Francia tuvo una virtud preponderante en su semifinal ante Bélgica: fue un equipo muy ordenado en defensa y prácticamente dio un juego perfecto en esta faceta, gracias a su bloque compacto, su versatilidad, disciplina, potencia y calidad técnica para salir a la contra.
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Con este plan de juego, evitaron los contragolpes de sus oponente, al punto de que no los tomaron mal posicionados nunca. Además, con su presión intensa le quitaron dos vías importantes de ataque al rival, ya que no los dejaron pensar para armarse y elaborar, pero tampoco sufrieron con la velocidad en los desdobles.
Adicionalmente, los franceses aislaron a Romelu Lukaku, quien no tuvo ninguna posibilidad de explotar su rapidez y potencia. Lukaku es bueno cuando tiene espacio y encara, sin embargo, sufrió por una marca asfixiante de los centrales y contenciones.
En lo que respecta a la ofensiva, Francia goza de vértigo con Kylian Mbappé y Antoine Griezmann, pero Olivier Giroud presiona, inquieta y pesa mucho para el desgaste. A esto se suma que el medio campo recupera muchísimo y sabe incorporarse, tanto N'Golo Kanté como Blaise Matuidi son dos baluartes y físicamente se imponen.
De cara a la final, Didier Deschamps cuenta con un equipo tácticamente muy equilibrado, aplicado y muy versátil, puede cambiar de sistema en el mismo partido y ejecutarlo de buena forma. Además, baraja variantes importantes para presionar alto o replegarse y formar un bloque muy eficiente, al punto de que en el Mundial de Rusia 2018 son los que menos goles reciben.
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Los franceses también marcan diferencia al contar con futbolistas físicamente muy bien dotados para la dinámica y la intensidad que se requiere, principalmente en estas instancias. Eso sí, no solo para defender, sino que en ataque son sumamente desequilibrantes y se aplican para ser la primera herramienta defensiva, porque en todo momento mantienen ocupado al adversario.
Francia se merece estar en la final, ejecuta a la perfección su libreto y tiene la capacidad de adaptarse, por lo que es favorito a levantar la copa.
Bajo la lupa
Francia
Hugo Lloris: Cuando su equipo lo necesitó respondió al más alto nivel. Mucho liderazgo desde atrás y rápido en la reacción.
Samuel Umtiti: Le ganó el duelo a Lukaku, junto con Varane. Atento, con buena lectura y anticipación. Aportó con el gol.
Kylian Mbappé: Veloz, desequilibrante, bueno en el uno contra uno, creativo y fantasioso. Sacó muchas faltas y tuvo sacrificio.
Antoine Griezmann: Muy buenos cambios de ritmo, supo cuándo acelerar, cuándo frenar y cuándo jugar en corto o largo con el balón.
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N'Golo Kanté: Muy efectivo en la marca, pero también aporta en ofensiva. Tiene grandes recorridos, es muy fuerte y veloz.
Thibaut Cuortois: Tuvo intervenciones determinantes para que el marcador no fuera más amplio. Su reacción es impecable.
Eden Hazard: Mostró su nivel habitual y características técnicas. Buenos cambios de ritmo y velocidad, pero la presión le afectó.
Marouane Fellaini: Muy versátil y de ida y vuelta, pero le ganaron por segundos en el tiro de esquina y su error terminó en gol.
Romelu Lukaku: No lo alimentaron con balones al espacio, le costó quitarse la marca y le faltó más movilidad para participar.
Kevin de Bruyne: Fue muy bien controlado por la excelente marca. Se fue disminuyendo y perdió confianza, lejos de su nivel.