Limón despide a conserje de colegio asesinado por proteger a niña en balacera

Cientos de personas abarrotaron la Catedral y el Cementerio Municipal de Limón para despedirse de Juan José Ortiz Rivera, de 67 años

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Cientos de personas abarrotaron la Catedral de Limón, la mañana de este sábado, para darle el último adiós a Juan José Ortiz Rivera, conserje de 67 años del Centro Educativo María Inmaculada, quien fue asesinado el pasado martes mientras protegía a una niña de ocho años durante una balacera.

Tras ser acompañado por una caravana con globos blancos, a las 11 a. m. el cuerpo de Ortiz fue depositado en el Cementerio Municipal de Limón, en cuyas inmediaciones estaban parqueados más de 200 automóviles de vecinos que acudieron a despedirlo.

El conserje recibió un disparo en la cabeza durante un ataque que también culminó con la muerte de Ronny José Dobrosky Rojas, quien llegó al centro educativo en compañía de su esposa a dejar a su hija.

“El reporte preliminar indica que, al parecer, a Dobrosky lo venían siguiendo tres sujetos en un vehículo y, cuando llegaron al parqueo, los hombres se bajaron y le dispararon en múltiples ocasiones. En medio de los disparos, también resultó herido Ortiz”, declaró el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).

Ortiz fue trasladado en condición delicada al Hospital Tony Facio de Limón, y falleció a la 1:56 p. m. del día siguiente en el Hospital Calderón Guardia.

Él trabajó por 13 años en el Centro Educativo María Inmaculada. A pesar de que ya se había pensionado, siguió colaborando por el gusto que le tenía a su trabajo.

Mayela Ortiz, hermana de Juan José, había declarado a La Nación que “él se ganó el cariño de todos los niños a quienes siempre ayudaba apenas llegaban los carros al parqueo. Los chiquitos lo querían mucho y están muy afectados por lo ocurrido”.

Fuerza, como lo conocían a Juan José, solo sacó la primaria y comenzó a trabajar muy joven. Luego se casó y procreó tres hijos. También era abuelo de dos nietos. Nació y vivió en Limón, por lo que era muy conocido, pues era muy alegre y solía conversar en el camino a su trabajo sobre el Deportivo Saprissa, equipo del que era seguidor.

Antes de laborar como conserje, Ortiz fue operario en la fábrica Envaco, empresa que produce cartón corrugado. Luego perdió ese puesto por una reorganización y tuvo que dedicarse a trabajos ocasionales.