Claudia Palacios, una madre y escritora que traspasa fronteras

La comunicadora dará charla hoy en el país y promocionará su libro ¿Te vas o te quedas? Actualmente, conduce Los influyentes y Destinos de CNN en Español

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Durante ocho años estuvo al frente de las noticias duras de la cadena CNN en Español; sin embargo, Claudia Palacios no se conformó con eso.

¡Quería más! Su deseo de cambiar la rutina, regresar a la calle y reportear, y acercar más a su hijo a su familia, la motivaron a mudarse hace un año a su natal Colombia. Desde allí siguió vinculada a la cadena de noticias, ahora a la distancia, con los espacios Los influyentes y Destinos , los cuales dirige y conduce.

Esta noche la periodista Claudia Palacios , dará una charla en Costa Rica sobre innovación para el desarrollo sostenible, organizada por la marca Bayern. Previo a su segunda visita al país en menos de cuatro meses, la comunicadora comentó por qué decidió dejar Atlanta, los momentos difíciles en entrevistas con políticos, y su faceta como madre y también como escritora.

La comunicadora dirigirá hoy, en nuestro país, una de las varias conferencias a las cuales suelen invitarla a lo largo y ancho de la región. El Colegio de Periodistas la recibirá en la tercera entrega de premios La innovación para el desarrollo sostenible , organizada por la marca Bayer.

Previo a eso, Viva conversó con Palacios vía telefónica, para hablar de sus nuevos compromisos, el libro de su autoría que lanzará aquí y lo complicado de su rol de madre.

Vino en mayo a una charla de turismo y ahora está de regreso. ¿De qué se trata en esta oportunidad?

Me hicieron esta invitación y estoy muy complacida. Tengo una visión que aportar acerca de los desafíos que vivimos los periodistas de hoy, cuando en la era digital ha hecho que los medios tengan que repensar. Para mí, no es solo una oportunidad de pensar hacia dónde va la manera de informar a la gente, sino de entregar algunos datos y reflexiones a los colegas.

Acaba de sacar el libro ¿Te vas o te quedas? , ¿qué nos puede adelantar de su faceta de escritora?

El libro es sobre migración. Viví ocho años en Estados Unidos, fui inmigrante y conocí a muchos en esta situación. Sobre todo con la cobertura periodística del voto hispano para la primera elección que ganó (Barack) Obama. Estudié mucho sobre el tema, y desde hace rato se me despertó el interés de escribir un libro, pero no sabía nada de un tema con suficiente profundidad. Luego me percaté de que la migración me permitía ser coherente con lo que se supone es el periodismo, un servicio social. El libro trae historias positivas y negativas. El problema es que la mayoría de la gente emigra con una visión cinematográfica y no se prepara. Es evitar esos errores que son tan absurdos, pero que marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso.

¿Por qué razón dejó CNN en Atlanta y regresó este año a su país? ¿Fue por su hijo?

No, no. Fueron dos razones. Siempre he vivido con mi hijo (Pablo, de 12 años), aquí y en Atlanta . Él está entrando a la adolescencia y tiene una familia inmensa en Colombia que lo ama, y a la que visitaba con frecuencia en esos 8 años que vivimos en Atlanta. Las despedidas eran muy duras, él mismo me dijo: ‘Yo quiero regresar’. Me pareció legítimo, yo no tenía el derecho de quitarle a él la familia que tiene. La adolescencia es fundamental, donde se forman los principios y valores cerca de la familia. Eso fue una razón; la otra, si bien amo y entiendo todo lo que me ha dado CNN, no me gusta estar quieta haciendo lo mismo. A mí me hacía falta estar en la calle, ser reportera. Yo quería hacer radio y prensa y estando allá no podía. Tuve la buena fortuna de que no querían que me desprendiera del todo, y me dieron la opción de hacer dos programas, uno trimestral: Los influyentes y el semanal Destinos , allí solo presento.

