El Acertijo: El villano que pone a prueba la inteligencia de Batman

Obsesión Desde pequeño desarrolló un gusto y una habilidad especiales por las cartas, las adivinanzas y los enigmas

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

De los villanos de Ciudad Gótica es el menos ágil en combate. De hecho, El Acertijo prefiere no usar la fuerza para luchar contra Batman. Su fortaleza está en el ingenio.

Es el enemigo del Caballero de la Noche que logra ponerlo de cabeza con sus enigmas y juegos de palabras, pistas para resolver los misterios que hay detrás de cada una de sus fechorías.

Su personalidad narcisista y su gran ego lo hacen creer que es el único con la inteligencia para resolver los complicados rompecabezas que encomienda al héroe. Sin embargo, la lógica de Batman resulta implacable.

El Acertijo es recluido en el asilo psiquiátrico Arkham cuando el héroe lo atrapa. El villano tiene una frase famosa: “El crimen solo paga a la gente inteligente”, y a partir de esta idea hace de las suyas.

Creado por Bill Finger y Dick Sprang, tuvo su primera aparición en la historieta The Prince of the puzzles, de Detective Comics N.º 140 (Octubre de 1948); después de estar en esta historia, el personaje se ausentó durante 17 años y regresó en Remarkable Ruse of the Riddler , en 1965, para no irse jamás.

Aunque prefiere poner a prueba la inteligencia de su enemigo, lleva consigo un electrificador, explosivos y su inseparable bastón en forma de signo de pregunta. El villano lo usa para salir de aprietos. Con él lanza rayos, dardos o lo usa como detonador de bombas.

Astucia. Nacido como Edward Nashton, su curiosidad por los juegos de cartas y las adivinanzas lo atrapó desde pequeño. Edward se convertiría en un gran inventor, pero su faceta laboral no lograba satisfacer su astucia.

Poco a poco se fue deshaciendo de la vida aburrida que llevaba y se interesó en engañar a la gente.

Cambió su nombre por Edward Nigma cuando trabajó en un circo recibiendo apuestas y poniéndole difíciles adivinanzas a los clientes para quitarles su dinero.

Su vida seguía causándole poco interés y decidió “subir de categoría”. Nigma se propuso entablar un duelo de inteligencia entre él y la ley. Antes de dar un golpe dejaba pistas sobre el lugar y la fechoría que iba a realizar con tal de que la Policía llegara a detenerlo.

Batman descubrió que esa era su debilidad, y en diferentes ocasiones la aprovechó para atrapar al villano.

Nigma sabe la verdadera identidad de su enemigo, pero decidió no revelarla porque “un acertijo que todos conocen, es un acertijo sin valor”.