Los merengues del trópico: ¡Pura vida! y ¡hala, Madrid!

El equipo galáctico tiene una inondicional barra de fiebres que le hace porras desde un bar josefino. Los madridistas de Tiquicia celebran más un gol del Real que uno de la Sele.

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En un pequeño país del trópico, al otro lado del océano Atlántico, a 8.480 kilómetros del estadio Santiago Bernabeu, hay una barra de aficionados que se siente tan merengue como Florentino Pérez.

Sus integrantes son de Hatillo, de Calle Blancos, de Cartago, de Coronado; pero su corazón es galáctico.

Para ellos no hay nada más grande que un triunfo del Real y no hay mayor gloria que un gol de Cristiano Ronaldo , ni siquiera un campeonato morado ni la victoria de la Sele contra Italia en el Mundial.

Keylor Navas , cuando fue presentado por el club, resumió de la mejor forma el sentir de estos aficionados: “¡Pura vida! y ¡hala, Madrid!”

Esa frase fue una inyección de algarabía para todos los ticos, pero sobre todo para quienes integran la Peña madridista de Costa Rica.

Se trata de la barra organizada del equipo merengue en la suiza centroamericana, conformada como una asociación deportiva y que está en los trámites finales para ser reconocida como oficial por el propio club blanco diez veces ganador de la Champions.

La peña se reúne a dos cuadras del parque España, en el bar Chubbs, en el cantón central josefino . Allí sus miembros ven los partidos como si estuvieran en algún local de la Gran Vía: cerveza en una mano y la bandera del equipo en la otra.

Los triunfos los celebran en la estatua de Simón Bolívar, en la entrada del parque Morazán. Ese es su Cibeles criollo.

“El Real Madrid lo es todo, es una pasión, una forma de vida: ‘hasta el final, vamos Real’. Es una ideología. Es aplicar los valores del club en nuestra vida: nunca darse por menos”.

Las palabras son de Daniel Picado, tesorero de la peña, un estudiante de informática de 22 años.

Daniel es manudo, pero antes de vestirse rojinegro ya era madridista.

Todo empezó cuando era niño. Un español era novio de su tía. Él le regalaba uniformes, banderas y bufandas del cuadro merengue. Fue un enamoramiento in crecendo a lo largo de su vida.

No se pierde ningún juego de su equipo, aunque deba madrugar, o sentarse al final de salón de clases para que el “profe” no le vea los audífonos. Todo sea por el Real… ¡Hala, Madrid!

Es martes al mediodía, el Real juega la final de la Súper Copa contra Sevilla. Hay unos 50 seguidores madridistas en Chubbs, casi todos uniformados. Lucen camisas de Casillas, Bale e Isco.

El tesorero está muy ocupado, cada dos minutos un aficionado se acerca a pagarle la inscripción a la peña, que es de ¢5.000. Nunca en los cuatro años que tiene de existir la barra se había dado un pico de interés como el de ahora. La razón es la histórica incorporación del tico Navas al cuadro merengue.

Por ejemplo, la página en Facebook de la peña pasó de 3.600 seguidores a 4.800 en cuestión de cuatro días, desde que se oficializó la llegada del guardameta.

“A mí todo me parecía mentira, hasta que lo vi al lado de Florentino Pérez (presidente del club) ¿Qué siento?, orgullo y nervios…”, se refiere Daniel al fichaje de Navas. Sin embargo, si el arquero se hubiera ido a las tiendas del Barcelona –archirival de los galácticos– otro gallo cantaría.

“Sería un culé más, se hubiese convertido en un enemigo. Querría que le metieran 80 goles”, dice tajante.

La fan de las cartas

Carol Vega es aún más aficionada que Daniel. La periodista de 28 años es la presidenta de la peña.

Su amor por el Madrid nació hace 15 años, cuando comenzó a mandarle cartas a los jugadores. Para su propia sorpresa el correo le fue contestado.

Le escribió a Casillas, a Beckham, a Figo y a Özil. Las respuestas fueron fotografías con autógrafos y agradecimientos.

Carol guarda cada imagen y carta como un tesoro. Cuenta que en promedio la respuesta tardaba un mes en llegar y que el trámite en Correos de Costa Rica no le costaba ni ¢1.000.

“Vea la formalidad con la que responden, es todo un protocolo del club… el hecho de que se tomen el tiempo para contestarle a una de las tantas seguidoras. Eso demuestra que saben lo que hace”, dice mientras nos muestra un folder con la correspondencia.

Ese detalle madridista fue un aliciente para Carol, quien en aquellos tiempos acababa de quedar huérfana de madre. Así fue como se volvió una fiel seguidora de los merengues.

Ella es la que se encarga de todas las gestiones administrativas para la oficialización de la peña ante el club y de la logística de la barra.

Actualmente hay 90 personas inscritas. El miembro más joven tiene 4 años; el mayor, 63. La mayoría son hombres y saprissistas.

La peña tica funciona de forma muy similar a las que hay en las distintas ciudades de España y del resto del mundo. Así lo detalla José Gallardo, un cordobés de 30 años que a los 22 se vino a Costa Rica con su familia.

En su pueblo andaluz, Pozo Blanco, él integraba una peña madridista.

“Ver un partido con la peña de allá y verlo con la peña de aquí es casi lo mismo, es gente que siente lo mismo por el Madrid, es como estar en casa, en familia... El sentimiento madridista no reconoce fronteras”, comenta Gallardo.

Sentimiento

Los motivos particulares para volverse madridista se complementen con el buen juego desempeñado por el equipo. Todos los seguidores del cuadro blanco coinciden en que el fútbol del Real encanta y enamora.

“El fútbol del campeonato de Costa Rica es muy malo, no dan ganas de verlo, en cambio, usted ve como juega el Madrid y da gusto, es envolvente”, opina Carol.

La presidente de la peña sabe que hay gente que los ve con ojos de burla y los critican por entusiasmarse con un club extranjero, mas ella asegura que la pasión por el Madrid es una forma de identificación, de divertirse, de sentirse parte de algo...

El sentimiento es inclusive más grande que el que sintió por la participación de la selección de Costa Rica en el Mundial Brasil 2014.

Ni la remontada contra Uruguay ni el penal decisivo de Umaña contra Grecia superaron la alegría que le provocó el gol de Sergio Ramos en la final de la última Champios League contra el Atlético de Madrid. La anotación igualó el marcador en el epílogo y obligó a que se jugaran tiempos extra. El resultado final fue de 4 a 1, lo que significó la décima orejona para los galácticos.

“Vea, yo esa vez me puse de rodillas, fue sensacional”, dice Carol.

Al igual que ella, Daniel recuerda ese gol como lo más efervescente que ha experimentado en el fútbol.

Pese a que no fue tan dramático como aquel partido, el juego del martes contra el Sevilla también generó vítores y porras. El Real venció con un marcador de 2 a 0 .

Ese triunfo, según los merengues del trópico, vaticina un nuevo camino glorioso, lo que deparará muchas celebraciones en Cibeles. En el caso de la peña tica, en la estatua de Bolívar, en el parque Morazán. Tal vez ese punto no tenga glamour europeo, pero allí es donde de forma más sincera y emotiva se puede gritar: “¡Pura vida! y ¡hala, Madrid!”.