¿Aún mantiene relación con su excompañera Glenda Umaña?

Sí, nos escribimos. Hace poco fui a Atlanta pero no pude verla. Glenda fue la primera persona que me dio la mano. Cuando viajé a hacer la entrevista de trabajo, ella, tan linda, me llevó a su casa, salimos a comer, tenía un montón de preguntas hasta de presupuesto; no sabía cuánto me iba a gastar allá. Todo se lo consultaba a ella. Siempre estuvo ahí con los brazos abiertos, hasta el último día. ¡Me hizo gallo pinto!

¿Cuál ha sido el mandatario más terco o incómodo de entrevistar?

Hay líderes muy apasionados; por ejemplo, Álvaro Uribe, el expresidente colombiano, en una entrevista en vivo era bastante difícil. Recuerdo que había un problema con un fraude pirámide –es decir un estilo piramidal de invertir el dinero–, y eso había dejado sin ahorros a mucha gente. El Gobierno era criticado porque no había prendido las alarmas a tiempo. Entonces, yo le decía: ‘Presidente, se han perdido tantos millones de pesos’. Y me contestó: ‘No, usted está equivocada, está tergiversando las cifras, no es esa cantidad, es tanto’.

”Otro fue Rafael Correa (presidente ecuatoriano), que su estilo fue desacreditar las preguntas. Los 15 primeros segundos de cada respuesta era: ‘¡Ah! Usted pregunta eso porque leyó el periódico de la oposición, usted es de CNN que es un medio imperialista’. El reto fue no dejar que la entrevista se convirtiera en un pulso entre él y yo, sino dejarlo que desacreditara la pregunta, pero instarlo a responder.

Como analista de la política, ¿qué opinión le merece la gestión de la presidenta Laura Chinchilla?

La he entrevistado varias veces, pero no me gustaría entrar a calificarla. Simplemente, quiero decir que ella, como otras mujeres que hay en el poder en la región, son pioneras en el campo de la política; ella asumió esa responsabilidad con mucha altura, al margen de todo lo que puede presentar, expuesta a infinidad de críticas. En su rol de mujer política, ha asumido su trabajo con muchísima altura.

¿Qué es lo más difícil en su rol de madre de un chico que entra a su fase adolescente?

No puedo decir que es ya un adolescente, sigue siendo muy cariñoso, nunca me ha dicho: ‘No me des un beso delante de mis amigos’. Pero, lo más difícil para una mamá que trabaja es balancear el tiempo, el poder respetar esos horarios sagrados de la familia, porque a veces a uno se le va la mano.

¿Cómo es eso que organiza carreras de maratón y de triatlón?

Sí, he hecho cuatro. Yo era de las que siempre quiso hacer ejercicio, pero pasaba que me metía al gym , iba un mes y no volvía más. Lo que me impulsó fue que en Atlanta me llegó un volante de un grupo que se entrenaba, y hacían carreras para ayudar a la sociedad contra el linfoma y la leucemia. Me comprometí mucho y lo seguí haciendo, pero son medias maratones y triatlones, la más reciente fue en Cali. No sé si pueda seguir haciéndolo porque las rodillas ya gritan, pero a lo mejor y organizo otra.

Y como buena caleña, ¿se defiende bailando salsa?

¡Por supuesto! (responde de inmediato). Me encanta todo tipo de salsa. Desde Niche, Orquesta Guayacán, El Gran Combo, de todo.

Usted da clases de televisión en una universidad en su país. ¿Qué consejo les puede dar a aquellos que quieren iniciar en esta profesión?

Que empiecen a ser periodistas desde que deciden que quieren ser periodistas. Uno se la pasa en la carrera quejándose, que no tiene la oportunidad de explotar rápido sus cualidades y eso no es culpa de las facultades. La primera responsabilidad es, todos los días, leer el diario de principio a fin, hacerse preguntas de lo que se lee, consultar lo que no entiende e informarse.