Aviación Civil quita permiso para traslados humanitarios a helicóptero de Aerodiva

Autoridad sostiene que el helicóptero tiene categoría militar y, por lo tanto, no puede trasladar pasajeros, hacer viajes ambulancia o llevar alimentos a Talamanca. Solo podría atender incendios o carga privada.

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El helicóptero privado de Aerodiva, utilizado para llevar alimentos a Talamanca o trasladar a pacientes en vuelos ambulancia, ya no tiene permiso para realizar este tipo de labores humanitarias en Costa Rica. La información trascendió esta semana en un reportaje de Telenoticias y fue confirmada a La Nación por Fernando Naranjo, director de Aviación Civil.

El jerarca explicó que, siguiendo la hoja de datos de certificado de tipo, de la Administración Federal de Aviación en Estados Unidos, esta aeronave es de uso militar y, por lo tanto, no puede operar en el traslado de pasajeros y pacientes.

“El helicóptero no está prohibido del todo, lo que se hizo fue una modificación a las habilitaciones de operación y el uso que se le puede dar. Como Costa Rica no es un país fabricante de aeronaves, tenemos la responsabilidad de aceptar la hoja de datos de certificado de tipo”, indicó Naranjo.

Se trata de la unidad matrícula TI-BJT, un helicóptero modelo UH-1H Iroquois diseñado por la compañía estadounidense Bell Helicopters. Los primeros modelos datan de mediados de la década de 1950 para el ejército de aquella nación.

Los actuales tienen capacidad para el piloto y 14 pasajeros, opera con un solo rotor en la parte superior y otro más pequeño en la cola. Tienen capacidad para levantar casi 1,4 toneladas de carga, se desplazan a 238 kilómetros por hora y tienen un alcance de 460 kilómetros. Los de uso militar tienen armamento incorporado, no así el que opera en Costa Rica desde hace 22 años.

El cambio en el permiso para esta unidad fue notificado desde octubre del 2022 y ahora, según explicó Naranjo, solo puede utilizarse en otras labores, como traslado de carga externa, extinción de incendios, labores agrícolas y grabación o filmación de películas, pero el traslado de personas en el helicóptero no está permitido.

Carlos Vargas, propietario de Aerodiva, lamentó la situación, pues alega que lo que falta actualmente es voluntad política, ya que la empresa ha operado por más de 20 años en el país con este tipo de modelos (UH-1H) que si bien nacen con un objetivo militar, luego, cuando se venden usados, Estados Unidos los vuelve a certificar en categoría comercial.

“Ellos aplicaron algo que para nosotros es perjudicial porque existen contratos con el Estado para extinción de incendios, mover alimentos de los niños indígenas que no tienen quien los lleve. Hay como una diferencia porque es algo que de momento servía pero a los dos años ya no”, contó.

Al respecto, Vargas dijo que los cambios en las certificaciones requeridas tienen que ver con intereses comerciales de los fabricantes de helicópteros, pues ampliar la vida útil de unidades más antiguas implica una menor venta de los modelos más nuevos.

El empresario alega que ahora, ante la salida del helicóptero de Aerodiva, se limitan las posibilidades que tiene el país para realizar traslados de pacientes, búsqueda y rescate. En su caso, ahora le queda disponible un helicóptero más pequeño, con capacidad para cinco pasajeros, pero que solo puede trasladar a un paciente. Si viniera con equipos de soporte vital y médicos, no tendría capacidad.

Estos trabajos los está realizando el Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) con otros cuatro helicópteros prestados por el Gobierno de los Estados Unidos que son del mismo modelo militar que utiliza Aerodiva, no obstante, las restricciones que impone Aviación Civil a particulares, no aplican para las aeronaves del Estado.

“Estas aeronaves en Costa Rica se han utilizado para todas las condiciones de emergencia que han ocurrido en el país, ya que el gobierno no contaba con este tipo. Aerodiva vino a suplir una necesidad desde el 2001″, dijo el propietario.

Entre las diferentes operaciones de las que ha participado el helicóptero están el conflicto por Isla Calero, el terremoto de Cinchona y Nicoya e inundaciones en el Atlántico y la zona norte, entre otros. Más recientemente brindaron apoyo a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) en el traslado de dos pacientes Covid-19.

“Este año no pudimos ir al incendio forestal del Parque Nacional Palo Verde porque no teníamos los permisos. Usted puede ir a tirar el agua al lugar, pero sino lleva los trabajadores ¿Cómo hace para saber dónde es que va el agua? Los trabajadores necesitan ingresar, no pueden dar toda la vuelta en carro”, mencionó Vargas.

Al respecto, Naranjo indicó que la ley dice que la aeronave puede funcionar con la tripulación mínima, pero los funcionarios de Bomberos por ejemplo, no son ‘requisito’ para la operación del helicóptero, por lo que no califica que viajen a bordo.

En los últimos días Vargas y Naranjo han sostenido conversaciones para llegar a una negociación o un acuerdo, pero hasta el momento no hay resultados.

“Ya presentamos unos planes pero quedamos que en una próxima reunión vamos a tener una discusión técnica. La propuesta es que nos dejen trabajar y que nos permitan llevar a la gente estrictamente relacionada con un proyecto. Si en el país ocurre una situación de emergencia nos dejan ir pero, ¿de qué vamos a vivir el resto del año? Yo no voy a mantener aquí una aeronave solo si ocurre algo”, enfatizó Vargas.

Fernando Naranjo precisó que la única forma de que esta aeronave vuelva a operar en labores humanitarias implica que Aerodiva pida una adenda al certificado de operación que brinda Estados Unidos, pero que probablemente esto implica una nueva erogación y es posible que la empresa no haya podido hacerlo.