Bandas criminales usaban 18 túneles para robar combustible en Limón

Todos los pasos para sustraer carburantes descubiertos este año estaban en esa provincia, según datos de Recope

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El lunes 6 de noviembre, en la comunidad de Búfalo, unos 16 kilómetros al oeste del centro de Limón, funcionarios de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope) ubicaron un túnel de 15 metros de largo, en apariencia usado para robar combustible del poliducto, debajo de una propiedad privada.

El dueño del terreno no sabía de la existencia del paso, por lo que fue contactado por Recope para que funcionarios que realizaban una inspección rutinaria documentaran con video y fotografías el túnel, con el fin de presentar una denuncia penal posteriormente. Una vez superado este proceso, el ducto es destruido.

Este fue solo uno de 18 túneles clandestinos que Recope ha detectado este año, todos en la provincia de Limón. Se presume que fueron construidos por diferentes organizaciones criminales que operan en el Caribe y que intentan “desangrar” el poliducto de acero al carbono por el que pasan hasta 100 metros cúbicos por hora (el equivalente a 100.000 litros) de hidrocarburos.

Estos 18 pasos son, a su vez, parte de las 152 tomas ilegales encontradas en todo el país en el 2023, con corte al miércoles 8 de noviembre.

Durante todo el 2022 se detectaron 156 tomas, así que la Refinadora presume que este año se superará esa cifra. Los combustibles sustraídos se destinan, en muchos de casos, a avionetas y lanchas del narcotráfico.

Los ladrones suelen construir estos túneles de manera muy artesanal, con palas y cubetas para sacar la tierra, explicó a La Nación el presidente de Recope, Juan Manuel Quesada.

El jerarca señaló que, por lo general, estas personas construyen estos pasos subterráneos en propiedades privadas que están cerca del poliducto, lo que los vuelve altamente difíciles de identificar.

Al trabajar bajo tierra, es más probable que la actividad clandestina, la cual según Quesada se ha vuelto más común, pase inadvertida para autoridades y transeúntes.

“Ellos prácticamente lo que hacen es abrir el hueco, extraer la tierra, hacer la toma ilegal, pegar la toma al producto, y una vez que ya tienen la manguera, destruyen el túnel; es decir, la manguera queda enterrada y ahí es dificilísimo poder identificar si hay una toma ilegal”, explicó Quesada.

“En este caso que ocurrió en Búfalo, nosotros tenemos la tesis de que es un túnel que estaba recién hecho. Ellos no habían logrado hacer esas maniobras (enterrar la manguera) y por eso pudimos dar con el túnel”, añadió.

Quesada precisó que han encontrado túneles tan largos como el de Búfalo, de 15 metros, y otros de menor longitud, que rondan los siete metros.

Túneles, otra estrategia en la profesionalización del delito

Aparte de la construcción de túneles, el país ha enfrentado en los últimos años una profesionalización de las bandas que roban combustible.

Si antes se utilizaban técnicas rudimentarias, como el “seguetazo” sobre la tubería, ahora se usa una técnica de extracción de combustible importada desde Colombia, más sofisticada, más rápida y menos arriesgada.

La técnica consiste en cubrir una parte del poliducto con llanta o neumático y, encima, instalar un anillo fabricado en plástico, metal o concreto, con suficiente grosor para soportar la presión del combustible.

Ese anillo tiene soldados dos tubos más pequeños en forma de T. Desde el primero entra la broca que perfora el poliducto y el segundo se conecta con una manguera de alta presión y con una llave de paso para controlar la salida de carburante sin grandes derrames.

No obstante, este sistema sigue siendo arriesgado, y aún se utilizan métodos más rudimentarios e inseguros. El presidente de Recope señaló que a ese riesgo se suma la dificultad de trabajar bajo tierra, lo que incrementa la posibilidad de que se fugue la gasolina.

Por ejemplo, el pasado 11 de setiembre, personas que pasaban por la ruta 32, siete kilómetros al oeste del centro de Limón, descubrieron al lado de la calle, cerca de un predio de Recope, una laguna de color verde y con fuerte olor a combustible.

Un agente de Recope confirmó que el daño se produjo en el poliducto, a su paso por una alcantarilla.

El caso del lunes anterior no es el primero que ocurre este año en Búfalo. El 27 de junio, las autoridades hallaron un túnel de 12 metros de longitud, que en aquel momento fue el túnel más extenso descubierto por Recope en el 2023.

La institución detalló que estaba a pocos metros del poliducto y a su alrededor había múltiples herramientas, como palas y baldes. Además, muy cerca había plantaciones que permitían encubrir las labores que realizaban los delincuentes durante la noche y madrugada.

Tras realizar hallazgos como este, en caso de que el dueño se oponga al ingreso de las autoridades, Recope debe esperar a que un juez dé la orden de allanamiento para poder entrar al terreno.

Cuando tienen el aval correspondiente, los funcionarios de Recope proceden con la destrucción del túnel, pero primero cierran la toma ilegal y verifican que no haya ningún peligro de fuga. Luego, si es posible, usan maquinaria pesada para eliminar la construcción.

“En algunos casos se utilizan incluso excavadoras para la destrucción, porque son túneles bastante grandes y requieren de movilización de mucho material”, dijo Quesada.

El delito de robo de combustible conlleva penas que van desde cinco a 15 años de prisión, según la Ley 9852.

De igual forma, se imponen penas de entre seis meses y cuatro años de cárcel a quien dañe de cualquier forma el Sistema Nacional de Combustibles. Si el daño ocasionado produce un derrame de hidrocarburos, la pena puede ser de entre cuatro y seis años de prisión.