Carlos Moncada es un viejo conocido en el triatlón de larga distancia. Su presencia en el Ironman 70.3 Costa Rica será la número 16 en un evento de este tipo y, además, suma ocho completos.
El nivel mostrado hasta ahora lo respalda, como el único costarricense que ha ganado en la clasificación general de un medio Ironman, en California 2015.
Su carrera se inició hace ocho años, cuando realizó el primero, en Nueva Orleans, con un tiempo de cuatro horas y 42 minutos.
Desde entonces encontró una pasión y recuerda que al mismo tiempo se convirtió en un atleta más competitivo que cuando practicaba atletismo.
Los años siguientes fueron de enfoque total al deporte, combinado con su profesión de veterinario.
Macho, como lo conocen todos, entró en un ciclo de vida deportiva muy exigente, en la que también sufrió los indeseados golpes, tanto físicos como emocionales.
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Por momentos se preguntaba si realmente servía para el deporte, pero logró salir de esos baches, como él los llama.
"Sacrifiqué mucho, a veces más de lo que se debe: plata, amigos, pero sobre todo tiempo de familia, mis horas laborales, todo por ceñirme tanto en la parte deportiva; en ocasiones pierdo la perspectiva, pero es normal", afirma Carlos, de 34 años.
Uno de esos momentos, probablemente el más importante de su vida, sucedió en 2012, cuando murió su hermana menor por una insuficiencia hepática aguda.
Moncada recuerda que en cuestión de 15 días, la salud de la joven de 21 años se complicó hasta fallecer.
"También era deportista, el sueño de ella era ser bailarina, tenía sus metas muy establecidas y se fue a Estados Unidos a bailar a una de las mejores academias", recuerda.
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Con un cambio de voz notable cuando habla de ese acontecimiento, Macho afirma que nunca lo podrá superar, pero aprendió a vivir con ello y a tomarlo como un impulso.
"Lo agarré de una forma mucho más fuerte y positiva, me dio fuerza para seguir por más; tal vez siempre he sido de querer más, pero eso me marcó", agrega.
Después de ese trago amargo siguieron muchas competencias, como el segundo mundial 70.3 y su primer Ironman completo, en Cozumel, donde fue el mejor de la categoría (por edad).
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Él asegura que cada año tiene nuevos retos, pero los mira de una forma distinta, dándoles prioridad a su familia, a su esposa e hijas.
Eso sí, siempre intentando ser tan competitivo como hasta ahora: "No compito con nadie más que conmigo, mi competidor, ídolo y héroe soy yo y ese es por el que cada día me levanto para ir a ganarle".