Cacería del Diablo frustrada por mal tiempo en Pococí

Helicóptero que iba a participar en el rastreo no pudo llegar hasta la zona por el fuerte viento. Policía le pisa los talones a sujeto que encabeza poderosa organización narco del Caribe, asociado a homicidios y robo de ganado

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Luego de casi cuatro años en fuga, Alejandro Arias Monge, alias Diablo, sigue siendo escurridizo para las autoridades. Un enorme despligue policial tomó el Caribe este domingo para capturar a uno de los sujetos más buscados en Costa Rica para que enfrente cargos por homicidios, amenazas, narcotráfico y robo de ganado. Sin embargo, el clima jugó a su favor.

El fuerte viento impidió a un helicóptero que salía desde San José unirse a decenas de efectivos policiales que estaban llegando a Cariari de Pococí, donde fue observado Arias Monge. La aeronave tuvo que devolverse.

“Si no hubiera sido por esas condiciones meteorológicas, muy probablemente lo hubiéramos detenido ayer”, confirmó este lunes el director a. i. del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Randall Zúñiga, ante consulta de La Nación.

A Arias, la Policía Judicial le pisa los talones y en cualquier momento podría darse la captura de este sujeto de 38 años, ligado a una gran estructura criminal a la que se atribuyen varios homicidios en Limón, Sarapiquí, Guácimo, Cariari y otros puntos donde dominan la venta de drogas y defienden a muerte los territorios.

Durante la acción, en la que también participó la Fiscalía y gran cantidad de agentes de la Policía Judicial, se realizaron retenes en carretera e inspecciones en la zona del cementerio de la localidad, pero no se tuvo resultado positivo pese a revisar cámaras de seguridad cercanas. Los vecinos reportaron que también había presencia de oficiales de Vigilancia Aérea, lo que los hacía presumir que la policía pretendía realizar una captura rápida y volar de inmediato a la capital.

Además, en la zona estuvieron presentes el director del OIJ, Rándall Zúñiga y el fiscal general, Carlo Díaz, lo que hacía presumir la magnitud del objetivo que perseguían.

Los operativos para tratar de sacarlo de circulación han sido constantes, tanto del OIJ, como de la Fuerza Pública, pero al parecer la agrupación cuenta con informantes que le facilitan al sujeto escabullirse por diversos puntos del Caribe, donde disputa con otras bandas los territorios para el trasiego y venta de drogas.

Largo tiempo lejos de la justicia

El 28 de octubre del 2016, alias Diablo salió de la cárcel en Pococí tras cumplir año y dos meses de prisión preventiva como sospechoso de dos asesinatos y desde entonces no se le volvió a ver.

En marzo del 2019, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) afirmó que Arias lideraba una banda que robó más de 200 reses en menos de un año. Aunque en aquella época detuvieron a gran parte de la organización, el Diablo empezó a escabullirse.

Su nombre fue aún más notorio en setiembre del 2020 cuando Alejandro Arias supuestamente difundió audios en los que amenazó con matar a agentes del OIJ y oficiales de la Fuerza Pública.

La reacción de Michael Soto, entonces ministro de Seguridad y Wálter Espinoza director del OIJ (q. d. D. g), no se hizo esperar y anunciaron otro fuerte operativo, nuevamente sin resultados.

Un año después, en setiembre del 2021, los agentes descartaron información confidencial que hablaba de la supuesta muerte del Diablo fuera de territorio costarricense. Para ello, se basaban en que Arias Monge se había alejado de las redes, plataforma que aprovechaba para ostentar su poderío y amenazar a las autoridades. No obstante, a lo largo del tiempo, más bien sus tentáculos se han extendido.

En julio del 2022 fue detenido un joven de 24 años, apellidado López Bolívar, quien según fuentes policiales es un presunto sicario de la banda del Diablo. En aquel momento se le vinculó con la masacre de una familia inocente en Huacas de Tempate, en Santa Cruz, Guanacaste, ocurrida ese mismo mes. Al parecer, la organización intentaba extender sus negocios a en aquella provincia, pero erraron en el objetivo de asesinar a presuntos rivales en el narcotráfico.