El crecimiento, madurez y sensibilidad que caracterizan la danza actual en el país fueron las cualidades que el jurado de los Premios Nacionales de Cultura ensalzó a la hora de definir los ganadores de los premios de danza.
El bailarín Adrián Figueroa fue reconocido como el mejor intérprete; el coreógrafo Pepe Hevia (Cuba-España) obtuvo el premio a la mejor obra coreográfica, mientras que el premio al mejor grupo fue para la Compañía de Cámara Danza UNA.
Emoción. Adrián Figueroa estaba en clases de acondicionamiento físico en la Compañía Nacional de Danza (CND), cuando el ministro de Cultura, Manuel Obregón, anunció, ayer por la mañana, los ganadores en el Teatro de la Danza, a solo unos 15 metros de allí.
Un amigo suyo, en la conferencia de prensa, lo llamó y le dio la buena nueva. “Escuché el teléfono, me fui en carrera a contestarlo y a apagarlo para no desconcentrarme en la clase. Cuando él me dio la noticia, casi no lo creo, fue impresionante”, comentó el bailarín de 34 años.
En el fallo, el jurado consideró que el bailarín merece el premio “por su trabajo a lo largo del año (2013), en donde mostró crecimiento, madurez y profesionalismo, además de una evolución continua e integral”.
Figueroa recordó que su corazón latía fuerte y sus manos le temblaban de la felicidad porque ganó el premio que tanto añoraba.
Este reconocimiento significa mucho para él: es una forma de recalcar todo el esfuerzo que ha hecho en sus 11 años de carrera y también es un impulso para dar aún más.
“Uno piensa que ganar un premio de este tipo es fácil y no. Son años de esfuerzo, dedicación y sacrificios. Todo es poco a poco”, manifestó.
Figueroa es director del espacio Gráfica Génesis y pertenece a la Compañía Nacional de Danza (CND) desde el 2012. Él ha bailado en montajes, como Anomia standard , de José Raúl Martínez; Vacuo , de Maruxa Salas, y Krise , de Henriette Borbón.
Además, participó en la edición anterior del Festival de Coreógrafos Graciela Moreno , en donde presentó, junto con la intérprete Natalia Herra, la coreografía Sujetos de sí .
En conjunto. Ese no fue el único premio que celebró Figueroa. Él sintió la misma emoción cuando se enteró de que Cuerpo transLÚCIDO , coreografía de Pepe Hevia en la que participó, fue seleccionada como la mejor obra coreográfica del 2013.
Los jurados subrayaron la “gran sensibilidad en la parte estética en todos los elementos de la plástica escénica y su capacidad de unificar un equipo de bailarines a pesar de grandes diferencias”.
Hevia estrenó Cuerpo transLÚCIDO en setiembre, en el Teatro de la Danza; fue el primer estreno anual de la Compañía Nacional de Danza.
En la pieza coreográfica, Hevia quería explicar el nacimiento y la muerte con una coreografía simple, técnica y muy gestual, según le contó a Viva el año pasado.
“Es una obra donde el lenguaje corporal está por encima del contenido. Es una pieza con una dramaturgia que tiene contrastes muy tiernos, muy simples. Es una obra no narrativa, que juega con los elementos cuerpo y luz”, detalló Hevia, quien estuvo cerca de dos meses en el país.
El tercero de los galardones en esta categoría fue para Compañía de Cámara Danza UNA, que obtuvo el premio al mejor grupo.
La agrupación fue escogida por “la madurez profesional mostrada en los montajes realizados en el 2013, el trabajo esforzado en la innovación y búsqueda de nuevos lenguajes y proyección social”, detalló el fallo.
Además del orgullo que sienten, Virginia Cortés, directora artística de Cámara Danza UNA, aseguró que, para los integrantes de la compañía, esto los motiva a innovar más. “Es un reconocimiento al trabajo de los bailarines y el hecho de invitar maestros internacionales que nos ayuden a presentar una mayor diversidad de lenguajes y propuestas”.
Esa agrupación tiene siete bailarines. Durante el año pasado, presentó Arrayan , de Eric Hadman; En partes , de Mónica Runde, y Silencio , de Mark Sieczkarek.
El jurado de danza estuvo conformado por Paulina Peralta, representante del Ministerio de Cultura; Carlos Morúa, de la Universidad Nacional; Patricia Conde, del Centro Nacional de la Música; Melvin Méndez, de la Compañía Nacional de Teatro; y Marjorie Ávila, de Universidad de Costa Rica.