Este Keylor Navas luce un poco diferente al de la foto. Pero nadie duda que es Keylor, con su uniforme de portero y sus ojos penetrantes mirando desde el fondo blanco de papel. No es una foto. El trazo del gran arquero de la Selección Nacional lo hizo un pequeño alumno de materno, en la Escuela Rafael Moya Murillo, de Heredia.
Otro estudiante del grupo de 21, todos entre los 4 y 5 años, a cargo de la maestra Laura Víquez Murillo, dibujó con sus propias manos a Bryan Oviedo. Pintó con lápiz de color su camisa rojiazul y el esbozo de una sonrisa sobre el rostro del jugador. Las imágenes están pegadas en el álbum Panini del Mundial Qatar 2022, junto a las de Messi, Neymar o Ronaldo, todas ellas dibujadas y pintadas por estos pequeños de materno.
Cuenta la maestra que la Escuela Rafael Moya recibió, a inicios de octubre, álbumes Panini regalados al Ministerio de Educación Pública (MEP): “Estamos en un programa contra el bullying para fomentar valores como la solidaridad, y nos enviaron estos álbumes pero venían sin postales. La escuela tiene como mil estudiantes; por eso, dieron dos álbumes por grupo. La idea era hacer el álbum con todos los niños, pero no había suficientes postales. La situación económica está difícil para muchas familias, y yo no iba a poner a los papás a comprar postales”.
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El álbum Panini del Mundial Qatar 2022 se lanzó en Costa Rica el 24 de agosto. Su versión de papel cuesta ¢2.000, el de pasta dura ¢6.000 y los sobres con 5 postales ¢650, cada uno. Son 670 postales, de las 32 naciones participantes, más otras 50 figuritas y 80 especiales. Muy difícil, por no decir imposible, para estos niños, niñas y sus familias sacar de sus bolsillos y llenar dos álbumes.
Pero la creatividad de esta docente de preescolar hizo lo suyo, y de alguna manera le ganó a la falta de recursos económicos de la mayoría de las familias de sus estudiantes. Víquez motivó a sus pequeños alumnos a dibujar a los jugadores.
Ella misma recortó las piezas blancas de papel para que sus estudiantes hicieran sobre ellas los retratos. Al tiempo, contó la educadora, estimulaba la motora fina de sus ‘pollitos’, como les dice, mientras les enseñaba historia, cultura y geografía de cada país.
“La idea de los dibujos era muy linda porque así se ahorraba el dinero. ¡Y comenzaron a hacer esos dibujos tan hermosos! Son chiquitos de cuatro y cinco años. Yo, de tarea, les enviaba pedacitos de papel en blanco, y ellos hacían el dibujo del jugador que quisieran.
“Luego, buscábamos el país, hablábamos del continente y la bandera. Por ejemplo, hablamos de Argentina, dibujamos el mapa, buscamos la bandera y yo les hablé de características del país, como raza e idioma”, cuenta la docente.
Cadena de solidaridad
Pero esta historia no se queda ahí. Intervienen otros personajes, como la amiga de años de la maestra, llamada Irene Jiménez, su hija Alma Birkel Jiménez, del 4C del Colegio Humboldt, sus compañeros de clase y Muriel Andrade, sobrina de Irene.
En uno de tantos mensajes que acostumbran intercambiar estas amigas de décadas, Laura le cuenta a Irene lo que está haciendo con sus alumnos.
“Le envié la foto de los dibujos, y le conté que no tenían plata para llenar el álbum; tampoco las familias estaban como para pedirles plata para esto. Con costos, algunas logran comer al día”, recuerda la maestra que le comentó a su amiga, hará unos 22 días atrás.
Aquí es donde interviene Irene Jiménez, quien, a su vez, le comentó la historia a su hija, Alma, de diez años.
“Mi hija quedó muy conmovida. Ella y sus compañeros no concebían que estos niños no pudieran tener para comprar las postales. La reacción fue inmediata y se armó una cadena de solidaridad impresionante, recolectando postales repetidas y álbumes para enviarles”, relata Irene Jiménez aún sorprendida con lo que ha pasado en los días recientes.
La historia, como suele suceder en estos tiempos, llegó a las redes sociales. En este caso, en manos de Muriel Andrade, quien posteó en su cuenta de Facebook parte de la historia, y desencadenó el interés de personas de otras partes del país por ayudar a estos 21 niños de materno de la Escuela Rafael Moya a llenar su álbum Panini del Mundial Qatar 2022.
En los 17 años que suma como docente Laura Víquez no había visto nada como esto, cuenta.
“Hasta un señor que vive en Quepos va a mandar tarjetas por correo a la escuela. Otras personas, con acceso a cubos de postales, dijeron que van a enviar, y hasta jugadores de la Selección Nacional que han conocido la historia, quieren ayudar”, comentó la maestra con alegría, agradecimiento y, sí, mucha sorpresa.
Sus estudiantes son su mayor motivación. Provienen de familias con muchas necesidades, cuenta Víquez. Hay muchos que viven en hogares donde su mamá es la cabeza y el único ingreso económico. Otros, cuenta, son criados por sus abuelos. También hay estudiantes cuyas familias, con grandes costos, logran reunir lo suficiente para comer o pagar la casa.
El álbum Panini, dice Víquez, se ha vuelto una actividad muy esperada por sus chiquitos. Todos participan de ella con alegría y, de seguro, este lunes 7 de noviembre, cuando ella les lleve las primeras donaciones de postales que irá a recoger este fin de semana, se armará una fiesta improvisada en su clase de materno.