Textos ‘perdidos’ alegraron a los ticos

Cientos de obras fueron dejadas por voluntarios en plazas y parques de la capital

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“Le juro que no me lo estaba robando. Es que lo vi ahí solito y pensé que sería lindo que este libro fuera mío y leer un ratito”, le explicó Juan Blanco a un transeúnte, quien pasaba ayer por la plaza de la Cultura.

Eso fue antes de darse cuenta de que ese era solo uno de los miles de textos que fueron liberados ayer por diferentes personas, en el centro de San José, en el marco del Día del Libro.

Cuentos, poesía, novelas y hasta caricaturas. Voluntarios por cuenta propia o de parte de diferentes organizaciones –entre ellas Grupo Nación– , dejaron libros para regalar en diversos sitios de San José.

La oferta fue amplia y de calidad. Amantes de la lectura o curiosos se adueñaron de esas páginas y no pocos se “cuadraron” a leerlos allí mismo.

“Esto de dejar libros por ahí, para que alguien los encuentre, parece una iniciativa muy buena. Este librito me alegró el día. Yo ni sabía que era Día del Libro, pero ya nunca se me va a olvidar”, comentó Juan Carlos Morera. Él se hizo de una antología de poesía de la colección “Leer para disfrutar”.

“Ay vean, chiquillas, para mis nieticos”, comentó a sus amigas, una señora de unos 70 años, vestida de verde intenso. Las otras dos se devolvieron y se sentaron a divisar con sigilo a quienes dejaban “mal puestos” los textos, para coleccionar cuantos pudieran.

“¡Pero qué es esta belleza! ¿No me pueden decir dónde van a esconder más?”, dijo Amelia Brenes, de 13 años.

“Me llamó la atención encontrar el libro, porque muchas personas estamos alejadas de la lectura y esto nos ayuda”, agradeció Roberto Chavarría, vecino de Desamparados.

“Me emociona esto de los libros perdidos, pues vivo solo y me gusta mucho leer”, expresó Felipe Obando Gómez.

“La gente ya casi no lee y esto es una manera de incentivar la lectura”, dijo Carolina Robles.

“Encontrarse un libro así no más es una linda experiencia porque, especialmente, los jóvenes de hoy no leen. Yo hasta les leía cuentos a mis hijos y aun así cuesta que lean hasta para estudiar”, dijo la tibaseña Rosa Campos.

Sobre ruedas. Los taxis también fueron sitios para apoderarse de libros olvidados. Los afiliados a la aplicación Easy Taxi realizaron la campaña.

“A mí, ya como tres personas me han dejado libros en el taxi y se han llevado los que dejaron, sí ha habido un intercambio. Yo creo que por la tecnología, se ha perdido mucho el hábito de la lectura y que sería bueno seguir haciendo esto de la liberación por más tiempo, para que más gente participe”, comentó el taxista Marlon Cortés.

“Yo le di el libro a una muchacha que se dio cuenta de la dinámica por Facebook. Ella no andaba otro libro, pero para que no se fuera con las manos vacías, yo igual dejé que se lo llevara y le dije que la próxima vez que pidiera taxi por el app sacara uno de su casa y lo dejara en otro taxi.

”La muchacha preguntó sobre la iniciativa y dijo que les iba a comentar a sus compañeros de trabajo, que usan taxi diariamente”, dijo Selvin Alvarado. Colaboró la periodista Irene Traube

“A mí la dinámica me parece excelente, siempre he pensado que leer te hace mejorar lo que es la ortografía y amplía horizontes porque te metés un poco en la mente del autor”, reconoció Eduardo Bonilla.

“Yo ya he intercambiado dos libros en el taxi. La primera vez, recogí a una muchacha y me dice: “A alguien se le quedó un libro”, entonces yo le expliqué la dinámica y dijo que le interesaba mucho ese libro. Fue tanto que cuando llegamos a la casa, ella entró, buscó otro libro, me lo dejó en el taxi y se llevó el que yo tenía. Después otra muchacha se llevó ese y así continuó el intercambio”, confesó Bernal Alfaro.