La historia no contada del reencuentro entre Marcelo Sarvas y Óscar Ramírez en el CAR

¿Fue inesperado o planeado? El brasileño reveló todos los detalles en charla con ‘La Nación’. También dijo que en algún momento trabajará de nuevo con Alajuelense.

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A inicios de semana, Óscar Ramírez visitó las instalaciones del Centro de Alto Rendimiento (CAR) en Turrúcares, donde se encontraba Marcelo Sarvas. El brasileño está a cargo de los equipos U-15 y U-17 del Galaxy de Los Ángeles y en ese momento se iban a foguear contra los cachorros de Alajuelense.

El reencuentro entre el mediocampista brasileño que se ganó al liguismo en la cancha y el técnico más ganador en la historia de Liga Deportiva Alajuelense no fue sorpresivo.

Más bien se trató de una promesa que el Macho le cumplió a su expupilo, según manifestó el propio Sarvas en charla con La Nación.

Para contar la historia, el centrocampista brasileño que jugó con Alajuelense entre 2010 y 2011, antes de pasar a Los Ángeles Galaxy, mencionó que los años pasan, pero las amistades verdaderas quedan y perduran.

Así que cada vez que regresa a Costa Rica, él tiene siempre un círculo de personas que visita, unos amigos que tiene que ver y Óscar Ramírez forma parte de esa lista.

“Nosotros salimos a cenar y yo le pedí a Óscar que estuviera en el partido, no simplemente para que lo mirara, sino también para que me aconsejara y ver qué piensa del equipo y de los muchachos, porque yo lo tengo a él como maestro”, confesó Marcelo Sarvas.

Y agregó: “Por amistad estuvo en el partido, pudimos hablar un poquito y saber lo que piensa él. Le adelanto que Óscar se quedó con ganas (ríe...). Estaba enojado conmigo, porque dijo que yo lo estoy poniendo nuevamente con ganas de hablar de fútbol, de mirar, de estudiar y dice que se enojó conmigo por eso”.

Después del Mundial de Rusia, Óscar Ramírez se encerró en su propio mundo y puso cierta distancia con el fútbol. Decidió disfrutar más de su familia, de la finca, la vida del campo e impulsar el negocio de las naranjas.

Eso hace que el reencuentro de esta vez haya sido mucho más significativo para Sarvas, porque logró verlo de nuevo en una cancha, respirando fútbol y en unas instalaciones que hoy son el epicentro del proyecto de Liga Deportiva Alajuelense.

“Yo pienso que eso tiene mucho valor, yo hablo con él siempre todos los años y sé la situación de él, del Mundial, de cómo lo afectó, pero creo que ahora ya pasó mucho tiempo y él está más tranquilo. Y tal vez, ojalá, vuelva”, expresó Sarvas.

Al pensar un poco más en esa situación, el brasileño hizo una reflexión: “Yo siempre digo que el fútbol extraña a Óscar, más de lo que él puede extrañar el fútbol. El fútbol de Costa Rica carece de personas como él”.

Un anhelo. Marcelo Sarvas en algún momento pensó que su carrera como futbolista podría terminar en Alajuelense y aunque ese plan no se concretó, persiste el anhelo de regresar al club que tanto caló en él.

“Yo tengo en mi corazón muy claro que en algún momento voy a regresar a Aajuelense, no sé cuándo será. Ahora no estoy listo para hacerlo por temas familiares, creo que profesionalmente estoy preparado, pero por temas familiares ahora tengo que velar por mi familia. Mis hijos están creciendo y no es un momento oportuno”, mencionó.

Ese retorno es una promesa que está pendiente y que quiere cumplírsela él mismo.

“Sé que en algún momento voy a regresar por todo el cariño, por toda la conexión que tengo con las personas de Alajuelense”.

Su hijo Lucas juega con la U-15 del Galaxy. De hecho, fue el autor de los primeros dos goles del equipo estadounidense en ese amistoso que terminó con una victoria de 4 a 1 contra los rojinegros.

“Me emocionó mucho, no porque le anotó a la Liga, sino por la conexión que tengo con ellos. Me vi en él entrenando en la cancha de la Liga, jugando, viví mucho en él. Recibió muchos elogios de Agustín Lleida sin saber que era mi hijo y son cosas que como padre me emocionan mucho”.

Lucas Sarvas también es centrocampista, juega de ocho y tiene características muy similares a las de su papá.

“Ya veremos si él quiere seguir como futbolista, también está estudiando. Solo el tiempo lo dirá, pero yo lo apoyaré en todo, en lo que él mismo decida, pero es que desde muy pequeño siempre me acompañó en el fútbol”.

Aparte de los amistosos con la Liga, los equipos de Sarvas también tienen duelos pactados con Herediano, Cartaginés y la Selección, gracias a la ayuda de Juan Vicente Carvajal.

Después de seis días en territorio nacional, Sarvas y su delegación emprenderán el regreso a Estados Unidos y desde allá él siempre busca estar pendiente de la Liga.

“Veo algunos partidos que los transmiten, pero no es tan fácil encontrar los partidos en la televisión. Yo creo que muchas van a cambiar cuando regrese la afición, creo que los equipos grandes no es una matemática, pero dependen mucho de la fuerza de su afición para hacer valer la localía y la diferencia”, opinó.

Asegura que eso lo dice por experiencia propia, por lo que él vivió tanto en el Estadio Alejandro Morera Soto como en los partidos que disputó a domicilio con Alajuelense.

“Para mí la gasolina, el combustible siempre vino de la gradería y yo creo que el fútbol cambiará mucho cuando vuelva la afición”.

Algo que también lo llenó de alegría fue cuando Alajuelense le entregó un obsequio en esta última visita.

“Yo no conocía a Agustín Lleida y él tampoco vivió la historia mía con la Liga, que fue corta, pero muy exitosa. Yo quería una camisa, pero no esperaba que me dieran la 10, con el nombre mío atrás, esto fue muy gratificante y me llegó de las manos de una persona que es parte de la historia y que hoy es la cabeza pensante del club”, apuntó Sarvas.

El brasileño que ganó dos títulos como jugador de Alajuelense reitera que para él siempre es lindo regresar y traer a un equipo de jovencitos de Estados Unidos, porque la experiencia es muy valiosa para todos ellos.

Dijo que ellos tienen un estilo más directo, con una estructura táctica un poco más planeada, con jugadores no tan habilidosos, pero más de fuerza y velocidad.

“Y jugar contra un equipo tico que tiene más individualidad, que tiene jugadores con un poco más de picardía, que solucionan problemas en el uno contra uno es muy bueno”.

La última vez que había visitado el CAR, el complejo estaba en desarrollo. De hecho también trajo unos muchachos para que se foguearan.

“Solo estaban las canchas y ahora la verdad que es impresionante la estructura que la Liga armó, con la residencia. Hoy por hoy pueden controlar todos los pasos de los muchachos. Estaba hablando con Lleida y casi todos los muchachos de las inferiores están en esa residencia”.

Considera que eso facilita el controlar el tiempo de descanso, la cantidad de entrenamiento, la comida, la dieta, el estudio y otros aspectos claves en el proceso de formación.

“Se ven todas las áreas del jugador y se minimizan los errores. La Liga hoy en tema de inferiores tiene más estructura que nosotros en el Galaxy. Nosotros tenemos las canchas y el día a día de los muchachos, pero no está la casa club para poder traer a jugadores de diferentes partes de Estados Unidos y poder dar este paso grande que la Liga dio”, finalizó Sarvas.

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