Alajuelense-Herediano: de acérrimos enemigos a posibles aliados

El jerarca Fernando Ocampo se sentó a conversar con la dirigencia rojiamarilla en busca de sanar una herida que estaba en sangre viva

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De izquierda a derecha, el gerente Jafet Soto, el volante Esteban Granados, el dirigente Orlando Moreira, el capitán manudo Pablo Gabas y y el gerente Marco Vásquez.

Redacción

Un recorte de periódico cuelga en la pared del vestuario florense justo antes del decisivo juego entre Herediano y Alajuelense por la cuadrangular. En el papel resalta la fotografía de Raúl Pinto y una frase en el titular: "En Costa Rica solo hay dos equipos grandes, Alajuelense y Saprissa".

En dicha entrevista, publicada por La Nación ese mismo día, el exjerarca manudo echa leña a la hoguera tras el anuncio de Jafet Soto en el que confirma la llegada de José Guillermo Ortiz al club rojiamarillo.

Lea: José Guillermo Ortiz, un pésimo negocio para Alajuelense.

El camerino tenía una razón más para entrar al campo y propinarle una paliza al alicaído León.

Este podría ser el último torneo en que el Team y la Liga libran una batalla fuera de la cancha, una guerra alimentada por el coqueteo a los futbolistas rivales y las fuertes críticas frente a los micrófonos.

Herediano alega que todo se inició por el irrespeto de Pinto hacia el club, reflejado en sus constantes declaraciones ante los medios de comunicación y entre corrillos. El exjerarca manudo, en cambio, afirma que los problemas se generaron por el deseo de los rojiamarillos de contratar a sus futbolistas.

Unas semanas después, en un lugar neutral y con la presencia de los dirigentes florenses Aquil Alí, Orlando Moreira y Jafet Soto, así como el nuevo jerarca erizo Fernando Ocampo y el gerente Marco Vásquez, empezó la tregua.

Ocampo les solicitó una reunión a los rojiamarillos en busca de limar asperezas y crear nuevas alianzas. El interés de negociar un posible préstamo de José Miguel Cubero a Alajuelense refleja que ambos equipos tienen la intención de levantar la bandera de la paz, algo que hace solo unos días parecía imposible.

Aunque no se concrete, el solo hecho de negociar un traspaso es un gran avance en la relación entre ambas partes.

"Hubiera sido dificil de imaginar si estuviera el expresidente (Raúl Pinto), es más, no se hubiera dado. La idea es que las dos partes queden contentas, se beneficien y que ninguno joda al otro, porque así se cerrarían esos portillos de rencor y resentimiento", explicó Moreira.

En una mesa, los dirigentes discutieron sobre el traspaso de Ortiz a Herediano y la contratación de Juan Pablo Vargas, dos temas álgidos y que agrietaron aún más la relación de equipos.

Jafet Soto y José Guillermo Ortiz se dieron la mano durante la presentación del jugador con el Herediano. (José Cordero)

Desde luego que una negociación como la de Cubero, o de cualquier otro jugador, vendría de la mano de algunos beneficios para el Team, porque como bien dice Moreira, la relación se debe fundamentar en un "ganar-ganar".

El dirigente prefirió no profundizar en el tema, pero Herediano tiene varias formas de beneficiarse, como por ejemplo, negociar los montos económicos ante una posible venta de Vargas u Ortiz al exterior (ambos van a préstamo), pues la Liga puede cobrar el 5% de los derechos de solidaridad.

Es probable que se acaben los ataques directos, sobre todo en temas sensibles relacionados a la seguridad social y los salarios que pagan los clubes. Pinto fue muy crítico con los bajos salarios que reporta Herediano a la Caja.

"Lo que se habla es de un eventual préstamo (con Cubero), que si las conversaciones avanzan como se está dando, nosotros no tenemos ningún inconveniente en negociar con la Liga. Pero no es solo la bandera de la paz de parte nuestra, debe ser de ambos lados", agregó Moreira.

Aún cuando Raúl Pinto afirma que "le faltó tiempo" para arreglar los problemas con Herediano, lo cierto es que la relación estaba totalmente rota desde mucho tiempo atrás.

La relación entre Orlando Moreira y Raúl Pinto (de espaldas) estaba rota. (Archivo)

El exjerarca considera que Ocampo dio un buen paso al querer cerrar una heridas que estaban en sangre viva.

"Siempre tiene que pravalecer el trato cordial. A mí no me dio tiempo de acercarme otra vez a Herediano, y a veces es incómodo cuando otro club toca jugadores de uno", agregó Pinto.

Durante los últimos años, prevaleció una relación cercana entre la Liga y la S, por la amistad entre Pinto y Juan Carlos Rojas, al punto que ambos clubes no se tocan futbolistas ni se critican duramente.