Organización de personas con autismo: ‘Bullying’ en escuelas ‘es algo de todos los días’

Paola Vega, vicepresidenta de la Organización Mariposa Azul, aseguró que los mismos docentes pueden fomentar el matonismo contra los niños con esta condición

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Los centros educativos en Costa Rica aún tienen un largo camino por recorrer para lograr la inclusión de niños con autismo, aseguró la vicepresidenta de la Organización Mariposa Azul, Paola Vega.

Ella le ha dado un seguimiento cercano al niño que fue atacado por un compañero de clase este martes en la Escuela Tranquilino Sáenz Rojas, en Santa Bárbara de Heredia.

Vega, quien se especializa en derechos humanos para personas con trastorno del espectro autista (TEA), explicó que tener un hijo con autismo la ha llevado a entender las condiciones hostiles que enfrentan estos niños en las escuelas y colegios.

“A pesar de que se habla de una educación muy inclusiva, todavía a los centros educativos les falta mucho. La constancia con que la organización ve estos casos, usted no me va a creer, pero es algo de todos los días, papás y mamás que llaman constantemente preguntando cómo pueden hacer, cuál es el debido proceso para que a su hijo se le active una adecuación, o que su hijo está sufriendo bullying”, contó Vega.

“Incluso, los mismos docentes, si son nuevos, no conocen la dinámica del niño; de manera verbal los han puesto a ellos en una situación de vulnerabilidad porque ya son vulnerables por su condición, pero los ponen en una situación de vulnerabilidad frente a sus compañeros y eso detona el bullying”, agregó.

Agresión prolongada

Vega indicó que la mamá del niño de 10 años agredido les había pedido ayuda porque la violencia contra su hijo ya llevaba varias semanas.

El acoso que enfrentaba el menor en la escuela era tal que empezó a comer menos y a sufrir problemas gastrointestinales. Además, dejó de ir al centro educativo por un tiempo.

“El niño ha venido presentando situaciones a nivel psíquico y psicológico arraigadas a todo este proceso que se ha dado en contra de él, a tal punto que tuvo que empezar a recibir un tratamiento con un gastroenterólogo para poder ayudarlo en la parte alimenticia”, detalló.

Vega relató que la organización estaba próxima a presentar un recurso de amparo en favor del niño, porque ni la directora de la escuela ni la maestra se mostraron dispuestas a colaborar.

Ante esto, acudieron a la Dirección Regional de Heredia, donde tuvieron una reunión y se habría llegado a un acuerdo con respecto a la atención que recibiría el pequeño; sin embargo, este no se sostuvo.

“Cuando el niño regresa después de esta reunión que tuvo la madre con la directora del centro educativo, parte de los acuerdos eran sensibilizar a la docente y a los compañeros, y más que no sabemos cómo se habían desatado cosas como decir que él era mentiroso; al niño se le empezó a etiquetar, se le empezó a bullear, fue muy complicado”, agregó Vega.

Según el relato del niño a su madre y a otras personas cercanas, él fue atacado en el baño de la escuela por un menor que intentó asfixiarlo y le pegó la cabeza contra el suelo. Él afirmó que sentía que iba a morir, pero logró patear al otro niño en los testículos y huyó.

El doctor que atendió al niño en el área de emergencias de la Clínica de Santa Bárbara, Julián Campos, afirmó que este hecho podría calificarse como un intento de homicidio.

La gravedad de las lesiones obligaron a que el menor quedara internado en el Hospital San Vicente de Paúl, en Heredia, durante varios días.

La respuesta institucional a esta situación, afirmó Vega, ha sido deficiente, a pesar de que este viernes el Ministerio de Educación Pública (MEP) informó de que se abrió una investigación en la escuela, y el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) aseguró haberle dado acompañamiento al menor agredido y a su madre para presentar la denuncia judicial.

“Cindy (Carrión, la madre del niño) me manifestó que ella ha ido al PANI y no recibió atención alguna, e incluso le dijeron que eso no era competencia de ellos, así como pasó dentro de la Contraloría de Derechos Estudiantiles; a ella le dijeron en un correo que eso no era competencia de ellos, sino que tenía que arreglarlo dentro del centro educativo”, aseguró.

“Se puede decir que la respuesta de ambas instituciones fue ineficiente y realmente no se veló por la integridad del menor en todo el sentido de la palabra”, concluyó Vega.