida lloraba de la felicidad, del susto, del miedo… Fueron muchos sentimientos encontrados”, refiere sobre aquel momento.

Inmediatamente, concentró mucho de su energía en el concurso, donde pone en práctica la tenacidad que le ha inculcado su familia. La corona es ahora su principal objetivo, una joya que, de ganarla, le llegaría pocos días antes de que su mamá, de 62 años, se gradúe en Ingeniería Agrónoma.

Nota del redactor. Durante los siguientes días y sin ningún orden en particular, Viva publicará una reseña de cada una de las aspirantes al Miss Costa Rica de este año.