El saprissismo merece saber la verdad (parte 2)

En el cuadro morado hay varias incógnitas administrativas que urgen respuestas... No son argumentos que deben ser dados a la prensa, sino a una afición que merece respeto

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

El saprissismo merece que se le hable con sinceridad, por todos los canales posibles. El saprissismo tiene derecho a saber qué sucede con su escuadra en todos los aspectos, el saprissismo tiene que ser escuchado y correspondido, porque así es su ADN, así lo criaron sus ídolos y dirigentes de antaño.

Hoy se me viene a la mente Jorge Vergara (q.d.D.g.) en su asamblea de accionistas, con micrófono en mano frente a todos los accionistas minoritarios girando instrucciones, atendiendo consultas, dando explicaciones...

Ni qué decir de don Fabio Garnier, don Enrique Weisleder, Bernardo Méndez... Y muchos otros más.

También recuerdo a Wálter Centeno y Víctor Cordero, en medio de la extinta Ultra Morada, rindiendo explicaciones, pidiendo paciencia, escuchando críticas y reflexionando junto con sus aficionados más ‘bravos’.

El Saprissa, contrario a cualquier empresa privada, no puede acogerse al argumento: ‘las cuentas se les rinden a sus dueños’. El conjunto tibaseño no funciona así, porque su afición va más allá de quienes son sus dueños.

Vamos a los hechos: de la salud financiera morada se sabe muy poco, más que las declaraciones de su presidente, Juan Carlos Rojas, diciendo que los salarios están al día, pero se desconoce el estado de los pasivos, de los ingresos, del patrimonio... ¿Cuánto ha crecido su deuda? ¿Cuánto se ha disminuido?

Charlé con cuatro distinguidos accionistas minoritarios morados y todos me mencionaron que nuevamente la realización de asamblea ha sido todo un tema, porque no hay convocatoria, de hecho la información que hay es que en 2020 no se hizo o si se realizó fue con una convocatoria tan reducida que nadie se enteró. La de 2021 todavía ni rastros de convocatoria tiene.

El proyecto del CES, el cual se manejará con una figura similar a la que tiene Alajuelense, es decir, no es una propiedad del club en sí, sino una administración, es todo un misterio en su avance y fecha de entrega. Mientras, los cuadros morados andan entre el Pipilo Umaña, la cancha de Llorente de Tibás, el Cuty Monge, entre otros terrenos.

Don Juan Carlos saca tiempo en sus redes sociales para opinar sobre política, también sobre la ley para la comercialización de licor en el deporte; está en su derecho; pero ojalá al saprissismo se le hablara con esa fuerza, sin bloquear respuestas en las redes.

Porque es cierto que la pandemia ha representado todo un reto para el fútbol nacional, la supervivencia en medio de la nula presencia de aficionados y con patrocinadores también afectados, pero la diferencia es que otras instituciones en vez de verse disminuidas han mostrado solvencia, poderío y manejo: construyen estadios o anuncian un nuevo reducto. Además continúan siendo competitivos.

El saprissismo merece saber la verdad (parte 2).