Falta de pistas impide ubicar asesino de ingeniero que defendió a mujer de asalto en La Sabana

OIJ difundió hace casi un año video donde se observa a homicida, sin embargo aún no hay nadie detenido por crimen ocurrido en octubre del 2019

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Pese a los múltiples esfuerzos que han hecho las autoridades, aún no hay rastro del asesino del ingeniero en sistemas, quien fue ultimado en La Sabana cuando pretendía defender a una mujer de un asalto.

Se trata de Randall Mauricio Ulloa Acuña, de 39 años y quien murió la noche del 17 de octubre del 2019 al costado sur de ese parque metropolitano.

Según informó la Policía en aquel momento, el sospechoso es un menor de edad que viajaba en bicicleta cuando ocurrió el asalto.

Para intentar localizarlo, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) hasta pidió en febrero del 2020 difundir en medios de comunicación videos donde se observaba manejando una bicicleta por los alrededores de La Sabana. Si alguien lo reconocía, debía comunicarse con la Policía Judicial.

No obstante, casi un año después de aquella solicitud de colaboración a la ciudadanía, las pistas que hay sobre el homicida son pocas y eso dificulta lograr una justicia pronta y cumplida en este caso.

Según confirmó la Fiscalía de Pavas ante una consulta de este medio, la causa 19-030805-0042-PE se tramita contra ignorado; es decir, no hay nadie de identificado ni detenido por este asesinato.

Pese a eso, aseguró en un correo enviado, la pesquisa “avanza en la etapa preparatoria, que consiste en la recolección y análisis de pruebas”. Sin embargo, como la etapa es privada, esa es toda la información que pueden brindar al respecto.

Rosibel Aguilar, esposa de la víctima, lamentó que el proceso no haya avanzado y más bien se estancara producto de la pandemia.

“Siempre he creído en la justicia y he visto que el sistema en algunos casos funciona pero a veces uno no sabe qué está fallando o qué está faltando. Es una mezcla de impotencia, un sin sabor”, manifestó. (Vea entrevista aparte).

Un buen hombre

Según recordó Aguilar, días después del asesinato, Randall era un buen hombre que “no podía” con las injusticias.

De hecho, en esa conversación con este medio, ella recordó: “En algún momento habíamos hablado, porque una vez alguien que quiso ayudar a una persona, murió. Y entonces yo le decía a él: ‘Uno no se puede meter en esas cosas (...) porque uno no sabe cómo anda la otra persona, si anda armada o no’”.

Sin embargo, como también lo relató su esposa, ese consejo no caló en Randall Ulloa, quien no dudó ni un segundo en ayudar a la mujer, de 41 años, que estaba siendo asaltada.

La versión de las autoridades es que la víctima inicial recién había salido de su trabajo en una entidad bancaria, por lo que caminaba hacia la parada de buses de Santa Ana para dirigirse a su casa.

En el trayecto, el malhechor la interceptó y tal cual relató un allegado de ella en aquel momento: “El asaltante le dijo que hicieran esto (asalto) fácil o sencillo y que le entregara el celular. Le puso un cuchillo en el estómago”.

Justo en ese momento, Randall, quien recién se había bajado del bus y se dirigía a su casa en La Sabana, observó la situación y decidió intervenir.

“Ella no sabe de dónde apareció el joven. Esta fue la segunda ocasión en que la intentaban asaltar”, dijo en aquel octubre el conocido de la mujer asaltada.

Randall Ulloa forcejeó con el ladrón, quien le propinó una herida mortal en el pecho con un arma blanca y luego huyó del sitio.

Los presentes llamaron a la Cruz Roja; sin embargo al llegar al sitio ya no había nada que hacer por Randall, quien murió casi de forma inmediata.