Barbie: una señora de 60 años con rostro de jovencita

La legendaria muñeca de Mattel llegó a las seis décadas el sábado 9 de marzo, con un exorbitante registro de ventas: 2.000 millones de ejemplares en 150 países

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Mimada y peinada por millones de personas en gran parte del mundo, sin una sola arruga, con su sonrisa eterna, su dentadura blanca inmaculada y excéntricos estilos de vida, así llega Barbie a sus 60 años.

La muñeca más exitosa de todos los tiempos arrastra una fama incuestionable desde que fue presentada al mundo en el Salón del Juguete de Nueva York, el 9 de marzo de 1959. A partir de entonces y hasta hoy, el popular juguete registra exorbitantes e increíbles cifras de venta: 2.000 millones de muñecas en 150 países del mundo, según Mattel, compañía propietaria de Barbie.

El reinado de la muñeca no se tambalea: la firma estadounidense dedicada a la confección y fabricación de juguetes reveló que anualmente se venden 58 millones de Barbies.

“En una industria donde un éxito dura hoy de tres a cinco años, 60 años es sumamente importante”, detalló Nathan Baynard, director de mercadeo global de la cotizada muñeca.

Y es que la popularidad de la marca Barbie solo es comparable con la fama que gozan las multinacionales McDonald’s y Coca-Cola, porque su fama se consolidó desde su lanzamiento y ha logrado trascender por generaciones, a pesar de la competencia cada vez más feroz.

Historia

La “madre” de Barbie no es otra que la cofundadora de Mattel, Ruth Handler, quien tuvo la idea de crear la muñeca para sus propios hijos.

“Su hija Bárbara tenía una opción limitada para sus juguetes, solo había muñecas de bebés con las que el único papel en el que podía proyectarse en sus juegos era el de madre, ama de casa; mientras que su hijo podía imaginarse como astronauta, piloto, cirujano... Todas estas posibilidades estaban fuera del alcance de la niña en la industria del juguete”, comentó Baynard.

Así es como ella creó a Barbie –diminutivo del nombre de su hija–, muñeca adulta que intentaba “mostrar a las niñas que podrían convertirse en lo que quisieran”, recordó en diciembre Nathan Baynard. “¡En 1959 fue una idea radical!”, detalló.

El éxito fue inmediato. Mattel registró en el primer año 300.000 unidades vendidas de la muñeca. Su aspecto de modelo pin up, típica de la época, no hacía de Barbie un modelo de feminismo.

“Su estructura corporal fue exagerada para adaptarse a la estética de la época”, contó Carlyle Nuera, una de las diseñadoras de la muñeca.

Aquella primera Barbie era representativa de la última moda del momento. Llevaba un vestido de baño rayado, unas gafas de sol y tenía un peinado al estilo Audrey Hepburn. En cuanto al prototipo de mujer que representaba, era blanca, rubia y vestía ropa que resaltaba sus curvas, un modelo muy marcado y poco flexible, propio de aquellos años.

Sus medidas poco realistas han sido revisadas desde entonces por Mattel, pero en general la Barbie –arquetipo de la rubia californiana– ha sido criticada a lo largo de los años por proyectar una imagen de mujer superficial, fomentar la anorexia y deformar la imagen de la mujer desde la más tierna edad.

Para M. G. Lord, autor del libro de referencia Forever Barbie, esas críticas y controversias a las que la legendaria muñeca le ha tenido que poner el pecho son injustificadas.

“(La Barbie) es lo que la niña quiere que sea. Como una niña ve a una muñeca Barbie se enmarca en cómo la madre se siente sobre la idea de feminidad, el problema no es una muñeca de 28 centímetros, el problema es cultural”, comentó M. G. Lord, quien recalcó que, por ejemplo, Barbie se convirtió en astronauta cuatro años antes de que Neil Armstrong pisara la luna: en 1965. Y tres años después llegó al mercado su primera versión negra.

“En la actualidad el 55 por ciento de las muñecas vendidas no tienen cabello rubio ni ojos azules”, dijo Lisa McKnight, directora general de la marca Barbie en el mundo, saliendo al paso de las críticas por los estereotipos alrededor de Barbie.

De ahí que en el centro de diseño de grupo Mattel, un hangar poco glamuroso ubicado entre el aeropuerto de Los Ángeles y una autopista en El Segundo (suburbio de Los Ángeles), un centenar de personas trabajan incansablemente para crear nuevos prototipos de la muñeca.

¿El más reciente? Los modelos inclusivos de la muñeca: una Barbie en silla de ruedas y otra con una prótesis en una de sus piernas.

“Estamos emocionados de expandir nuestra oferta con la línea de muñecas más diversa e inclusiva de mundo”, publicó Mattel en la cuenta oficial de Barbie en Instagram en febrero anterior, cuando hizo el lanzamiento.

“Una muñeca en silla de ruedas era una de las cosas que más nos pedían los clientes en nuestra línea de contacto”, contó a la revista Teen Vogue la vicepresidenta de Mattel, Kim Culmone.

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¿Cómo se hace la muñeca Barbie?

Cada Barbie se crea a partir de un boceto trazado por los diseñadores, luego se traslada a una impresora 3D, se le pintan los rasgos faciales, se le coloca cabello y, finalmente, la ropa.

El proceso puede tardar entre 12 y 18 meses, antes de que una nueva Barbie abandone los talleres californianos para ser enviada a las plantas de Mattel, en China e Indonesia, para su fabricación en masa.

“Algunas veces la ves en la estantería y recuerdas: ‘Ah sí, esa la diseñé yo’”, afirmó con algo de nostalgia Carlyle Nuera.

Barbie no solo batalla por mantener su éxito de ventas en las jugueterías, sino que la marca está invirtiendo masivamente para convertirla en influencer en redes sociales.

Para alimentar la imaginación de los niños y su gama de productos, el personaje tiene desde hace tiempo una identidad y una familia. El verdadero nombre de la muñeca es Barbara Millicent Roberts, originaria de la ciudad ficticia de Willows, Wisconsin, en el Medio Oeste de Estados Unidos.

En los últimos años, ella ha venido hablando directamente con los millones de seguidores que acumula en las redes sociales. En su canal en YouTube, por ejemplo, Barbie ha venido conversando sobre lo que está pasando en su vida, sobre temas clave para las niñas de hoy, de tendencias...

Asimismo, Barbie tiene su propio equipo, con peluquera, maquilladora y fotógrafa, que viajan con ella por todo el mundo para tomar fotos para su cuenta de Instagram, con casi dos millones de seguidores, donde presume su gusto por la moda y por la vida de placeres.

A sus 60 años, aunque el calendario parece nunca haber pasado por ella, Barbie se mantiene sin esposo y sin hijos, pero no está soltera: ella mantiene una relación con Ken, la cual inició en 1963, terminó en el 2004 y retomó en el 2011.

Aún así ¿es feliz la singular muñeca? “Barbie es una mujer joven, independiente, que busca consagrarse en diferentes carreras”, respondió la responsable global de que la muñeca se venda en todo el mundo, a excepción de Arabia Saudita e Irán, donde está prohibida su comercialización porque la cultura de esos países la considera inmoral.

Tal es la popularidad de Barbie que Warner Bros. Pictures prepara una película sobre la muñeca que será protagonizada por la actriz australiana Margot Robbie.

“Barbie es una de las franquicias más icónicas del mundo y estamos encantados de asociarnos con Warner Bros. Pictures y Margot Robbie para darle vida en la pantalla grande”, afirmó el presidente y CEO de Mattel, Ynon Kreiz, al anunciar la película en formato live action.