La atleta Rosa Baltodano Acosta se proclamó campeona Mundial de Lucha de Brazo, o pulsos, que se celebra en Rumanía, dándole no solo una gran alegría a su disciplina, sino además dejando muy en alto el nombre de Costa Rica.
La representante de la zona sur de nuestro país venció en la final de la categoría +80kg Máster con el brazo derecho a la sueca Anna Eriksson. De esta manera, el Himno Nacional sonó por todo lo alto en la sede del Campeonato del Mundo en Bucarest.
“Para mí es un gran logro familiar, algo personal también. Representar a Costa Rica es algo indescriptible, estoy muy emocionada, gracias a Icoder, a la Federación Costarricense de Pulsos”, dijo desde suelo europeo la medallista de oro, mediante un comunicado del periodista Rodrigo Murillo.
Baltodano sostuvo que durante los últimos meses trabajó muy fuerte para llegar al Mundial, donde su ilusión era alcanzar una medalla.
“Este logro refleja todo el esfuerzo que he tenido durante todo este año, el sacrificio, la disciplina, y puedo decir que estoy cosechando lo que sembré. Escuchar el Himno Nacional en el podio es algo gratificante y sé que mi familia está muy orgullosa por eso y todo Costa Rica”, agregó Baltodano.
Entrenó en Alemania
La deportista consiguió el lunes la medalla de plata con el brazo izquierdo y dio el golpe en la mesa este martes al conseguir el oro, por el cual se mantuvo entrenando fuerte en Alemania durante muchos meses.
“Mi meta es seguir en Alemania, con todo un programa de entrenamiento. Tengo en la mira el Panamericano en procura de representar al país de la mejor manera y obtener una medalla. Conseguí un permiso de seis meses en mí trabajo para prepararme en Alemania”, comentó la oriunda de Ciudad Cortés.
Rosa, quien es la menor de tres hermanas, ayudaba a su padre, Claudio Baltodano Quirós, a sembrar frijoles, a chapear y todo lo concerniente a las labores de un jornalero, pues no tenía hermanos. Sus labores en el campo los dividía con el estudio.
Madre de Maureen, Marcos y Briana, Rosa le comentó a La Nación que su fuerza viene precisamente de su papá, de quien cuentan era capaz de alzar un estañón de aceite o partes muy pesadas de maquinaria agrícola, en una finca arrocera en Ciudad Cortés, en el cantón de Osa, donde trabajaba.
En los últimos años, tras observar unas competencias en Internet, Baltodano pulió su técnica para ser más fuerte y contundente. Además durante la pandemia estuvo entrenando en Alemania en el club Baden Bisons e incluso compitiendo en Suiza, para no perder la motivación y el nivel que había mostrado.
Por su parte, Edgardo Picado, presidente de la Federación Costarricense de Pulsos, manifestó que el título obtenido por la sureña es un orgullo para la disciplina, ya que la medalla representa a todos los pulseadores de Costa Rica.
“De parte de la Federación Costarricense de Pulsos es un gran orgullo presentar a esta atleta, deseándole lo mejor y ojalá que nos pueda dar muchas alegrías en el futuro”.